"capítulo nueve"

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Después de horas donde los hermanos no tuvieron muy buena comunicación porque el menor sabía que algo había pasado para que la pequeña se haya ido sin decir nada y que su hermano no quisiera mencionar nada, luego de ambas sesiones también quedaron con heridas del pasado expuestas, el silencio era lo mejor por el momento.

Remington estaba muy ansioso porque la chica no apareció en la comida ni en la cena, en el hospital estaban bastantes ocupados para notar que no había salido, pero no tardaron en alarmarse las muchachas de la cafetería que pasaban lista de quienes se habían saltado las comidas, cuando Petunia echó un vistazo en la habitación de ella no notó que se encontraba lo bastante atormentada como para cerrar un ojo o prestar atención bajo la cama que cubría su presencia con la larga cobija.

―Doctora Bowie, Éster no se encuentra en ninguna parte, la he buscado y se ha saltado sus últimas dos comidas. ―comenta Petunia preocupada por el teléfono de la recepción, Taina alarmada se levantó de su cama donde yacía con su hija mayor descansando de un arduo día de trabajo.

En menos de lo que cantaba un gallo se encontraban haciendo movimiento a las once catorce, enfermeros buscaban como locos a Éster, Remington y Emerson fueron avisados por la misma doctora quien sabía de cómo se habían llevado en esos días.

Un enfermero quien era conocido por su expresión seria y la apariencia fuerte que daba entró a su habitación buscando indicios de adonde pudo haber ido. En una corazonada levanta la cobija y divisa una sombra, se agacha y encuentra a la niña en un estado petrificado. Se levanta para salir exclamando a la doctora quien está parada junto a los muchachos.

―La encontré. ―eso precipita al trío a la puerta, la saca con cuidado, los ojos de ella están reventados de lo poco que ha parpadeado en muchas horas. La recuesta sobre la cama y con una lámpara trata de hacerla seguir la luz, como si algo se encendiera comienza a brincar y patalear gritando que paren.

¡Para, no me toques! ―grita empujando al gran hombre, trata de calmarla y solicita una inyección calmante, antes de que puedan inyectarla la doctora Bowie trata de calmar a la joven.

― ¡Éster! ¡Éster! Calma, calma, soy la doctora Bowie, todo está bien, todo está bien. ―trata de calmarla, pero no responde a esos llamados, intenta con el nombre de Spooky, logra calmarla y haciendo que la abrace, solloza sobre su pecho. El nudo en la garganta de Remington incrementa y se siente culpable y Emerson no se queda atrás y se siente culpable por lo que le hicieron, piensa que tal vez por ello no acepta que la toquen.

John, Jo-john me lastimaba. . . ―susurra Ostier con lágrimas corriendo de sus ojos. ―Me hizo gritar de terror. ―su voz se distorsionó y entendió quién era quien hablaba. Spooky tenía el terror plasmado en su voz. ― Me hizo esconderme ―la sorpresa de la doctora es demasiado notoria. ―Y a mí me hicieron callar, doctora. ―sus ojos se conectan con los de ella. ―Ellas me hicieron olvidarlo.

Después de un largo silencio la doctora interrumpe.

―Por favor, déjenme sola con ella, ya no causará problemas.

El gran enfermero saca a los chicos y les ordena volver a la cama, se da la vuelta y desparece en el pasillo, Emerson entra con su hermano a su habitación, cierran antes de que lo noten y se ponen a hablar.

― ¿Crees que fue nuestra culpa que recordara esas cosas? ―pregunta Emerson jugando con sus dedos mientras se sienta en la cama de su hermano, este niega caminando por toda la habitación nervioso, después de pensar mucho si contarle lo que pasó a su hermano termina aceptando.

―Fue mi culpa. ―dice rápido viendo a otra parte.

―Si fue la tuya también es la mía, yo empecé. . .

Caught In My Own Body;  Emerson Barrett & Remington LeithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora