CAPITULO 12

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Neytan

La tan obstinada idea de venganza aún permanecía en la mente de mi padre, honrar su palabra y honor encabezaba la listas de sus prioridades. Malcom Lombardi tenía la firme idea de acabar con quiénes se le atravesaran en el camino.

Aún si eso llevaba a tomar medidas drásticas.

— Si bien es cierto todos tenemos fuentes que nos darán acceso a información valiosa que esté escondiendo —dijo Farid uno de nuestros socios.

Todos estábamos reunidos frente a frente para darle inicio al objetivo principal de esta reunión. Despejar el camino.

Durante la ausencia de la familia Lombardi y Miller hubieron quince personas que se encargaron de manchar nuestra imagen con el fin de convertirse en los nuevos líderes, todos y cada uno de ellos manejaban cierto rubro de narcotráfico a nivel internacional ,tienen puertas que dan la entrada a las únicas oportunidades que tenemos de volver a ser el mando mayor.

¿Nuestro plan?. Acabar con ellos, uno por uno.

Mi padre no se podía poner en riesgo aún, por los seguimientos que le daban al caso que tuvo que afrontar hace unos años, cuando Ian Miller y él tuvieron altercados que lo llevaron a tener que probar su inocencia ante los falsos que Miller levantó en su contra, por lo que se que mantenía presente através de una pantalla.

—Necesito que hallen huecos —ordenó— vigilen sus movimientos y necesito que me... que le reporten cada movimiento a mi hijo.

Todos asintieron aún con dudas.

—Augustus y yo nos encargaremos de Marcus Prieto, el es el que encabeza todo—añadí mirando a todos—si el falla todos lo harán.

La sala se llenó de miradas ansiosas, todos estaban de acuerdo en que para obtener el puesto mayor estos quince individuos debían caer y no había mejor arma que el tener ojos y oídos por todos lados, lo que nos daba una ventaja sobre él.

Ya todos en la sala tenían una orden que acatar, por nuestro lado Augustus y yo seriamos un tanto reservados y cuidadosos con lo que fuésemos a hacer, no podíamos soltar abiertamente lo que planeábamos.

Estando en la carretera de camino a casa ambos nos mantuvimos en completo silencio, se podría decir que a pesar de nuestros acuerdos no todo estaba arreglado entre nosotros. Bueno, era hora de hacerlo.

—Mira, estaremos mucho tiempo juntos en esto así que arreglemos nuestras diferencias ahora—solté manteniendo la vista al frente.

Noté que dejaba de asomarse por la ventana para voltear a verme.

— Quizá deberíamos —dijo aún con el cigarrillo en la boca —suelta lo que tengas que decir Lombardi.

Ya no era para nada extraño que me llamara por mí apellido y no por mi nombre.

—Lamento lo de tu padre, yo jamás pude decírtelo.—expresé

—Si bueno, aunque no encontré a quien lo hizo, aún, pude dar con una pista que muy pronto me llevará al asesino de mi padre.

Augustus era de las personas que jamás dejaba por saldada una cuenta hasta que fuera el quién la terminara y por obvias razones sería el quién encontraría al que asesinó a sangre fría a su padre.

A este punto podía saber que era el único amigo que no saldría lastimado con nada que me involucrara y por esa justa razón debía ayudarlo.

—Soy de mucha ayuda, quiero estar dentro— añadí.

Sabía que me necesitaba.

—Bien, pero si llegas a jugar sucio de nuevo no pienso hacer de cuenta que no sucedió nada.

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