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Wei WuXian se encontraba caminando de un lado a otro, no había podido soportar las semanas completas en cama como se lo había exigido la Médico Imperial para su recuperación y tras haber pasado la primera semana, el menor se empezó a colocar de pie para poder hacer algo sin tener que afectar su estado de salud, pero ahora a diferencia de los días anteriores desde que se  despertó y decidió hacer algo dentro de su residencia para matar el aburrimiento, uno de los sirvientes del Príncipe Imperial le había hecho notificar que dentro de media hora el Príncipe Imperial Lan QiRen iba a visitarlo, por lo que se había puesto sumamente nervioso, ya que la primera impresión que le dio al mayor no había sido la mejor, ahora solo esperaba tener una buena charla con él y ya, solo esperaba poder controlar todas sus emociones.

— Mi Señora — Zhou Ning, entró a la residencia en la que se encontraba dándole una pequeña reverencia. Aquel Eunucos Imperial era quien se había encargado durante todos esos días de Wei WuXian cada vez que el Príncipe Mayor lo iba a visitar, por orden del Emperador el Eunuco estuvo presente sin que ninguno de los dos se opusiera, ya que él era el que más visitas le hacía a Wei WuXian de las que el propio Emperador Lan le hacía — el Príncipe Imperial Lan la espera en el salón del té del lado Este —

— ¿E-El lado Este? — pregunto sorprendido Wei WuXian sin podérselo creer, pues estaba bien sabido que las Concubinas Imperiales no podían salir del lado Oeste, lo tenían prohibido y solo por orden del Emperador era que podían salir de aquel lado del palacio.

— Si, mi Señora. Su Majestad el Emperador Lan lo permitió, así que no debe de preocuparse — aclaró de inmediato Zhou Ning ante la angustia que revelaba el refinado y hermoso rostro de Wei WuXian aunque aún estuviera un poco pálido.

— Si el Emperador lo permitió, no veo el porqué no de asistir — respondió Wei WuXian tragando grueso así como asentía levemente con la cabeza para luego rápidamente arreglarse lo poco que se había desordenado antes de salir y encaminarse hacia el otro lado del Palacio Imperial de Gusu Lan.

No hacía mucho el Emperador Lan WangJi había hecho que el Sastre Imperial aquel que solamente hacía prendas para la familia Imperial, confeccionará una cierta variedad de prendas glamurosas para él, dejando de lado las pocas prendas decentes que Madam Yu le había dado cuando salió de YunMeng Jiang de la mansión del Muelle de Loto, para que él empezara a vestir aquellas prendas al igual que muchas de las joyas bañadas en oro Blanco, oro Dorado, hechas en Plata con Diamantes o Perlas preciosas incrustadas, o como esa hermosa Horquilla hecha en Jade Blanco que la noche anterior el Emperador le había regalo.

Para cualquier persona acostumbrada a la riqueza era un obsequio tan sencillo e insignificante,  pero para Wei WuXian era tan hermosa y preciosa que no podía llegar a creer que el propio Emperador Lan WangJi le hubiera regalado una joya tan valiosa como esa así como él no pudiera creer que la pudiera llevar puesta sobre las hebras de su sedosa cabellera bien peinada.

Dando unos pasos refinado mientras mostraba una postura recta, Wei WuXian se encaminó elegantemente detrás de Zhou Ning en compañía de MianMian y JuJu, dejando que fuera ZenZen la que se encargará de organizar todas las prendas y joyas que el Emperador había ordenado para Wei WuXian dentro de la que ahora era conocida como su residencia Wei, la residencia de la Segunda esposa del Emperador, la Consorte Imperio Lan.

A la vez en que Wen Zhu y Jin Su la miraban desde el quiosco con recelo.

Una semana después de que Wei WuXian despertó de la inconsciencia, ambas concubinas le permitieron salir fuera de la residencia en la que se habían mandado a encerrar por más de un mes entero, por lo que aún ninguna de las dos soportaban ver como Wei WuXian modelaba todas las prendas que el Emperador le había mandado a confeccionar a la misma vez en que se colocaba las preciosas joyas relucientes que se le habían obsequiado, cuando a ellas ni una delicada rosa había sido regala por parte de Lan WangJi desde el instante en que pusieron un pie dentro de aquel lado del palacio una vez fueron concedidas al Emperador como sus esposas.

La Gran Emperatriz LanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora