Sinopsis:
Menma ha sido adoptado múltiples veces. Dicen que la tercera es la vencida. Naruto y Sasuke son a su parecer una pareja particular, pero no deja de preguntarse por qué lo eligieron a él, ¿qué es una familia, pues?
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—Ten cuidado. No olvides comerte toda la fruta.
—¡Estaré aquí cuando salgas, Mems!
El niño agitó la mano cuando se vio frente al edificio, se había girado sobre sus pequeños talones y hecho una sonrisa a sus padres quienes lo miraban desde la camioneta, Naruto asomando la cabeza ya que estaba del lado del volante, dejando después de mirarle para poner atención a quien le tocaba el claxon detrás y ver a Sasuke agitando el puño diciéndole (en un tono de voz no convencional) que tenía que esperar su turno. Menma Uzumaki Uchiha no era un niño poco conocido en la escuela.
Desde su salida de la orfandad, de las casas caritativas, de vivir de comida enlatada, su vida parecía ir mejorando exponencialmente con cada paso que lograba dar. En primera, no era muy fácil todavía socializar sin decirle "imbécil" a alguien (¿Qué? Tenía que decir su opinión). En segunda, sus trabajos en clase debían mejorar en cuanto a escritura, porque colorear, si, usaba todos los colores de la lapicera. En tercera, tenía que aprender a seguir las palabras de Sasuke, quien le decía que comiera saludable y que no se mojara los pies cuando le ayudase a tender la ropa en el sol (Naruto estaba reparando la secadora en ese momento). Menma no estaba muy seguro de si su familia era igual a otros, porque al no tener casi nadie a quien hablarle sin que el otro se molestara, no podía indagar sobre si era normal para ellos que su padre Naruto le dijera que ir a la escuela era importante, si, pero cinco minutos más. Entonces su otro papá, Sasuke, vendría con una expresión que mataría a todos los hombres si pudiera, con una pala de cocina en la mano amenazando a su otro padre para que se diera una ducha y pudiese dejar a su hijo en la escuela.
Menma los observaba. Aunque peleaban muchas veces en el día siempre terminaban sonriendo, a veces había un beso. No podía decir que eran raros porque no tenía una imagen estándar, pero al ver las despedidas de sus compañeros, si que parecían ser una pareja explosiva. Brillante... No. Tal vez resaltaba. Como las estrellas. Así los veía, porque entre toda esa oscuridad lo habían elegido a él. Mejor quedarse con esa imagen.
Menma pintaba procurando no salirse de la línea, así como la maestra Tenten les había indicado. Es que era muy difícil, Menma quería cubrir toda la extensión a como diera lugar. Sin siquiera percibirlo, estaba mordiendo su lengua, en un intento de tal vez entrar a la hoja y concentrarse tanto que pudiese terminar y sentirse satisfecho por su trabajo.
—Buen trabajo, Menma... Te está quedando bastante bonito —alzó la mirada para ver a la maestra sonriendo. Se supone que debe decir gracias.
—Gracias —murmuró, volviendo a su trabajo. Sintió como le revolvían el pelo, cosa que lo hizo sentir avergonzado. Naruto lo hacía todo el tiempo, cuando estaba a mitad de algo y entonces le decía que era muy adorable.
Adorable como un gatito. Adorable como Sesame, el gato que vive en su casa también y le encanta ronronearle a Sasuke en el regazo. Menma habría querido ser un gato porque ellos eran tan cálidos y tan peluditos. Podría bañarse él solo cuando quisiera. El timbre sonó cuando menos se lo esperaba, haciendo un sobresalto. El almuerzo siempre era una hora fastidiosa porque no lo dejaban continuar con su trabajo, pero a fin de cuentas no era algo tan importante. Era arrastrar los pies por el pasillo, salir al patio, ir frente al aula de niños especiales (así le llamaban, ¿Que tenía que hacer uno para ser especial y tener otros tres compañeros? Le preguntaría a Sasuke) y esperar allí mientras se comía la fruta picada. Menma era fanático de las manzanas. Podría comer eso todos los días, incluso lo prefería por encima de los dulces. El día que Naruto y Sasuke aparecieron en su vida, habían llevado un par de caramelos que Menma saboreó pero al llegar a su nueva casa y probar uno de esos trozos amarillos que Sasuke tenía encima de la mesa, se enamoró totalmente de su sabor. Menma sonrió recordando la cara de Naruto cuando supo que se había comido la mitad de los trozos de manzana para el postre de Navidad. Le había dicho que se parecía a él, y claro que le había revuelto un poco el cabello.
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narusasu everywhere
Fiksi PenggemarHistorias cortas, poesía barata y un impresionante intento por encarnar a mis dos personajes más queridos, amados, odiados en diferentes escenarios: Naruto (el molesto, ruidoso, apasionado) y Sasuke (emocional, estoico, moronsexual). Los personajes...