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Un par de días fue lo que le tomó al Príncipe Imperial Lan QiRen despejar su mente, sin que sus recuerdos lo atormentar e incrementará ese fuego dentro de su ser que se había mantenido apagado por mucho tiempo. Pero es que Wei Changze fue su único y hermoso amor, el único ser capaz de encender esa llama con tan solo la mención de su nombre.

Ambos se habían amado desde que se conocieron en pleno campo de batalla, cuando eran unos adolescente, fue un amor a primera vista por parte de Lan QiRen, los grandiosos movimientos y la gran fuerza que mostraba aquel desconocido guerrero, había hecho que su corazón temblara de emoción y más cuando fue quien salvó su vida desviando una flecha lanzada en su dirección con otra flecha que su salvador había lanzado con mucha destreza.

Sabía que era uno de los hombres de Marqués Jiang, y tal vez podría ser el General por el tipo de armadura que poseía, pero solo fue una mirada rápida por que así como llegó ese hermoso hombre, se había ido a seguir peleando cubriendo sus manos de más sangre enemiga.

Luego de todo eso el tiempo pasó rápido y ellos había podido obtener la Victoria gracias a la llegada de los guerreros del Marqués Jiang y el Marqués Nie, quienes hicieron que su victoria fuera exitosa, dándole la victoria al Emperador. Aquel que fue el hermano mayor de ese Príncipe que había querido unirse a la batalla sin soportar solo quedarse mirando cómo la Ciudad Imperial que gobernaba su hermano peleaba una batalla para la familia Imperial, sin importar las vidas que se perdían.

Después de aquel encuentro, a su petición reclutó unos cuantos hombres de cada Duque, Ministros, Rey o Marqués. Con la excusa de entrenarlos, cuando sólo quería era poder tener la oportunidad de volver a ver a aquel hombre de hermosa cabellera y hermosos orbes grises.

Cuando el preciado y esperado día había llegado lo vio nuevamente entre los guerreros de dichoso Marqués Jiang, siendo aquel hombre la mano derecha del General Pro de la familia Jiang, por lo que se encontraba dirigiendo a los hombres que estaban en el Palacio Imperial para recibir un gran entrenamientos de los mejores guerreros y Generales que se encontraban en el Palacio Imperial, pudiendo tenerlo cerca.

Lan QiRen hizo todo lo que estuvo en sus manos para atraer a ese hombre junto a él, aunque todo lo viesen como un Príncipe gruñón, anticuado e inflexible, él también tenía su corazón lleno de sentimientos el cual decidió entregárselo a aquel hombre, y como todo un Lan no le importo entregárselo todo de una vez en cuánto fue aceptado por el hombre, aunque no había sido fácil conseguirlo pero tampoco muy difícil, al final lo logró.

Wei Changze era un hombre desvergonzado al que no le importaba sonreírle a cualquiera mientras les echaba  unos cuantos piropos, en especial a las bellas Doncellas que le pasaba por enfrente mostrándole una que otra sonrisa aquel guapo guerrero que las molestaba de una manera divertida, algo que siempre lo enfurecía, pero dejaba pasar cuando él le aseguraba a Lan QiRen que solo se encontraba él en su corazón.

Todo fue bello, vivieron muchas batallas juntos hasta que cumplieron veintitrés años. Ya habían pasado siete años desde que se habían conocido y cuatro desde que se habían hecho amantes.

Todo iba bien de maravilla, con unas cuantas peleas irrelevantes pero bien, hasta que un día al Príncipe Imperial Lan se le había impuesto un matrimonio arreglado con una Princesa de una de las regiones vecinas, gracias a petición de la Princesa Yao XinYan. Todo fue hasta ahí que iba bien, por causa de eso ambos se distanciaron, pues a Lan QiRen le impidieron seguir yendo a pelear las batallas por el Emperador y se le fue concedido el puesto a unos de los Generales más capacitados después de él.

La Gran Emperatriz LanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora