DAMN CUPID! [Yoonhong]

21

Joshua estaba devastado, entrar a aquella casa y mirar a su novio hecho un charco de sangre, simplemente era terrible.

No podía creer lo que Wonwoo había sido capaz de hacer por algo que no siquiera tenia tanta importancia a su parecer. Aunque, si Jeonghan había devuelto los golpes, realmente hubo algo más allá que sólo platicar pacíficamente, ambos pusieron parte para lo ocurrido.

Rascó su cabeza irritado, llevaba varias horas en la sala de espera de aquel hospital sin noticias de su novio. Al llegar le habían dicho que no era algo de mucha gravedad, pero contemplando el rato que había pasado después de todo, le daba mucho de que pensar. Estaba preocupado, movía sus pies insistente, mirando disimuladamente de tanto en tanto a Wonwoo y Mingyu, quiénes estaban junto a él, esperando también por respuestas.

Su madre no tardaría en hacerse presente de igual forma y temía por lo que fuese a pasar después de ello.

Él no era padre ni mucho menos, pero podía imaginarse el sufrimiento de la señora Yoon al saber que sus hijos llevaban una guerra sin saberlo, desde hace bastante tiempo, y que consecuentemente, habían llegado a los extremos.

Simple y sencillamente, no era agradable.

Mordió su labio para contener el llanto, se había autoconvencido que el no tenía la culpa de nada, pero es que verlos agredirse verbalmente por el nombre "Joshua" no lo ayudaba en nada.

—Familiares del paciente Yoon Jeonghan —habló firme un médico que se hacía presente en la Sala.

—¡Yo, ah! —mencionó el azabache —Yo soy su hermano... ¿Cómo está él?

—Por suerte está estable, y por suerte su tabique no está roto, logramos detener el sangrado, cuando lo pasamos a urgencias, perdió el conocimiento... —pausó mirando un momento las hojas en sus manos —Fue afortunado, el golpe en la cabeza pudo causarle un traumatismo, aunque siendo sinceros las heridas y moretones tardarán algo de tiempo en sanar por completo. Por el momento es todo

Todos miraban estupefactos al médico, sin duda Wonwoo se había sobrepasado en todo aspecto.

—¿P-podemos pasar a verlo? —dijo el rubio con voz temblorosa.

—Pueden, pero sólo no lo agobien, sea lo que sea que haya ocurrido, debió ser espantoso para aquel chico —medio sonrió antes de indicar la habitación donde yacía Jeonghan.

—Joshua, ve tú —dijo el pelinegro cabizbajo.

—Hyung... Pero tú eres su hermano...

—Pero soy un mal hermano, soy la causa de que él este acá... Quiero que tú vayas ¿de acuerdo? —dijo sin más, comenzando a caminar para alejarse de ahí.

El rubio abultó su labio inferior, mirar a Wonwoo de esa manera igual le afectaba, se miraba tan triste y arrepentido que solo esperaba que todo se solucionará tan pronto, todo aquello era una tortura.

Entró despacio a la habitación ya dicha, le partió el alma ver a su novio en esa cama sin poder moverse a su libertad, ya no había rastro de sangre como hace unas horas, pero ahora se miraban a la perfección todas las marcas violáceas que adornaban la mayor parte de su rostro.

Cubrió su boca con sus manos ahogando un sollozo captando la atención de Jeonghan que ya había recobrado el conocimiento.

—Joshua, estás aquí —susurró apenas audible pero sin perder aquel entusiasmo que lo caracterizaba.

—Hyung... Te ves del asco... —rió un poco entre el llanto —¿Cómo estás? —preguntó sentándose junto a él.

—Me duele el cuerpo Shua, y sí, me siento del asco, puedo notar que mi cara está hinchada, ¿no es así?

—Es normal por los golpes que recibiste... No te esfuerces demasiado, quiero verte bien pronto.

—¿Es por qué te doy miedo, verdad? Me veo fatal Joshua... Pero no me dejes, no así...

—Después de todo, ¿crees que voy a dejarte? Por dios, Hannie, ahora con esto voy a estar más tiempo junto a ti —tomó su mano acariciándola con suavidad —No me importa si tienes la cara hinchada, si tienes o no un brazo, una pierna... Yo voy a estar siempre contigo, así que no digas esas cosas mi amor, cuando digo que te amo, hablo muy en serio.

—Eres el mejor Shua... Sigo creyendo que me saqué el gran premio contigo, no sé que hice para merecerte, eres tan bueno.

Jeonghan observó como el rubio de acercó lentamente a su rostro, depositando luego un tierno y casto beso sobre sus labios.

No había pasado una eternidad y sin embargo, había sentido un golpe fuerte de amor en ese acto.

Se sintió tan bien después de aquello que incluso, se atrevería a decir que estaba completamente curado y listo para irse a casa, pero él no podía tomar esas decisiones tan libremente.

Quería ver a su hermano, no lo negaba, pero simplemente, la compañía de su novio le estaba haciendo bien. Nadie le aseguraba que Wonwoo fuese a disculparse.

—Amor... ¿Qué le has dicho a tu hermano para que se enfadara así? Mingyu hyung dijo que él quería hablar bien contigo...

—Él dijo que yo era un asco Shua, me hirió mi orgullo —dijo bajando la mirada mientras jugaba con sus dedos nervioso —Yo... yo le dije que la segunda cita fue cancelada porque no lo amabas...

—¿Eso fue todo?

—Es todo... Eso lo hizo perder la cabeza y golpearme, lo merecía.

El castaño sonrió. Le causaba cierta gracia la forma en que Jeonghan se miraba tan inocente después de haber dicho algo cómo eso. Por lo visto, hacerlo enojar traía consecuencias graves.

—¿Qué te causa gracia?

—Hyung... Eres una cajita de sorpresas, eres tan lindo por fuera, pero en el interior eres tan maldito que no puedo creerlo —volvió a reír —Esa cualidad ahora es mi favorita, me encantas mucho amor.

—¡Oh por Dios, Joshua! —se cubrió su rostro cuando lo sintió enrojecer.

—¡Eso! Eso también lo amo demasiado, cuando te sonrojas te ves tan tierno que quiero abrazarte muy fuerte y no dejarte ir jamás.

—¿Y qué haces ahí parado sin dejar de hablar? Acercáte y hazlo.

—Nop. —negó sonriente —Si lo hago voy a terminar... Ya sabes... Aún con tu cara hecha mierda te miras sexy, Hyung.

Jeonghan soltó una carcajada seguida de un jadeo de dolor, le era bonito él como Joshua podía levantarle el ánimo y algo más en cuestión de segundos.

Estaba seguro de que, si tuviese más años, le propondría matrimonio ahora mismo. Sus relaciones anteriores, no iba a negar que habían sido lindas e incluso habían acabado en buenos términos, pero el rubio era diferente, con él quería vivir lo que jamás ha hecho en la vida. Y ahora, a pesar de todo lo ocurrido, tenía a alguien a su lado y estaba completamente feliz.

—Te súper hiper mega amo Jeonghan.

—Yo no.

—¿Estás bromeando?

—¡Yo te súper hiper hiper  mega amo Shua!