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El regreso a casa fue un tanto tortuoso, pues ambos hermanos caminaban en silencio, mientras escuchaban al menor cotillear muy anímicamente sin parar junto a su mejor amigo. Intentaban sumarse a la conversación pero el chico les dedicaba serias miradas de odio que los hacían desistir de su insistencia. Se preguntaban cómo Joshua podía ser el gran amigo de ese sujeto pelirojo, pues al menos Wonwoo, sabía un poco el tipo de persona que era; en pocas palabras, amargado y silencioso. Sin embargo con el rubiecito, su humor cambiaba por completo.

-¿De verdad crees que tenga una oportunidad con Joshua? -susurró bajito en el oído del azabache.

-Que Mingyu sea su mejor amigo no significa nada Woonie.

-Pero... ¿y si está enamorado en secreto de mi chico? Tan sólo míralo -miro de reojo al par que seguía metido en su conversación -Es tan diferente con él, nunca lo vi actuar así en clases.

-Pues deberías irte acercando más.

-Dijiste que me ayudarías.

-¡Hey Joshua! -habló captando la atención de ambos chicos -¿Quisieras ir a casa a jugar Overwatch con nosotros?

-¡¿De verdad hyung?! -sonrió dejando a la vista sus incisivos -Mingyu hyung ¿te veré luego?.

-Diviértete Joshua -musitó el pelirojo alborotando la cabellera castaña y marchándose a casa.

El pelimenta se quedó estático, pues se notaban las ganas de Jeonghan para poder acercarlos, pero no lo estaba haciendo tan bien como parecía. Si de algo podía estar seguro es que sí tenían aquel videojuego en casa, pero Wonwoo no era ese tipo de persona. Él se dedicaba más a leer revistas filosóficas, mangas y ver anime, pero sólo eso. Definitivamente quedaría en ridículo y por un momento se arrepintió de haber abierto la boca para decir aquello.

-¿De verdad sabes jugar esto Wonwoo hyung? -dijo el menor mirando fijamente su expresión al haber perdido por cuarta vez consecutiva.

-Yo...

-Voy a enseñarte ¿sí?.

Joshua se colocó tras su espalda, sujetando el mando de la consola junto a las manos de el pelimenta y cerró con fuerza sus ojos al sentir que sus mejillas estaban calentándose rápidamente. El tacto del pequeño era delicado y se sentía como estar en el paraíso, estaba tan concentrado imaginándose tantas situaciones junto a aquel chico que olvidó por completo escuchar cada una de sus instrucciones.

-¿Entendiste?.

-Yo... ¡Ugh lo siento tanto Shua! No soy bueno para esto -rascó su nuca nervioso -Iré a... iré por unos bocadillos ¿sí? -dijo retirando su vista de la pantalla y saliendo de la habitación.

Entró a la cocina tomando un vaso de agua para beberlo con rapidez, sabía que aún tenía las mejillas coloradas y necesitaba desaparecer esa reacción. Se sentía tan estúpido porque recién comenzaba a conocer al rubiecito y uno de sus pasatiempos favoritos no lo tenían en común. Mordió su labio intentando pensar en que podría hacer al respecto, quería saber de él más a fondo, pero su timidez era un gran impedimento.
Tomó un gran bowl y lo llenó de comida saludable y otro con respectiva comida basura. Así sabría al menos cual era su preferencia por ciertos bocadillos.

Subió con lentitud las escaleras y sintió una opresión fuerte en el pecho al abrir la puerta y ver cómo el amor de su "semana" y su hermano parecían ser las personas más felices en el mundo. Claramente Jeonghan sabía jugar Overwatch a la perfección, era un punto a su favor y la escena se tornaba un tanto dolorosa.
Despejó sus manos y tomó asiento para dedicarse a mirar como aquel par se estaba divirtiendo en demasía, inclusive parecía cómo si no hubiesen notado su presencia.

DAMN CUPID! [Yoonhong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora