Nada ha cambiado [5 y 6]

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V.

—¡SASUKE!

La voz de Naruto, allá afuera. Estaba de pie en la banqueta, jugando con una botella de plástico. Rodó los ojos notando que el rubio no le había visto.

—¡Ya voy! —Sasuke salió de su casa después de haberle gritado por la ventana. El viento fresco le golpeó la cara, sin embargo no era frío. Se apresuró a tomar su chaqueta y el regalo de Shikamaru en un brazo, todo porque su madre había dicho que aparecerse en casa de alguien con las manos vacías era grosero. Naruto nunca traía nada y lo trataba como su otro hijo. Cómo sea. Él siempre había sido otra cosa.

Se despidió de Itachi, quien le hizo una seña afirmativa. Sasuke no esperó verle de frente una vez que se encontró con Naruto en la vereda. El cabello despeinado, la chaqueta naranja y un par de jeans que, bueno, no tenía nada de malo si le apreciaba un poco. Sasuke sonrió cuando supo que había llamado su atención.

—Hey. Traje esto, dáselo a tu amigo —le tendió la bolsa de regalo. Naruto se rió.

—Oh yo estoy bien, ttebayo. Me alegra que preguntaras —habló sarcástico, hojeando la bolsa con la mirada. Sasuke rodó los ojos escuchando su risa—, como sea ¿Qué hay ahí?

—Un par de... ¿Lociones? Mamá lo hizo. Yo realmente no planeaba traer nada... ¡Oye, ¿qué haces?!

—Um... ¿Inspeccionar? —Naruto se detuvo antes de quitar las grapas, es que era un grandísimo...

—Dame eso, no debes "inspeccionar" obsequios ajenos —sus manos se tocaron. Muy brevemente. El cosquilleo estaba ahí.

Fue denominada así la sensación que tenía Sasuke cuando, por ejemplo, Naruto le rodeaba con un brazo. El calor de su cuerpo de pronto aumentaba exponencialmente, y sentía que podía reír todo el día sin molestarle que segundos después su cabeza doliera. Sasuke estaba consciente de que sus sentimientos habían hecho todo menos reducirse, dentro de él se arremolinaban como grandes huracanes, poderosos y... Desastrosos. Naruto solo estaba allí, siendo como siempre, tan ruidoso, tan social, tan... Él. Caminaron entre empujones por intentos de robo de Naruto, queriendo saber a qué olería Shikamaru el lunes. Sasuke reía, pocas veces de forma sonora, pero bajo las linternas de la calle se sentía tan... Libre.

La madre de Shikamaru abrió la puerta, en realidad no tardaron mucho en llegar ya que su casa estaba a unas cuadras de distancia. Naruto saludó con la confianza del mundo, diciendo uno que otro cumplido a la casa de los Nara mientras Sasuke se limitaba a saludar y sonreír con cortesía. La mujer vestida de gris asintió levemente cuando Naruto preguntó por la familia (Sasuke tuvo que soportar las ganas de llamarle idiota. Tal vez era una forma de canalizar las emociones que le hacía sentir simplemente con existir). Fue entonces que les señaló el piso de arriba y tuvieron que subir las escaleras hacia una terraza donde probablemente estarían la mayoría de sus compañeros de clase.

Shikamaru no era una persona muy social tampoco, pero se movía por uno que otro círculo social, según Naruto. Sasuke contó a 10 personas sentadas a la mesa, contándolos a ellos daban doce. Todos se giraron a mirarlos en cuanto entraron, y no pudo evitar sonreír cuando Naruto gritó sus felicitaciones para que todos le oyeran aclamar a uno de sus amigos de la escuela elemental. Había luces pendiendo de la terraza y de la pared incompleta que no tenía techo, por lo que el cielo estaba despejado y brillante para ellos. La vista era impresionante desde allí, con el leve sonido de la música, con la voz increíblemente fuera de tono de la persona que le había guiado allí.

—¡Shika, hombre, pero si te ves veinte años más viejo, ttebayo!

Cuando su mejor amigo por fin terminó de mostrarse más feliz que Shikamaru por cumplir años, Sasuke caminó hacia él con paso seguro.

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⏰ Última actualización: May 06 ⏰

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