𝟬𝟰

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[Matt]

Guíe a Mello a una de las habitaciones que se encontraban en la parte superior de la casa. No me iba a entretener en explicarle a Light el por qué la necesité, de eso ya me preocuparía mañana.

Entré el primero en la habitación y detrás mía entró Mello. Me giré para cerrar la puerta y acto seguido apoyé a Mello sobre esta, colocándome yo frente a él. Mi vista se quedó fija en sus ojos mientras mi mano se dirigió instintivamente a su cabello, el cual era muy fino, muy liso y extremadamente suave, tal y como lo veía en mis sueños.

Estaba tan concentrado en esa parte de él que ni siquiera me percaté cuando Mello tiró de mi camisa para besarme. Al contrario que en el salón, este beso era más intenso. Sentía como las manos de Mello se colocaban alrededor de mi cuello y cómo su lengua se enredaba con la mía en el interior de su boca. Era un beso simplemente perfecto.

Aunque podría haberme quedado pegado a sus labios toda la noche, necesitaba separarme para coger oxígeno. Mis ojos recorrieron de arriba a abajo el cuerpo de Mello y se detuvieron en su boca, estaba entreabierta, soltando leves suspiros. Era una imagen preciosa, a la vez que caliente.

– ¿Te gusta? – Escuché preguntar a Mello mientras pegaba con cuidado su cintura a la mía y se rozaba con esta indirectamente.

– ¿El qué? – Dije algo anonadado por su pregunta, me pilló de sorpresa sinceramente.

– Mi boca – Contestó mientras se le dibujaba una sonrisa ladina en su rostro. En cuanto respondió eso acerqué mi boca a la suya sin llegar a besarlo, con una separación que no llegaba a medir cinco centímetros.

– Sí, me gusta como no tienes idea – Una vez dije eso volví a pegar mis labios a los suyos en un beso aun más intenso que el anterior, si eso era posible claro.

Mientras le besaba pasé mis manos sobre su torso, por encima de su camisa. Los movimientos eran rápidos, desesperados, pero en mi mente todo se reproducía con lentitud, quedándome hasta con el más mínimo detalle de él. Habría seguido en este lugar un par de minutos más, pero Mello se encargó de impedirlo cogiendo mis manos y llevándolas a su espalda baja.

– Tócame mejor en ese lugar – Dijo separándose del beso y respirando con cierta dificultad.

– Parece que alguien se está empezando a desesperar – Contesté mientras mis manos bajaban muy lentamente hasta llegar a sus nalgas, una vez ahí las empecé a masajear a mi gusto.

– Deja de hablar y solo sigue así, justo así...– No respondí nada más, simplemente me encargué de tocarle lo mejor que sabía. Llevé mi mano derecha al cinturón de su pantalón y con rapidez lo desabroché. En menos de un minuto su pantalón y su ropa interior se habían perdido en algún lugar de la habitación.

Volví a dirigir mis manos a sus nalgas. Cuanto más las tocaba mejor se sentía hacerlo. A Mello esto parecía gustarle, ya que estaba apoyado con gusto en la puerta soltando leves gemidos que iban haciéndose cada vez más sonoros. El dedo índice de mi mano derecha empezó a acariciar más allá de sus nalgas logrando sentir como su cuerpo reaccionaba agradablemente a mi tacto y como su entrada estaba cada vez más lubricada bajo mis dedos.

En cuestión de minutos, Mello tenía dos de mis dedos en el interior de su cuerpo, completamente dentro de él los cuales se movían por voluntad propia casi sin ninguna dificultad. Mello ya no se encontraba pegado a la puerta, estaba recostado sobre la cama, sujetándose a la almohada y gimiendo despreocupadamente bajo mi cuerpo. Me había encargado de quitar lo que quedaba de su ropa y tenía frente a mí su cuerpo completamente desnudo, con ciertas marcas que había dejado minutos atrás y con una leve capa de sudor que le hacía brillar bajo la poca luz que entraba por la ventana. Con tan solo esa vista ya me encontraba muy excitado, mi entrepierna dolía de forma inimaginable y mis labios estaban hinchados de las mordidas que recibían cada que Mello gemía mi nombre.

Mi mano libre acarició su mejilla, mientras la otra aumentaba considerablemente sus movimientos. Bastaron unos minutos así para que Mello se viniera por primera vez, manchando su torso. Retiré mis dedos de su interior lentamente, y los acerqué a su torso, cogí parte del liquido blanco y lo llevé a mi boca

– Sabes jodidamente bien – Dije empezando a desabrochar mi camisa. Con los ojos de Mello fijos en mí me desvestí completamente y me coloqué entre sus piernas, rozando mi miembro con su entrada, acariciándola ahora con este de forma lenta, suave y tranquila. Estaba intentando controlarme lo más que podía para no hacerle daño, pero sabía que una vez estuviera dentro de él, no sabría detenerme.

– ¿Estás preparado? – Dije para asegurarme con cierto tono de desesperación en mi voz

– Sí, lo estoy, hazlo de una vez Matt – Al escuchar sus palabras no perdí más tiempo, alinee mi miembro y su entrada, me acerqué más a él y empecé a meterselo lentamente. Observaba de vez en cuando las expresiones de Mello para saber si en algún momento le dolía, pero eso no pasaba, al contrario, lo estaba disfrutando, le estaba gustando. Una vez entré completamente solté un suspiro de felicidad, de tranquilidad, se sentía increíble estar unido a él. Me mantuve inmóvil unos minutos, visualizando el punto en el que nuestros cuerpos estaban unidos y sintiendo el interior de Mello acogerme de forma cálida y apretada. Una vez dejé de pensar me acerqué de nuevo a la boca de Mello y sonreí

– Voy a moverme – Y sin esperar una respuesta por su parte, mi cuerpo empezó a moverse con calma, con paciencia, poco a poco. Retrocedía y avanzaba de forma pausada mientras comenzaba a soltar algunos suspiros y gemidos yo también. Tal y como lo había imaginado el interior de Mello era suave, y se abría sin dificultad ante mí dejándome una sensación de placer increíble cada que entraba en contacto con él.

Los movimientos lentos no tardaron en ir aumentando su velocidad, empecé a dar embestidas rítmicas y rápidas apoyándome del colchón para no cesar su intensidad ni una sola vez. La habitación no tardó en llenarse de nuestros sonidos de placer y el ambiente se fue calentando por nuestras respiraciones pesadas. Mis manos volvieron a dirigirse al torso de Mello y mis labios fueron en busca de los suyos para volver a besarlo desesperadamente.

Mi mente estaba llena de palabras, imágenes y momentos que sabía con certeza que los iba a recordar durante meses. Mientras que mi cuerpo estaba centrado en una sola cosa, follarme a Mello lo mejor que podía hacerlo.

Tras un tiempo de movimientos rápidos, intensos y desesperados sentí que iba a terminar, mi vista se cruzó con la de Mello y por su expresión entendí que él estaba en mi misma situación, ambos queriamos corrernos de una vez. Mi mano se deslizó sobre su cuerpo hasta dar con su miembro, en el cual se detuvo. Lo sujeté con fuerza y, al mismo ritmo que mis caderas, la empecé a mover de arriba a abajo, masturbándolo con precisión. Pasados unos segundos Mello se corrió nuevamente sobre mi mano, soltando un sonoro gemido y dejando caer todo su cuerpo agotado sobre la cama. Yo no tardé mucho más que él y también me corrí en su interior, llenándolo completamente con mi esencia.

Me quedé dentro de él unos segundos mientras me inclinaba un poco y depositaba un corto beso sobre sus labios. Estaba satisfecho con todo lo que había pasado esta noche y más aun al ver lo agotado que Mello había quedado por mi culpa. No esperé más y salí de su interior para tumbarme junto a él en el otro lado de la cama. Mis ojos observaron una última vez la expresión tranquila que este tenía y no pude hacer mucho más, ya que caí en un profundo sueño al igual que Mello.

Esta vez no me iba a hacer falta soñar con él. Ya lo tenía a mi lado, ya había pasado todo lo que quería que pasara esta noche.

Mello has hecho realidad mi sueño. Gracias.

《♡》

Minlu_02

♡•°𝑹𝒆𝒂𝒍𝒔 𝑫𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔°•♡ (𝐌𝐚𝐭𝐭 𝐱 𝐌𝐞𝐥𝐥𝐨)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora