12. Detén tu llanto

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24 de diciembre

No los encontraba maldita sea.

Repasé mentalmente todos los lugares donde podrían haber estado, pero nada. Mi cuarto era un desastre, casi siempre lo es, pero ahora está peor debido a la ropa que me probé. Al final, opté por un vestido negro con puntitos blancos no tan suelto, unas medias negras algo transparentosas, unas botas del mismo color y una chaqueta de cuero del mismo color.

¿Era noche buena o un funeral?

Ojalá la segunda opción, pero mío. No quería ir a esa cena y si iba a ir por lo menos me pondría algo cómodo y esto era lo más cómodo que pude conseguir.

Tantee los bolsillos de mi chaqueta y tampoco estaban ahí.

No le quería preguntar a mi mamá si los había visto porque si yo no sé ella peor, mi madre no es de las mamás que encuentran la cosa que buscas en el lugar que repasaste como mil veces y no había nada, pero ella llega y puf, está ahí.

La bocina del auto de mi padre sonó varias veces afuera de la casa, avisándonos que ya era hora de irnos, y yo pegué un grito escandalizado.

- No grites así, suenas como loca -Olivia me regaña - ¿Qué estas buscando?

Mi hermana se encuentra recostada en mi cama con la traidora de Nala durmiendo encima. Olivia llegó hace unas horas con unas maletas de viaje, se puso su pijama, amarró su cabello en una cola despeinada y se echó a admirar mi correteo y desesperación. 

Tuvimos una pequeña charla sobre como le iba con su trabajo, las cirugías que le encantaba hacer y los malos ratos que a veces pasa. Estudió medicina veterinaria desde que tengo memoria, mi madre dijo que Olivia siempre supo lo que iba a hacer con su vida y por lo que sé, no hubiera preferido hacer otra cosa más.

Esa rara nunca va a la cena de noche buena, así que estoy completamente sola y si voy a estar sola, debo tener música para pasar el rato.

- Mis audífonos ¿Los viste? -digo abriendo cada cajón y revisando por milésima vez los bolsillos de mi ropa.

En el intercambio de regalos Josh me dio unos lindos Airpods color morado, el libro de "Las ventajas de ser invisible" -que cada que lo iba a comprar se me olvidaba y llevaba otros menos ese- y una caja de chocolates rellenos con maní -odio el maní- y no sé si lo hizo a propósito o porque se le olvidó.

En una conversación que tuvimos, logré adivinar la clave de sus redes sociales, el fue tan insistente en que yo la supiera porque quiso que sepa que él siempre me tiene presente. 

- Yo que voy a saber, -dice Olivia- Ni que viviera aquí. -ironizó.

Por si tenían curiosidad, Valerio le regaló a Nez un Funko de Post Malone edición limitada y juro que el grito que mi amiga pegó al abrir su regalo, lo escucharon los chinos.

Mi madre se asoma en el cuarto vistiendo un elegante vestido marino que resalta su color de piel y figura.

Hubo un tiempo en el que yo creí que era adoptada porque mis padres tienen tez trigueña y yo soy más blanca que una nube, Olivia igual, pero supongo que es por su padre. La duda me carcomía tanto que cuando se los comenté ellos casi se quedan sin aire de tanto reír y me explicaron que mi abuela paterna tenía la piel muy pálida, que lo había sacado de ella. Luego en biología pregunté que si eso era posible y mi licenciada se aventó una clase entera confirmando el hecho.

- Oye, es Noche buena no Halloween, -bromea viendo lo que llevo puesto -Apúrate, Thomas ya está esperando afuera, -sale de la habitación y en seguida regresa- ¿Me queda bien el vestido?

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