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Todo el cuerpo de Lan WangJi le dolía en el momento en que se despertó sintiéndolo magullado, al igual que sentía como su cabeza podría explotar en cualquier momento, en cuanto abrió sus ojos dejando aquella luz que entraba por la ventana de sus aposentos golpeará sus ojos adormilados y dolientes.
— Su Majestad — una melosa voz provocó que Lan WangJi se tensar a la vez en que se volteaba a ver aquel lugar de donde provino el fastidioso sonido que para sus oídos era el más molesto que pudo haber escuchado en todo el mundo.
Cuando su vista cayó en aquel lugar, pudo observar como la Concubina Wen se encontraba acurrucada a su lado envuelta entre su preciado edredón de seda claro con sus prendas interiores muy mal acomodadas, dejando a la vista más piel del que debía de verse.
— ¡Fuera! — fue lo único que dijo Lan WangJi con exigencia al ver como la reluciente sonrisa de la Concubina se extendía cada vez más entre sus labios.
— Pero Su Majestad, yo... — mostrándose temerosa la Concubina Imperial Wen cubrió un poco su cuerpo mientras se alejaba unos pocos centímetros del Emperador, como si temiese que la golpeara cuando muy dentro suyo estaba irradiando de felicidad.
— ¡¡Fuera!! — alzó la voz Lan WangJi sin soportar verla o tenerla cerca suyo, ni mucho menos ocupando un lugar que no le correspondía entre su cama, aquella cama que iba a quemar y remplazar antes que llegase su amado a ocuparla, ya que por nada del mundo iba a permitir que su Wei WuXian ocupase una cama que la Concubina a su lado halla ensuciado con su presencia.
— Su Majestad, Y-Yo solo cumplí con sus órdenes — sollozó Wen Zhu dejando salir sus irritantes lágrimas, creando un drama innecesario.
— Entonces cumple con esta largando te de mis aposentos Privados y fuera del JingShi en este momento — gruñó el Emperador fastidiado sin moderar su vocabulario y bajándola de la cama sin ser delicado en absoluto, casi lanzándola al suelo de un solo empujón.
Tomando sus túnicas de dormir, Lan WangJi se las coloco para poder dirigirse rápidamente hasta el Manantial Helado y poder enjuagar todo su cuerpo debidamente para quitar la suciedad, ya que era el único lugar en el cual se podía sentir en paz y dejar sus pensamientos fluir con tranquilidad.
Lan WangJi no sabía exactamente qué era lo que había sucedido la noche anterior, y si en verdad se había acostado con la Concubina Imperial Wen como ella pretendía hacerle creer, pero estaba seguro que todo fue culpa de ese "Té" que tontamente él había aceptado cuando ella le había sugerido tomarlo y él descuidadamente había bebido sin percatarse de nada, dejándolo en la inconsciencia totalmente.
Al terminar su baño, donde fregó muy bien todo su cuerpo y pudo dejar fluir sus pensamientos, se vistió con las prendas ya preparadas por él mismo como acostumbraba hacer al no permitir ningún sirviente que no fuera MianMian dentro de su Palacio Privado con intenciones de empezar el día.
El Emperador necesitaba información valiosa de cómo iban las cosas tanto en el campamento que se había montado para hacer frente en el camino QiongQi, como en el Campamento Militar desde que el General Nie había hecho un intercambio con el General Jin para poder ver cuál era la situación de su hermano menor, el cual por los chismes que se trascurrió por el Palacio Imperial y toda la Ciudad Imperial de Gusu Lan en aquella semana pudo llegar hasta el Campamento Militar.
Pero todos sus planes cayeron cuando observó aún a la Concubina Imperial Wen ahí en sus aposentos sentada en la orilla de la cama esperando cualquier cosa que ella fuese a creer iba a pasar.
— Dije que te fueras — gruñó el Emperador tan solo verla colocarse de pie y querer acercarse a él sin llegar a permitirlo, pues no tenía tiempo como darse otro largo baño.
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La Gran Emperatriz Lan
FanfictionWei WuXian un leal sirviente de la familia Jiang fue entregado al Gran Emperador Lan WangJi, en cambio de la heredera Jiang YanLi sin que el Emperador lo notara. Todos sabían que el Gran Emperador era una persona sabia de pocas palabras, sin un Har...
