Capítulo 5 Post-celebración

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PARA MAYOR CONCENTRACIÓN, LEER EL CAPÍTULO CON LA CANCIÓN DE LA MULTIMEDIA.

Llegó un nuevo día, Alberto despertó de repente, miro el reloj y eran las 6 de la mañana, el sol estaba saliendo, no podía dormir más, sentía una presión en su pecho y miles de pensamientos rondando su cabeza, ¿acaso estaba ansioso por su fiesta? o ¿por declarar sus sentimientos ante Giulia?, aún estaba desconcertado por aquel sueño o fantasía subida de tono, "aceptalo amigo, quieres estar con ella y darle todo tu amor, ya sabes a qué me refiero" jugaba Bruno con su mente, -silenzio Bruno- dijo Alberto, decidió salir de la cama, salió al pasillo, no había nadie, se oía un silencio de ultratumba, caminaba por este, haciendo que las tablas rechinan un poco, caminó despacio hasta llegar al cuarto de Giulia, la miro desde la puerta, la veía dormir, como a un bebé, le pareció tierno, se imaginaba durmiendo con ella, teniéndola en sus brazos, le parecía algo romántico y tierno. Se alejó de la puerta y bajó al primer piso, notando un silencio armonioso, hasta que escucho a Massimo roncar, lo cual le hizo recordar a un motor de auto descompuesto, haciendo que no pudiera aguantar la risa, hasta el punto de soltarla, enseguida se tapó la boca, para no despertarlo, salió al patio, viendo como salía el sol, se subio al arbol, viendo a lo lejos las montañas, y las nubes posarse en estas, le parecía una vista hermosa, decidió continuar con su rutina, la cual era nadar en la mañana y luego regresar, se quitó su camisa y se lanzó al agua, cambiando a su forma normal, movía su cola mientras avanzaba, daba pequeños saltos fuera del agua, como los delfines, recordando cuando lo hizo con luca, llegó a la isla donde vivía, sentándose en una roca, viendo como el sol comenzaba a salir, a lo lejos divisó unos cangrejos salir del agua, dirigiéndose a tierra, se quedó mirándolos, hasta que a lo lejos divisó algo redondo, se acercó notando que estaba bajo el agua, acercó su mano tomándolo, al sacarlo era una gran almeja, Luca le había explicado que las almejas y ostras producen perlas, abrió la almeja con cuidado de no cortarse un dedo, notando unas cinco brillantes, blancas y redondas perlas en esa, se le ocurrió una idea, miro bajo el agua y noto un grupo de estas, las tomo y sacó unas cuantas perlas, completando treinta, con estas haría un collar de perlas y se lo regalaría a Giulia, cuando se declarara, -creo que hoy comeremos almeja al vapor, a Massimo le encantan, lo mismo a Giulia- tomo una red que había ahí y las empaco todas, escondió las perlas en su bolsillo, procurando de que no se cayeran, nado hasta el pueblo, al llegar, su forma humana apareció y llegó a casa, entrando en esta con la red, notando a Bianca en la cocina, -ciao Bianca- saludo entrando a la cocina, -ciao Alberto, ¿porque tan temprano?- preguntó dudosa

-es que... no podía dormir más y decidí salir a nadar un rato- contestó algo nervioso

-vaya que bien, es bueno hacer ejercicio en la mañana- contestó mientras servía algo caliente

-si, mientras nadaba alrededor de la isla, encontré esto- señalo la red, Bianca se sorprendió al ver la cantidad de almejas en esta, -wow, ¿son almejas? verdad, hace tiempo que no veía una de estas, y estan enormes - se sorprendió al verlas, -a mi esposo le encantan, lo mismo a mi y a mi hija, cuando estaba con ella en Génova, a veces la llevaba a un restaurante de comida de mar, pedimos almejas, era el plato más costoso, casi no podíamos comerlas, cada dos o tres meses, pero me gustaba ver a mi Giulia feliz- comentaba algo nostalgica

-qué te parece si sorprendemos a tu esposo e hija con esto para almorzar- aconsejaba a Bianca, -si, buena idea, mientras preparas el almuerzo, yo los llevaré a ellos, a caminar para distraerlos, quiero ver sus caras de alegría- comentaba con efusión y emoción, en eso Giulia entró a la cocina, -hola mamá, hola Alberto- saludo

Alberto dio un brinco, tomo la red y la escondio detras de su espalda, - bongiorno Giulia- la saludo con nervios, -bongiorno Alberto, ¿ que tienes en la espalda?- preguntó con el ceño fruncido, Alberto solo se puso más nervioso, -mmmm...es...- no podía casi hablar

Eres mi verdadero amor, y lo sabes. (Alberto Scorfano x Giulia Marcovaldo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora