México se encuentra pensativa. Desde que España le conto lo de Ucrania el asunto no deja de darle vueltas en la cabeza. ¿En verdad él la mató? ¿Qué paso con Ucrania, lo desaparecieron? ¿Se desharán de mi algún día? Esto último le ocasiona un escalofrió. Nunca llego a pensar que le temería de esa manera de alguien.
-Mex, ¿te encuentras bien?- Kazajistán le toma del hombro, esto hace que ella de un brinco del susto.
-Si, sí. Estoy bien.- respira tratando de calmarse.
-No te veo muy bien.
-No es nada Kazajistán.
-¿Por qué ahora te diriges por mi nombre?
-Por...por nada, por nada.
México se pone mucho más nerviosa. Kazajistán solo le mira.
- Мексика esta extraña, creo que España le dijo algo- Kazajistán revisa unos papeles.
-Lo sé, también lo note. ¿Qué pudo haberle dicho para que reaccione así? Pareciera que, que nos tuviera miedo.
-Tratare de averiguar que le dijo.
-Gracias. *suspira* No me gusta verla así. *Se recarga en el respaldo de la silla, abre sus ojos de golpe* Podría intentar algo...
Kazajistán le mira intrigado.
-¡UNA FERIA! Ahh, quiero subir a ese, y a ese y a aquel.
México tiene brillo en sus ojos. Ambos hombres le miran mientras se mueve entusiasmada por el lugar.
-No sabía que tú tenías esta clase de ideas- Kazajistán mira a Rusia de reojo.
-¿Qué intentas decir? ¿Qué no pienso?
-No, que pensaras en esta clase de lugares.
-Me gusta verle feliz eso es todo.
-Vamos no se queden parados- México jala a ambos de una mano, con ella en medio.
Suben al carrusel, entran en el laberinto de espejos (Kazajistán se golpeó la frente más de tres veces), estuvieron en el castillo del terror (Rusia salió corriendo) y la montaña rusa (para desgracia de ambos hombres). Ellos estaban agotados.
-¿Cómo es que tiene tanta energía? Estoy muerto- Kazajistán tiene ojos de pescado muerto.
-No lo sé. Ni con el entrenamiento más duro me he sentido así de cansado. Y parece que aún tiene pila.- Mira como México se sienta entre ellos.
-¿Ya se les paso el mareo?
-No- Contestan ambos.
México ríe. Le muerde a la banderilla que trae.
-Siempre había querido venir a una feria.
-¿Nunca fuiste de niña? – Kazajistán se recompone.
-No. Solo éramos mi mamá y yo. Y ella trabajaba casi todo el tiempo. Ni siquiera se daba espacio para descansar con tal que no me faltara nada. Pero tanto trabajo la canso. Se fue demasiado pronto. Solo me queda esto de ella- Muestra un colgante de águila.
-Lo siento.-Kazajistán, le acaricia la cabeza
-Ah, no te preocupes. Jeje, recuerdo como ella me acariciaba cuando le contaba mi sueño.
-¿Tu sueño?-Pregunta Rusia intrigado.
-Bueno, es algo bobo.
-Anda dinos.
-Sueño con una casa junto al mar, con dos perros, un gato y tres niños. ¿Pueden creer que una niña de cinco años tenga esa clase de deseos? Jeje.
Ella esperaba la típica reacción que le dio su ex: eso es una tontería, deberías enfocarte en el presente.
-Conociéndote seguro lo lograras- le mira Kazajistán.
-¿Qué clase de perros? En lo personal me gustan los galgos, pero un husky siberiano o un laika de Siberia occidental sería ideal. – Rusia tiene su mano en su mentón.
Lo dicho por Kazajistán le recuerda a ella lo que decía su madre.
-¿Y qué gato?- pregunta Kazajistán.
-Un azul ruso- Responden los tres a coro, soltándose a reír en el momento.
No era posible que estos dos hombres sean la clase de seres que describió España. Quería pensar que ellos no eran así.
-Vamos que aún quedan juegos por subir.
-Ay no- los dos hombres son jalados del asiento.
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El cielo en tu mirada
AcakY cuando mire esos ojos, por alguna razón, quise mirarlos por toda la eternidad. México es una chica inocente cuyo novio la dio como pago de una deuda. Ahora su cuerpo le pertenece al jefe de una banda. Solo se pregunta si él también querrá su coraz...