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El sirviente enviado por Lan QiRen había llegado rápidamente a la sala en que el Emperador y su hermano el Príncipe Mayor se encontraban reunidos junto a unos cuantos importantes ancianos de alguna región vecina, interrumpiendo tal reunió al comentarle lo sucedido con su concubina Wei al Emperador Lan, por lo que él no lo pensó mucho en cuanto escucho que algo le había sucedido a su futura Emperatriz, así que de inmediato Lan WangJi junto a Lan XiChen salieron preocupados del salón Orquídea del Lado Este para dirigirse al lado Oeste.

¿Que era lo que exactamente había sucedido? No sabían, su recado no había sido del todo claro ¿Que había provocado su estado? Tampoco sabían, aquel sirviente solo fue claro en comunicarle que su concubina Jiang no estaba bien y que el Príncipe Imperial estaba junto a ella, nada más.

Lan XiChen al saber su verdadero género se preocupó, por supuesto que debía preocuparse, los Donceles no tenían muchas defensas cuando se enfermaba y si algo mal hacían a la hora de curarlo podían provocarle la muerte, así que como buen hermano mayor Lan XiChen apresuró a Lan WangJi para que asistiera a la residencia de la Doncella. Lo último que quería era escuchar que la futura Emperatriz se había muerto por un mal trato al atenderla.

Cuando ambos hermanos Lan cruzaron el marco de la puerta del patio Oeste, se escucharon infinitos rumores de los sirvientes provocando el enfado en los dos Lan. Pero el que había oído Lan WangJi había hecho apretar sus puños fuertemente.

— WangJi — llamo suavemente evitando alterar más los nervios de su hermano menor — no creo que el tío se haya atrevido a hacer le algo — aseguró el mayor, teniendo confianza en su tío, pues a pesar de que era muy estricto con ellos y al inicio se había mostrado reacción en la decisión de su sobrino menor, Lan XiChen sabía que su tío respetaba cualquier decisión tomada por su sobrino al ser el Emperador así a él no le gustase, después de todo solo estaba ahí como consejero nada más y aunque también había escuchado lo que dijo ese sirviente, era imposible que su tío haya sido capaz de castigar a Wei WuXian en su residencia hasta el punto de dejarla inconsciente.

El Príncipe Imperial no era así, si él quería dar un castigo lo daría en el pabellón adecuado frente algunos sirvientes y no en sus residencias privadas, pero también sabían que su tío no se atrevería a tocar a la que el Emperador había proclamado como su Futura Emperatriz, pues podría ser visto como si estuviera castigando y golpeando al mismo Emperador, pero esa desaprobada y desagradable mirada que Lan QiRen le había dado cuando había dado a conocer su decisión en el Ministerio hacía dudar a Lan WangJi. Todos sabían que Lan QiRen quería que su sobrino menor desposara a su hija Lan Siu, por lo que no estuvo de acuerdo en haberla comprometido con otro hombre y lo peor era que ese hombre era nada más y nada menos que un General y no un Príncipe.

Todos los sirvientes, guardias y demás presentes fuera de la residencia se apartaron y reverenciaron a ambos hermanos Lan, cuando vieron como aquel que conocían el imponente porte del Emperador, no se hallaba por estar casi correr a la entrada de la residencia con el Príncipe Mayor detrás de él.

Aunque su expresión era la misma de siempre, Lan QiRen, Lan XiChen, Xiao XingChen, MianMian y Zhou Qing al verlo a los dorados orbes del Emperador sabían que estaba sumamente preocupado por la concubina postrada en la cama que a pesar de estar inconsciente se encontraba aún temblando y moviéndose suavemente sobre su cama.

— ¿Que le paso? — sin importarle nada, Lan WangJi se sentó en el borde de la cama tomando con su mano derecha una de las pequeñas manos de Wei WuXian, mientras con la otra le daba una pequeña caricia a la mejilla.

La Gran Emperatriz LanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora