Rusia llega corriendo. Sube hasta el techo de una vieja casa. Estaban en la antigua casa de los rusos. El hogar de su infancia. Ahora era un lugar viejo y podrido.
Ucrania apunta la cabeza de México, ella tiene las manos atadas a la espalda.
Rusia le apunta.
-¡Ucrania!
-Vamos Rusia deja la agresión de lado.
-Ucrania baja el arma.
Kazajistán aparece al lado.
-Dije solo- mira a Rusia de modo molesto.
-Crees que soy estúpido.
-Cierto. Tú jamás. Pero soy un hombre de palabra. Así que adiós México.
México con su tacón pisa fuertemente a Ucrania, este lanza un grito de dolor al momento de golpearla con la culata del arma. Se escucha un disparo a espalda de los rusos. Este da en la pierna a Ucrania.
-Ostias, ¿Cómo pude fallar?
Ucrania les mira un instante, se lanza de la azotea. Los tres corren, Rusia y Kazajistán se acercan a México que yace en el suelo. Tiene los ojos cerrados. España se asoma por la azotea, no hay nadie abajo.
- Мексика, despierta, Мексика.
Rusia la sacude. Poco a poco ella despierta.
-Auch, eso me dejara un chichón.
Rusia le abraza.
-Estas bien, estas bien.
México está en un cuarto de hospital. Ya le dieron el alta y se alista para irse. Kazajistán entra.
-Hola kaza, lista. ¿Nos vamos?
Kazajistán le bloquea la puerta.
-¿Kaza?
Deja caer una maleta frente a ella.
-Adentro hay suficiente para que vivas de aquí a mil años, también hay identificaciones, pasaportes y todo lo necesario para que empieces una nueva vida.
-No...no entiendo. ¿Es esto una broma?
-No Мексика, no es una broma. Ucrania escapo, y mientras no le encontremos estarás en peligro con nosotros. Lo mejor será...
-Sera mandarme a la chingada, ¿No?
- Мексика, cálmate.
-No Kazajistán, no esperes que me calme. Simplemente no quieren que les estorbe.
- Мексика...
-Pues sabes que, tú, Rusia, Ucrania, España, todo se pueden ir mucho a la chi...
-¡Que no vez que te estamos protegiendo! Si algo te pasa, yo, nosotros...-Kazajistán le toma de los hombros, le sacude un poco para posteriormente dejar caer su cabeza en el pecho de ella.
-En...entiendo. Entonces, esto es el adiós.
-...
-Al menos me hubiera gustado despedirme de él como se debe, viéndonos a los ojos.
-Dijo que no tendría el valor para hacerlo.
-Comprendo. Bueno, adiós.
Ella toma la maleta y sale de la habitación. Kazajistán eleva la mirada, unas lágrimas escurren de sus ojos.
En la central toma el primer camión que sale. No le importa a donde. De ahí tomara otro y otro y otro, hasta olvidar de donde vino. Al subir y sentarse rompe a llorar. Del mismo modo que Rusia lo hace en la sala del departamento, aun desordenado.
-¿Señor Perú, donde pongo esto?- México carga unas bolsas con mandado que saca de una camioneta.
-Ya te he dicho que no me digas señor Perú, Aztlán.
-Pero es mi patrón, como no le voy a decir señor.
-Hagamos un trato, en el horario de trabajo dime señor, fuera dime Perú. ¿Va?
-Va.
-Ponlo en la cocina.
Ahora ella trabaja como ayudante de un pequeño restaurante. Vio el letrero una vez que caminaba sin rumbo.
Un joven alto verde amarela viene a su encuentro.
-Eh, mira tú enamorado.
-Basta señor.
-O pues, ¿que acabamos de decir?
-Estamos en horario de trabajo.
-Oh Inti, denme paciencia con esta niña.-Alza los ojos al cielo.
El joven sujeta las bolsas.
-Te ayudo, Aztlán.
-Gracias Brasil.
Brasil es el trabajador de la florería de la esquina de la calle.
-Em, Aztlán, quería preguntar si, si quieres, tener una cita conmigo.
-Claro Brasil.
-¿En serio? Digo, genial. Mañana, a las 4.
-A las cuatro será.
-Nos vemos que deje el changarro solo. Te veo mañana a las 4.
-Si, a las 4.
Brasil se va corriendo. Perú se acerca con cara burlona.
-No que no.
-Basta, si no le decía que si él nunca se iría.
-Pásame esa bolsa, solo saca algo del asiento de adelante es todo.-entra al local.
-Voy.
Un sujeto con capucha se le acerca.
-¿Ya está en servicio?- Ella está de espaldas cuando pregunta.
-No, ya cerramos- Algo en esa voz se le hace familiar. Voltea pero no ve a nadie. A la distancia el sujeto con capucha se aleja cojeando.
México/Aztlan camina por la calle oscura. Brasil tuvo una llamada de emergencia por algo referente a unos arreglos de boda. Se disculpa una y mil veces y promete compensarle en la siguiente cita. Se va corriendo dejándola sola. Así ella vuelve a casa. Se cuelga su bolso al hombro. La mano de un ladrón se extiende para arrebatárselo. Ella voltea pero no hay nada. Mira a la distancia la entrada de un callejón oscuro. Solo se encoje de hombros y sigue su camino. No se adentra al callejón. No mira al tipo tirado en el suelo. No ve al hombre con ushanka con los puños rojos.
Ya en su habitación ella piensa. Su vida ahora era tranquila, sin guardaespaldas, matones, armas, lujos, sin Rusia. Esto último le da una punzada en el corazón. Ve en el armario la maleta llena con el dinero y los papeles que le dio Kazajistán. Todo sigue ahí. No quiere tocarlo. No quiere perder el último recuerdo que tiene de ellos. Una vez le pareció ver a España pero al parecer fue una ilusión. Suspira. Se pregunta cómo estarán todos, que estarán haciendo. Mira la luna. Piensa si Rusia la ve.
Apaga la luz y se va a dormir, después de todo mañana comienza otro día.
A las afueras, en la calle de enfrente, un hombre con ushanka ve como la luz de la ventana se apaga.
-Buenas noches, mi amor.
Y se pierde en la oscuridad.
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El cielo en tu mirada
De TodoY cuando mire esos ojos, por alguna razón, quise mirarlos por toda la eternidad. México es una chica inocente cuyo novio la dio como pago de una deuda. Ahora su cuerpo le pertenece al jefe de una banda. Solo se pregunta si él también querrá su coraz...