O1

622 54 35
                                    

Sentado en la ventana de su habitación junto a su hermano, miraban atentos y con sorpresa el gran camión de mudanzas estacionado junto a su casa, del cual descargaban decenas de muebles y una infinidad de cajas.

-Sólo espero que mamá no los vaya a asustar y terminen por mudarse de nuevo tan pronto -decía el pelimenta posando la mirada en su madre qué salió corriendo del lugar para darle la bienvenida a los nuevos vecinos, justo como la mañana anterior.

-¿Tu crees que ella realmente es así? Es bastante alegre pero nunca la he visto actuar tan de esa forma.

-Eso es porque hace años que vivimos solitarios en esta cuadra, creo que mamá necesita alguien con quien pueda chismear y pasarle sus ridículos catálogos de maquillaje.

-Tú no hablas de esa manera... ¿hay algo que te incomoda?

-Más bien, yo lo llamaría "intriga"

-¿Vas a contarme? -su tono de voz se elevó sintiendo cierto entusiasmo

-Escuché que la mujer es divorciada y tiene un hijo que no sobrepasa nuestra edad y bueno... por lo que veo, ella es muy bonita -atrapó su labio inferior entre sus dientes evitando sonreír -Seguramente el chico debe ser lindo...

-¡Oh por dios Wonwoo! Te gusta un chico que ni siquiera conoces -cubrió su boca con sus manos exagerando su sorpresa

-Pero lo haré pronto -alzó sus cejas repetidas veces -Escuché que mamá dijo que los invitaría a comer

-Creo que podría cancelar mi salida con aquella chica molesta

-¡Oh no... no lo harás!

-¿Por qué no? Si sufres un colapso nervioso puedo ser útil... no es la primera vez -sonrió.

Wonwoo suspiró derrotado pues, de cierta forma, el azabache podía ser realmente su salvación por si el sujeto llegaba a ser realmente atractivo. Recordando aquella ocasión en la que el guapo presidente estudiantil, Park Chanyeol, sólo le habló para asuntos escolares y éste se quedó en completo shock admirando su belleza a tan escasos centímetros. Jeonghan de mala forma, tuvo que pellizcarle un brazo para regresarlo de su estado de trance y que no pasara más tiempo haciendo él ridículo frente a su enamorado. Aunque gracias a eso, logró unas cuantas citas, que tristemente, nunca llegaron a algo más avanzado y formal, dejando a un Wonwoo en algún tipo de depresión que desapareció en cuestión de horas.

No muy forzado, entonces aceptó la grata compañía del pequeño Jeonghan.

De un momento a otro, su madre ya no se encontraba en el patio de a lado sino junto a ambos chicos.

-Yoon

-¿Quién? -preguntaron al unísono

-Wonwoo -quiso reír ante la habilidad que poseían de hacer y decir las mismas cosas a la par -Arregla tu habitación, es un desastre... está tarde tendremos visitas.

-No sabía que la reunión sería aquí dentro, mi cuarto es pequeño -dijo a media sonrisa

-Pero al menos puedes enseñársela al hijo de Somin

-Y la habitación también -susurró el azabache en el oído de Wonwoo -Por cierto mamá, voy a quedarme también.

Su madre frunció el ceño mientras seguían carcajeándose fuertemente.
Advirtió una última vez lo ya dicho y se retiró, pues según ella, no quedaba mucho tiempo y tenía que dejar todo listo.

Los chicos se miraron en silencio y comenzaron a ordenar el cuarto del pelimenta, porque a decir verdad, esa podía ser una buena oportunidad para platicar sin sentir miedo de que su madre pudiese decir algo inapropiado.

DAMN CUPID! [Yoonhong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora