Tiempo después, Eleonora se encontraba en estado de embarazo algo avanzado, Giorgio estaba demasiado feliz porque tendría un bebé, la suegra de Eleonora la acompaña en todo, le enseñaba técnicas de cuidado maternales, incluso Daniela y Lorenzo estaban felices por Eleonora, -bueno, amore, iré a descansar, no puedo continuar con la labor- habló agotada tocando su vientre, Giorgio comprendió su situación, acercándose a ella, puso su cabeza sobre el vientre de Eleonora, -no puedo creer que dejes cansada a mamá- le habló con ternura a su bebé no nacido, se sentía feliz y orgulloso por su nuevo hijo o hija no nacido, el bebé dentro de Eleonora se movió, al sentir eso se conmovió, ya que sabía que dentro de poco, llegaría al mundo -ay amore, sé que estás ansioso por el bebé, igual yo, pero...se que ambos le daremos amor cuando nazca- tomo su rostro, ambos se dieron un beso, -quien diría que eres el mejor esposo y padre del todo el mar- miro sus ojos morados
, Giorgio tuvo una gran idea, -¿que tal si paseamos por el pueblo humano, si?- le propuso
Eleonora cuestionó la pregunta, -no se amore, estos días he sentido que el bebé se mueve mucho, y he sentido mucho cansancio, si vamos, que sea rápido, no quiero preocuparte- le comentó
-si amore, cualquier dolencia que tengas halla arriba, me avisas y regresamos al mar, si- la beso
Ya iba a atardecer, así que decidieron ir a ver la aldea humana, al salir del agua, Eleonora es de piel color canela, ojos verdes esmeralda, pelo ondulando de color cafe hasta la cintura, cara ovalada y brazos y piernas delgadas, llevaba su vestido de algas, quien le había tejido la madre de Giorgio, notando su gran vientre -bueno amore, cambiemos nuestras ropas, no queremos que sospechen nuestras identidades- tomaron ropa de un tendedero, cambiando sus ropas marinas, Giorgio dejando ver su aspecto humano, de piel color canela clara, cabello crespo de color negro petroleo, ojos morado oscuro y cuerpo musculoso, haciendo que muchas chicas suspiraran al verlo, haciendo poner celosa a su esposa, ambos caminaron por el lugar, dejando ver a las personas caminando por las calles, Eleonora se sintió agotada, así que decidio sentarse a tomar aire, en eso un hombre de aspecto robusto, pelo medio crespo de color cafe y cejas gruesas con un gran bigote, iba acompañado de su pareja, una mujer de piel blanca, cabello rojo largo hasta los hombros, y ojos color verde claro, -ciao, que bueno ver nuevos ciudadanos aquí- saludo la mujer de forma amable, Eleonora le agrado la humana, -¿de donde son? nunca los había visto- hablo el pescador con una voz gruesa
-mmmm...somos de Liguria- habló Eleonora
-enserio, de que parte- cuestionó la mujer de nuevo
-mmm... perdon, en realidad venimos de muy lejos- intervino Giorgio
La pareja de humanos se sorprendió, -¿son de Génova o Venecia?- preguntó con
curiosidad
la pareja de monstruos se miraron con duda en sus ojos, -mmmm...si, venimos de esos lugares...jeje- mintió Eleonora
-si, ella es de Génova, y...yo de...Venecia- habló Giorgio
la pareja se sentó en frente de ellos, -vaya, yo vengo de Génova, él de aquí, Porto Rosso- explicó la mujer
en eso Eleonora sintió una pequeña punzada en su vientre, haciendo un gesto de incomodidad y algo de dolor -¿qué ocurre?- preguntó la mujer al notar sus gestos
-mmmm...no nada- habló fingiendo aquel leve dolor
-¿enserio?- preguntó con algo de preocupación
-no...no es nada, solo es un calambre...a veces suelo tener calambres en el embarazo, es normal- mintió sintiendo como esa leve punzada iba incrementando
-ay querida, eso es normal, se que algún día seré madre, y tendré que acostumbrarme a esos calambres, además, ¿cuándo nacerá tu bebé?- preguntó con curiosidad
-mmm...no se...ya dentro de poco- habló tratando de ocultar su dolor
-ay querida, ya vengo, mi pareja y yo los invitamos a comer algo, no se muevan, ya venimos- se puso de pie la mujer, junto en compañía de aquel pescador, caminaron a un restaurante que había en frente de la fuente, en eso Eleonora sintió una fuerte contracción, apretando su vientre, mientras gemía de dolor, Giorgio noto eso, se puso de pie y con sus fuerzas, caminó hasta la orilla del muelle, con sus fuerzas llegó hasta una gran roca, tendiendo su mano de esta, sintiendo otra fuerte contracción, en eso su esposo llegó preocupado, -amore, ¿qué pasa?- preguntó al notar su expresión
-me duele mucho...ahhh- se volvió a quejar
Giorgio sabía que pasaba, -amore, vamos a casa, el bebé se mueve mucho- habló entre dolores, de repente sintió como un líquido caliente se escurría en sus piernas, dejando ver sus escamas, sintiendo una punzada aún más fuerte, con sus fuerzas se metió al mar, comenzando a nadar sin rumbo alguno, debido a que sus contracciones eran más fuertes, Giorgio la siguió, Eleonora nadaba sosteniendo su vientre, mientras nadaban, comenzó una fuerte tormenta, con truenos y relámpagos, Eleonora nado hasta llegar a una isla en medio de esta, salió del agua arrastrándose hasta llegar al césped de esta, se recostó en este, mientras la lluvia caía a todo poder, -amore- Giorgio se acercó a ella
-Me duele mucho, ¿qué ocurre?- preguntó preocupada sosteniendo su vientre
-sabes que mi madre adoptiva es matrona, o partera, eso significa de que vas a dar a luz- le explicó
Eleonora volvió a sentir una fuerte contracción, haciendo que soltara un fuerte quejido de dolor
su esposo se colocó en frente de ella, estaba nervioso ya que era la primera vez que atendía un nacimiento, ya que él acompañó a su madre desde niño, y varías veces se desmayó cuando veía al bebé recién nacido, sabiendo que debían hacer las madres al dar a luz...
Eleonora sabía que estaba en trabajo de parto, ya que sentía como el bebé le hacía presión sobre la zona pélvica
-bueno amore, cuando lo indique, tomaras aire y empujaras con todas tus fuerzas- le indicó tomándola de los hombros
la joven monstruo sintió otra fuerte contracción, tomó aire y reunió todas sus fuerzas, empujando mientras apretaba sus puños y mandíbula, -eso amore, otra vez- la alentaba Giorgio, se recostó sobre el pasto mojado, volviendo a rempujar, mientras soltaba un grito de dolor, mientras sus fuerzas iban saliendo de ella, la lluvia seguía cayendo, sentía el mayor dolor de su vida, sentía como si sacaran una gran roca de ella, no tenía fuerzas, ya que las contracciones eran cada vez más fuertes y le impedían pensar correctamente, volvió a empujar mientras apretaba el césped con sus manos, -lo estas haciendo bien amore, solo unas cuantas y ya- alentó Giorgio a su esposa
Eleonora sentía como el dolor incrementa, -puja otra vez- le volvió a indicar, lo hizo mientras soltaba un agudo quejido de dolor, las lágrimas salían de sus ojos, -se que duele amore, pero ya casi- lo dijo con nervios y apure, Eleonora volvió a rempujar, sintiendo como su bebé iba saliendo de ella, -ya casi amore, ya casi- lo dijo con nervios y algo de emoción en su voz
la chica se estaba quedando sin fuerzas, pero faltaba poco para que su bebé estuviera con ella, en eso Giorgio se quitó su camisa, dejando ver de nuevo su fuerte cuerpo, la chica volvio a empujar mientras gritaba de dolor, en eso se escucho un llanto, sabía que su bebé había nacido, un pequeño bebé monstruo marino, de piel con color morado, escamas y aletas de color morado oscuro, una pequeña cola con una aleta de cinco picos por encima y una de tres picos debajo, Giorgio recibió al bebé en sus brazos, envuelto en la camisa, mientras lloraba de la felicidad, Eleonora no contuvo sus ganas y empezó a llorar sin parar, Giorgio le paso al bebé, que aún estaba unido al cordón umbilical, mientras sollozaba, lo apego a su pecho, sintiendo su calor - ya llego....ya llego con nosotros- sollozaba mientras abrazaba al pequeño bebé, -es un... varon- exclamó Giorgio con lagrimas en sus ojos, ambos estaban felices por su nuevo bebé, la tormenta estaba comenzando a cesar, el pequeño mosntruo dejo de llorar, estaba más tranquilo, Eleonora miro a su bebé con ternura y alegria, Giorgio acerco uno de sus dedos a su pequeña manito, este la tomo con una fuerza minima, sintió algo en su corazón, una alegría inmensa, miro a su esposa con lagrimas en sus ojos, la chica volvió a mirar a su hijo recien nacido, -bienvenido al mundo- toco su pequeño rostro, -bienvenido al mundo, Alberto Scorfano- le dijo con ternura y amor, mientras lo abrazaba.
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Eres mi verdadero amor, y lo sabes. (Alberto Scorfano x Giulia Marcovaldo).
Fiksi PenggemarHan pasado diez años, desde que Giulia había conocido a sus nuevos amigos, cada día estaban más unidos, hasta que Alberto comenzó a tener sentimientos hacía su hermana adoptiva, desde los quince años, Giulia había comenzado a sentir lo mismo, pero s...