CAPITULO 14

33 9 2
                                    


    "Jodida despedida"

Lea

Todo el tiempo que pasé con Zoe me sirvió de mucha ayuda, ahora se me hacía mucho más fácil asimilar lo mío con Neytan. Debía volver a casa después de este leve descanso.

—Te puedes quedar una semana más si quieres—ofreció ella sonriendo.

Ya llevaba más de dos semanas aquí no podía seguir quedándome sin que mi madre tuviera un infarto.

—Si no llego antes del almuerzo mi madre va a matarme —le devolví la sonrisa.

Nos dimos un último abrazo y me subí al auto dejando mi bolso en los asientos traseros. Me despedí desde el auto una vez más y arranqué.

Durante estas dos semanas habían pasado cosas extrañas con Zoe como lo es el supuesto chico cuyo nombre no sé. Solo lo sabia que lo tenia agendado con una M, ni siquiera sabia si ella misma conocía su nombre. Habia salido un par de veces y en todas ellas jamás pude verlo, solo tenía que conformarme con saber que era un hombre "excepcional" como lo llamaba Zoe cada vez que lo describía.

Al parecer la confusión de Zoe era cada vez menos, habíamos llegado a la conclusión de que en verdad gustaba de ambos sexos porque ella se autodenominó una bellísima y potencial chica bisexual.

Por la radio sonó youngblood, una de mis canciones preferidas. Cantaba al compás de la música y sentía esa vibra de paz que me trasmitía esa canción, cada frase detonaba en los adentros de este auto y yo solo podía gozar de la buena música.

¿Remember The words you told me?
"Love me 'til the day y die"

Surrender my everything 'cause
You made me believed you're mine

Yeah , you used to call me baby
Now you're calling me by James

Takes one to know one, yeah , you
Beat me at my own damn game

You're pushing, you're pushing

I'm pulling away, pulling away
From you

I give and give and i give and you take,
give and you take

Abrí las ventanas del coche para dejar entrar el viento por el calor infernal que había. Eché un vistazo al casi llegar a casa y vi muchos autos estacionados en las afueras de la casa de la familia Lombardi. Paré y me quedé observando el interior, habían muchas coronas de flores, de esas que hay en entierros, acompañados de muchas personas en trajes negros y vestidos del mismo color. Todos muy elegantes y cada uno de ellos tenían expresiónes de tristeza, incluyendo a la madre de Neytan quien no dejaba de llorar arrinconada en una esquina mientras era sujeta por su marido.

ADICTIVA LEA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora