narusasu everywhere

one and only [2]

Descripción: Esta es la continuación y parte final de one and only (historia anterior). Quise atar cabos sueltos que no pude incluir en la ocasión anterior, y quién mejor que Naruto para contar lo que pasó. Advertencia: Contenido adulto.

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Parte 2.

—Entonces te vas.

No era pregunta.

—Si. Necesito hacerlo.

—Has madurado, después de todo.

—No estoy tan viejo aun, Kaka-sensei —Naruto le había sonreído ampliamente. En su mano sostenía el pergamino firmado que rezaba ser un viajero de la aldea de la hoja.

—¿Debería preocuparme de que no vayas a volver?

Naruto no respondió. Unos minutos de silencio hablaron más de lo que él habría podido hacer.

—Gracias por retrasar las cosas para mí. Es solo que mi cabeza es un caos.

—Tómate tu tiempo, niño —vio que su antiguo estudiante se veía dispuesto a salir de su oficina—, por favor cuídate.

—¡Lo prometo, dattebayo!

Dicho aquello, Naruto salió de la oficina del Sexto Hokage. Emprendió viaje junto a Sasuke al día siguiente.

Sasuke había ido cambiando con los años de cierta manera. Claro, seguía teniendo los mismos gestos, la misma respuesta monótona, el mismo carácter difícil de persuadir, los mismos ojos tristes y profundos. Pero se esforzaba, y con el tiempo, Naruto percibía que intentaba averiguar cosas. Realmente, estaba escarbando en cosas que dolían pero que era necesario saberlas.

—¿Por qué no me odias?

—Odiar duele. Y no habría podido hacerlo aunque quisiera.

Sasuke a veces preguntaba cosas que no estaba listo para responder. Se habían estado turnando para dormir sobre la rama más fuerte del árbol, pero muchas veces no funcionaba. Había ocasiones en las que podían quedarse despiertos uno junto al otro, soñando con soñar, diciendo cosas que normalmente no les gustaría exponer a la luz del sol.

—Sakura-chan quería despedirse de ti antes de irnos —murmuró, recordando de pronto que se había sentido extraño cuando la chica pelirosa soltó unas lágrimas frente a sus narices.

Sasuke rió, pero no había humor en su expresión.

—Lo más seguro es que hubiera querido venir. Yo no quiero que venga.

—¿Por qué?

—Nuestro lazo se rompió hace mucho tiempo, y no tengo intenciones de traerlo de vuelta.

Naruto se sintió extraño por su respuesta tajante y directa. Sasuke no titubeaba cuando estaba seguro de algo. Sasuke era firme como nadie, y su voluntad le había llevado a hacer cosas extraordinarias (fuesen buenas o malas). Sin embargo, en su mente seguían estando sus ojos dolidos, rogando por que se dejase matar de una vez. Él jamás habría cedido, sin embargo. Si algo tenían ambos en común, era su competencia.

—¿Y qué hay de mí?

—No puedo detenerte —suspiró—. No quise.

El rubio no lo hubiese hecho ni aunque le pagaran. Ni aunque el mundo le prometiera que para Sasuke él no era nada. Era extraño, cómo jamás cedió en sus sentimientos por aquella persona, que antaño pensó odiar con todas sus fuerzas, derrotarlo, hacerle saber que valía algo para él y para todos. Ahora era la misma resistencia de su fe en él, en Sasuke convertido en una especie de dios, en algo que veneraba todos los días en lo más profundo de su mente y corazón.