El cielo en tu mirada

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La latina estaba en la mesa de centro de la sala. Con un pastel y un gorro de fiesta.

-Sorpresa, feliz cumpleaños Rusia.

-¿Qué es todo esto?

El chico tenía un brillo en su mirar. Parecía un niño frente a una juguetería.

-Por ahí supe que hoy era tu cumpleaños.

-(Por eso huyó Kazajistán) Мексика, esto es demasiado.

-¿Bromeas? Es solo un pastel. Y un pequeño regalo.

-Asi que por esto saliste de compras.

-Sip, vamos soplale y pide un deseo.

-Deseo...

-¡No lo digas o no se cumplirá!

-Bueno, bueno.

Rusia le sopla al pastel.

-Ahora una mordida.

Rusia se dispone a morder un pequeño trozo del pastel, ella le empuja la cara, por lo cual queda con el rostro lleno de merengue.

- Мексика.

-¿Esta bueno?

-Delicioso, prueba.

Toma una parte del pastel con la mano y se la embarra en el rostro a la latina. Empiezan a jugar lanzándose el pastel. Él ríe y tiene una gran sonrisa en los labios. Se está divirtiendo como nunca. No recuerda la última vez que jugó o río de ese modo.

Ambos están cubiertos de pastel. México termina de dar una carcajada. Con su dedo índice toma un poco de merengue de la mejilla del eslavo y se la lleva a la boca de una manera provocativa. Este gesto hace cortar la risa del más alto.

Ella se acerca al rostro y comienza a quitar el merengue y restos de pan del rostro de Rusia. Lo hace de una manera lenta.

- Мексика, no tienes que hacerlo.

-Déjame hacerlo. Deja mostrarte lo que mi corazón grita por ti.- dice esto como susurro en la oreja del eslavo. Esto hace estremecer al hombre. Ella su camino por el cuello, hacia el pecho.

Rusia le levanta el mentón con su mano. Ella tiene una mirada tierna y ardiente en el rostro. Le acerca a sus labios para tomarlos de manera impetuosa. Él también le quiere, le necesita. Y por ese momento desea dejarse llevar.