La Gran Emperatriz Lan

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El silencio reino en todo el salón Orquídea, cuando cada uno de los invitados dentro del salón se postraron inmediatamente por inercia y supervivencia con sus frentes pegadas al suelo por todo el alboroto creado por el atrevimiento que la Consorte Jiang había tenido contra la Nueva Emperatriz, que yacía tirada en el suelo a los pocos segundos después de su atrevimiento, por el fuerte golpe que había obtenido por su falta de respeto.

Absolutamente nadie se atrevió alzar la mirada, ni aquellos Generales quienes debían estar atentos a cualquier extraño movimiento causa de su reverencia, ni mucho menos él Príncipe Imperial Lan QiRen y el Príncipe Mayor Lan XiChen quienes se encontraban de igual manera reverenciado al Emperador Lan WangJi para que esté pudiera apaciguar su furia, la cual nada podría lograr hacer.

Por primera vez dentro del Palacio Imperial Lan se podía oír y sentir las fuertes pisadas del Emperador Lan aproximarse a la mujer en el suelo que se había atrevido a darle una bofetada a su Emperatriz frente a todos los invitados y su presencia como si ellos fueran absolutamente nadie, cuando eran la mayor autoridad de todos los terrenos que en sus vidas habían podido pisar.

A Lan WangJi no le importó por primera vez en su vida que alguien más que no fuera su familia o aquella persona a la que iba a castigar viera su furia crecer con cada segundo más que pasaba, pero en ese momento no se había podido controlar, primero había sido el viejo verde del Duque Jin quien había encendido su furia; cuando se atrevió a mirar a su amado de una manera lujuriosa mente asquerosa como si su Emperatriz solo fuera un pedazo de carne que cualquiera pudiera mirar y no como si fuera la nueva Emperatriz, aquella otra persona con más poder sobre todas las tierras que el Emperador Lan gobernaba, segundo había sido el Duque Wen quien miraba con odio y desprecio a su amado también y tercero había sido esa mujer quien se había atrevido a golpear frente a sus propios ojos a su amado sin ningún miedo ni consideración, como si aquella acción no la pudiera llevar a la ejecución inmediata.

Justo en el momento en que Lan WangJi vio como esa mujer golpeó la mejilla de su amado no se contuvo en lo más mínimo, y él mismo le devolvió el golpe dos veces, la primera tan fuerte que ante la posición de aquella mujer sólo logró doblegar un poco sus piernas y la segunda aún más fuerte logrando tirarlas de los pocos peldaños que había subido hasta donde ellos se encontraban ubicados frente a todos, mandándola a los pies del resto de su Familia Jiang, quienes no se atrevieron ayudarla ni a dirigirle una mirada.

El Emperador no se había imaginado de la tremendas agallas que tenía la Consorte Jiang de hacer tal tontería frente a todos y más aún a la Nueva Emperatriz, por lo tanto, ella sola había cavado su tumba y el Emperador Lan WangJi no iba a desaprovechar ese hueco.

— ¡Yu ZiYuan! — pronunció con bastante odio el tono de su voz el Príncipe Imperial Lan, lo que le hizo saber a todos lo furiosos que el Emperador Lan se encontraba haciéndolos temblar cada vez más — ¡Tu, mujer desquiciada! ¿¡Como te atraves a faltarle el respeto a su Majestad la Emperatriz de esa manera!? — la cólera subía por todo el cuerpo de Lan QiRen que nadie se sorprendió de haberlo escuchado gritar de tal manera, pero lo entendían cuando nunca se había escuchado al Emperador gritar ni alzar la voz, por lo que siendo el Tío Imperial del Emperador, debía tomar cartas en el asunto.

Pero no fue por mucho tiempo cuando los diferentes miembros de las importantes Familias escucharon por primera vez el frívolo grito del Emperador Lan, sintiendo por primera vez que el templo había temblado bajo de ellos, cuando eran sus propios cuerpos quienes no podían parar de temblar.

— ¡¡GUARDIAS!! — Lan WangJi no dudo en llamar aquellos quienes estaban de guardia para que se llevarán a esa mujer de su vista a los calabozos antes de que él mismo con sus propias manos despellejará el cuerpo de aquella despreciable mujer frente a todos por su enojo