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El tan muy esperado día para todos dentro del Palacio Imperial Lan había llegado emocionando a todos.
Aquellos quienes se iban a convertir en cónyuge estaban radiando de felicidad, en especial aquel Emperador Lan, el cual no quería ni iba a permitir que algo saliera mal en su día especial, por lo que él mismo junto a su tío el Príncipe Imperial Lan QiRen, inspeccionaron todos los detalles y cada uno de los arreglos que iba a tener el enorme salón principal de Orquídeas dentro del Palacio Imperial, donde se iba a realizar las dos ceremonias establecidas; la primera y más importante para Su Majestad el Emperador su boda y también aquella ceremonia que se realizaría al otorgarle el debido título Imperial a su amado, el título como Emperatriz. Todo dentro y fuera del salón se estaba colocando de rojo y dorado, mientras por otro lado Wei WuXian tras de estar inmensamente feliz, estaba jodidamente nervioso al punto de que la noche anterior había podido dormir solo tres cortas horas y no había comido absolutamente nada por el remolino de emociones en su interior.
— Puedo llevarte muy lejos de aquí ahora mismo si así lo decides — había pronunciado el General Imperial Xue Yang en el mismo momento en que escuchaba los incesantes pasos de Wei WuXian dentro de los aposentos y de cómo su Doncella Imperial MianMian trataba de tranquilizar sus nervios, al ser él quien "Custodiaba" la puerta de los aposentos en que Wei WuXian se estaba preparando ya que Xiao XingChen y Song Lan le estaban ayudando a realizar unos importantes labores al Emperador Lan en cuanto a la celebración se tratase.
Pues así como el salón de las Orquídeas estaba decorado, el JingShi también estaba siendo decorado perfectamente tras la orden del Emperador, en especial aquellos aposentos que iban a ser usados por la pareja en cuanto se casarán, pues el Emperador Lan había sido muy claro el día anterior ante el Ministerio y todos los demás, que en cuanto la celebración Nupcial acabase su Emperatriz iba a quedarse con él a vivir dentro del JingShi, donde por fin Lan WangJi y Wei WuXian iban a poder consumar su amor, luego de que por los nervios Wei WuXian lo haya rechazado una y otra vez, tantas veces como las mismas en que lo había mandado al Manantial Helado para que pudiera bajar aquello que hacía temblar al menor cada vez que lo veía o sentía en su trasero por estar sentado entre el regazo de Lan WangJi o tenerlo pegado a su espalda devorando le el cuello.
— ¡Tu...! ¡Tonto! — chillo Wei WuXian hacía su hermano mayor sin poder contener los nervios — quiero que me apoyes y no que me digas tontas palabras —
— Te estoy apoyando — le dijo Xue Yang en un semi gruñido, aunque no habían podido hablar aún claramente, las pocas veces en que se encontraban solo ellos dos cruzaban una que otras palabras y ya — sino, no estaría aquí — le hizo saber, pues Xue Yang aunque no estaba muy de acuerdo con que se llevará acabó dicha boda estaba ahí junto a su hermano menor mostrándole apoyó y consentimiento, aquel consentimiento que sus padres no le habían podido dar a Lan WangJi en elomento en que decidieron casarse legalmente.
— Lo sé, lo sé y agradezco eso Yang-Ge, es que son solo los nervios — suspiro Wei WuXian, pues se encontraba en los aposentos asignados por el Emperador aún en sus prendas interiores rojas caminando de un lado a otro con su cabellera suelta esperando a que MianMian y ZenZen lleguen con toda la comida que él les pidió por los nervios.
— Pero es enserio, si te arrepientes es solo que me lo digas, y te saco de aquí — hablo firmé Xue Yang, aunque no supiera el como su hermano menor había llegado a los brazos del Emperador Lan no tenía miedo de sacarlo de ahí, así le tocará entregar su propia vida él lo iba hacer, pues su hermano menor no solo era importante para él, sino para toda la Región que los esperaba en el Reino del Norte.
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La Gran Emperatriz Lan
ФанфикшнWei WuXian un leal sirviente de la familia Jiang fue entregado al Gran Emperador Lan WangJi, en cambio de la heredera Jiang YanLi sin que el Emperador lo notara. Todos sabían que el Gran Emperador era una persona sabia de pocas palabras, sin un Har...
