Lea
No podía pensar en alguna excusa para justificar lo que acababa de pasar. Me sentía una completa tonta al creer que lo poco que teníamos era una conexión que, si, era débil aún, pero que con el tiempo se iría intensificando o eso había pensado tontamente. Por un momento llegué a creer que él también sentía esas sensaciones extrañas cuando se acercaba a mi, pero no, él acababa de demostrarme que era como todos los niños ricos que solo jugaban con las chicas como yo, tan ingenuas y creyentes de un amor que se daba por cuestiones del destino.
Y aunque lo conociera muy poco dolía ese rechazo, esa imagen de jamás iba a ser en serio. ¿Lo peor de todo?, Yo creí que sí.
En estos momentos necesitaba de alguien asi que cogí mi móvil y marqué a la única persona capaz de sacarme de este rollo emocional. Zoe entendió que la necesitaba ahora , me aseguró que estaría en mi casa lo antes posible y así fué.
Cuando abrí la puerta pude sentir esa presión en el pecho, de cuando necesitas una taza caliente de chocolate y galletas echas por tu madre, solo que esta vez necesitaba las golosinas y a mí mejor amiga. Entró y me dió un abrazo que se sintió reconfortante.
Ya estando en mi habitación la puse al tanto de todo mientras ella por ningún motivo me interrumpía, creía saber que lo hacía porque sabía que tenía que desahogarme.
—Me hizo lo mismo—dije aún abrazada a mi almohada— aunque fueron de diferentes formas.
Ella solo asintió aún mirándome como aquellas madres compresivas que escuchaban los líos amorosos de sus hijas.
—Si te sirve de algo, Maycol estuvo algo raro después de que le colgaras—dijo casi restándole importancia.
¿Como alguien puede sentirse mal después de decirle a su cita tremenda tontería?.
—Un peso menos de encima—solté sarcástica mientras me llevaba una gomita a la boca
Ella se enderezó y cruzo sus piernas como si estuviera a punto de darme la conferencia del año.
—Lea prometí no decírselo a nadie y menos a ti—admitió— pero Maycol me contó el porqué no fué a esa cita.
¿Había un porqué importante?. Necesitaba oírlo así que le presté toda mi atención.
Ella lo notó y prosiguió a contarme.
—No sé exactamente como ni quién pero al parecer algo o alguien lo acorraló a no hacerlo.
¿Algo o alguien?
—Pero, ¿Como, por que?—me quedé atontada
Ella resopló y continuó.
—Lea yo ví lo entusiasmado que estaba mientras se alistaba para verte—pausó para mirarme y le hice ademán de que siguiera—incluso compró una cadenita porque quería pedirte salir formalmente.
Abrí los ojos como platos a lo que me estaba diciendo.
Si quería que saliéramos formalmente, ¿Por que me dejó plantada?.
Aún con todo el asombro del asunto le pregunté.
—¿Y entonces? , ¿Por que dejarme plantada?.
Ella se acercó aún más creando un espacio confidencial.
—Eso es lo que no sé—susurró— pero ya de por sí es raro el asunto, porque solo minutos antes de salir de casa recibió una llamada, luego de tener esa conversación tiró la cajita con la cadenita a la basura y se metió a su habitación frustrado, fui detrás de él y fué cuando me dijo eso.
ESTÁS LEYENDO
ADICTIVA LEA
Mystery / ThrillerLa muerte no perdona y la memoria tampoco. Existen quienes creen que el amor no solo son rosas y pétalos si no que por el contrario es entrega y posesión. Aquel sentimiento también se puede ver reflejado en la intensa obsesión que se desarrolla por...