El cielo en tu mirada

13

México miraba a su alrededor. En la sala se encontraban dos hombres con traje y lentes oscuros.

-Ellos estarán las 24 horas a tu disposición.

-Rusia, ¿Esto es necesario?

-Por supuesto. Puedes intentar escapar otra vez.

-¿Estarán en la misma habitación que yo?

-No, estarán a una distancia prudente.

-¿Puedo ir de compras?

-¿Necesitas algo? Puedo pedir a ellos que te lo compren.

-Rusia, quiero salir un momento, y tu estas ocupado. Por favor.

Pone cara de cachorro. A todos los presentes se les flecha el corazón.

-Es...está bien. Solo no pongas esa cara frente a otros. Ustedes, cuídela bien. Si algo le pasa me responden con sus vidas.

-Descuide señor. Estaremos al pendiente de ella.

-Bueno, nos vemos.

Rusia se dirige a la puerta. Se detiene y da la vuelta, regresa a donde México. Le da un beso en la frente. Vuelve a girar y se va.

Todos, incluida México se quedan sorprendidos. Ella solo se toca la frente en el área del beso.

-je, que tímido es.

-¿A dónde desea ir señorita?

-¿Señorita? Díganme Mex.

-No podemos hacer eso.

-Ok. Sé que mañana es el cumpleaños de Rusia. Quiero darle un regalo. ¿Saben que le gustaría?

-Cualquier cosa que usted le dé le gustara.

México se sonroja.

-Le gustan las cosas dulces. Le prepare un pastel. Y una camisa se le vera bien. ¿Eso estará bien?

-Sera perfecto señorita.

-Bueno andando.

Salen al centro comercial. Los hombres ya llevan algunas bolsas. Ella se separa un momento de ellos. Ve algo desde el escaparate de una tienda. Al lado realizaban reparaciones a un cartel. Este se suelta, empieza a caer. México alza la vista. Ve como el cartel va hacia ella.

-¿Se encuentra bien?

Está en los brazos de un joven con capucha. Su rostro azul-amarillo le da una sonrisa.

-Sí, estoy bien.

-Debería tener más cuidado. O se lastimara su lindo rostro.

El joven alza levemente la cara, ve como los guardaespaldas se acercan. Deja a México en el suelo y sale corriendo. Se pierde entre la gente.

-¿Señorita, se encuentra bien?

-Sí, si estoy bien. Casi no la cuento.

Le ayudan a levantarse. Mira para todos lados, pero no logra encontrar a su salvador.

Rusia se encuentra en su oficina. Esta con Kazajistán. Entra España. Rusia mira el reloj: la 1 de la tarde.

-Buenos tardes...

Rusia hace levanta el índice para pedirle silencio.

El teléfono suena.

-Rusia ¿Estas ocupado?

-No Mex, dime.

-¿Quieres algo especial de comer?

-No, lo que prepares está bien.

- ¿Seguro? Puedo preparar lo que sea.

-Sí, seguro.

-Ok, ya no te molesto.

-No eres molestia. Nos vemos en un rato.

Cuelga. España mira hacia Kazajistán.

-¿Siempre es así?

-Es su rutina. Ella llama para preguntar si prepara algo especial para comer y cenar.

-Oh, que esposa tan dedicada. Cuando la princesa vino a mi le ofrecí quedarse en mi casa con todos los lujos. ¿Qué me respondió? Que quería un trabajo. Por más que quise no pude convencerla. Que chica más testaruda.

-Es algo especial. Por eso la quiere tanto.

-¿Nada más él?

Kazajistán sonríe.

-Cambiando de tema, creo que tienen un problema grande.

-¿Por qué lo dices?- Kazajistán se pone a revisar unos papeles.

-Alguien está arruinando algunos de mis negocios. En un principio pensé que eran ustedes. Pero empiezo a dudarlo.

-Por eso empezaste a visitarnos.

-Que perspicaz eres. Me informaron que era un joven que hablaba ruso.

Ambos hermanos se miran.

-¿Sera?

-No lo dudo-Rusia pone cara seria.

-¿Por qué ahora?

-Tal vez no quieren que lo olviden.- España toma un vaso de licor.

Ambos se quedan pensando.

-Bueno caballeros, les dejo. Salúdenme a la princesa.

-España, ella se llama México.

-Sí, lo sé. Chao.

España se va del lugar. Algunas horas después ambos hacen lo mismo.

-¿Te quedas a comer?

-No...no puedo.

-¿Pasa algo?

-¿Eh? No, nada. Ya tengo un compromiso.

-Que sospechoso.

-Jeje. No es nada de qué preocuparse. Salúdame a Mex.

En cuanto Rusia se baja del auto Kazajistán arranca. Rusia se queda de pie en la acera, confundido.

Abre la puerta del departamento.

- Мексика, ya lle...

-Sorpresa, Feliz cumpleaños Rusia...