9. Pequeños lapsos de libertad y sentimientos.

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Momentos.

Esos que me hacen sentir feliz, despreocupada e incluso libre.

Esos son los instantes que disfruto más, los que amo tener a veces como pequeñas dosis de morfina que me hacen escapar de la realidad, apaciguando el dolor y dándome una ilusión momentánea de que todo va a estar bien.

Esos pequeños momentos me hacían sentir libre. Experimentar aquella libertad de esa forma era todo lo que necesitaba para recuperarme.

Una persona puede encontrar la libertad en otra, así estas se encuentren atrapadas en la cueva más oscura y pequeña, atados a los más crueles desenlaces y pecados. Ellos se sentirán libres estando junto al otro.

Otra la puede encontrar en una canción, una estrofa, un verso o incluso en una melodía. Así cada vez que este la escuche, estará escapando de la realidad que lo atormenta, soltando los demonios que habitan en él para tocar tan hermosa sensación de autonomía.

O tal vez para otra la libertad sea tan simple como la mención de la palabra, la encuentra cuando hace las cosas que más le gustan, cuando toma sus propias decisiones o tal vez en esos actos de rebeldía que hace por satisfacción propia.

La libertad es un concepto que se presenta de diferente forma para cada persona, puede conllevar un enorme sacrificio o ser otorgada con facilidad al mejor postor, si el destino aprueba que la tuya sea arrebatada, no hay nada que se pueda hacer.

Ustedes dirán... ¿En qué momento pase de leer sobre una adolescente loca, a leer mi tarea de filosofía?

Y se preguntarán... ¿Qué mierda tiene que ver la libertad aquí?

Pues demasiado.

Ese concepto tal vez no fue hecho para mi porque nunca me sentí así del todo. Todas las decisiones que tenían que ver conmigo las tomaba otra persona, en la mayoría mi madre. Ya sea directa o indirectamente.

Y si, tal vez se debía a que era una niña y es algo que un adulto se supone que debe hacer, pero conforme fui creciendo eso no cambio, y al negarme a hacer lo que las otras personas decidían por mi, tenía consecuencias.

Por eso a veces no puedo tomar una decisión por mi misma, o soy muy insegura, o muy compulsiva o muy indecisa.

Nunca me sentí dueña de mi propia vida.

Aquella justificación que ponían de que era lo mejor para mi jamás entró en mi cabeza. Por que sé que hay cosas que simplemente no fueron hechas para mi y obligarme a hacerlas no era la solución.

Llegué a la conclusión que las cosas que te obligan a hacer, ya sea para bien, nunca las llegas a disfrutar por completo.

Querían que acepte y haga todo con gusto y agradecimiento, así que me prometí nunca darles esa satisfacción, porque mi sueño se había arruinado y yo me iba a encargar de arruinarles el suyo.

¿De qué servía fingir que estaba bien cuando en realidad nunca fue así?

El nacer con un talento se supone que tiene que ser una bendición, pero lo convirtieron en mi mayor pesadilla y eso nunca se los iba a perdonar.

Así que mi mayor anhelo se convirtió en escapar y recuperar la libertad que me merezco.

Pero ya tendremos tiempo para hablar más sobre eso.

Porque estoy disfrutando el momento que estoy teniendo y no hay que arruinarlo pensando en mis estúpidos fantasmas ¿Verdad?

Quisiera besar a Josh por lo agradecida que me siento al ayudarme a tener un momento en paz, pero no lo haré.

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