6. Espejismo en la isla de la lujuria

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Josh


A la mierda todo.

Voy a pretender que eso no pasó y seguir mi camino como el macho que soy. Que atrevida. Sabemos pasarla bien bailando ¿Ahora ya no quiere? Que complicada.

¿Por qué creí que esto sería diferente?

Si fuera menos complicada ya hubiéramos dado ese paso y por fin quitarme las ganas que le tengo. Pero ella siempre supera mis expectativas, o las complica.

Puede que me vea como el alfa de cualquier relación, pero la que lleva el control en el jueguito este, es ella. Y le cedería las riendas una y mil veces, porque me encanta lo que está haciendo conmigo.

Ante mi derrota me dirijo a la mesa de al lado para tomar mi bebida de un sorbo.

Se lo que hace, y como siempre, ella gana. Nunca se equivoca, la corona le cabe a la perfección.

Si supiera cuantas veces me ha dejado con una erección se reiría de mí, no sin antes ponerse tan roja de la vergüenza. Porque así es ella, puede que la conozca de meses, pero me eh acostumbrado tanto a su carácter que se ha vuelto predecible en ocasiones, y la verdad no me sorprende tanto su reacción, no me dejaría tomarla tan fácil y me lo dejó claro desde siempre, indirectamente.

La canción que empezó a sonar se adapta tan bien a sus movimientos. Las luces de colores reflejándose en su piel de nívea la adornan como una linda paleta que me gustaría probar.

Lástima que su cuerpo se esconda bajo la gran camisa que lleva. 

Claramente estoy pareciendo un acosador en este momento, pero no puedo parar de verla.

- ¡Amigo, tienes que beber esto! - Leo se me acerca con lo que parece un trago azul.

La música está muy fuerte como para poder hablar así que prácticamente nos gritamos como en un partido de fútbol.

Ojeo lo que mi amigo me trajo- ¡Parece pipi de pitufo! – lo bebo y apenas raspa mi garganta, hago una mueca de asco- ¿Qué mierda es esto? ¡Está muy dulce!

Se encoge de hombros - ¡A mi si me gustó! - me contesta para beberse lo que queda de mi vaso.

-Es que el buen gusto no te lo repartieron, -dejo salir ese chiste tan malo de mi boca pero Leo no pareció haberlo escuchado- ¡Voy a sentarme!

Leo asiente y me sigue entre la gente. Choco accidentalmente con Nez, pero parece estar muy entretenida hablando con el chico que le presente la otra vez, Jayson.

Nos sentamos en un sillón y Leo me pasa un shot de lo que parece vodka. No lo bebo, mis ojos caen en ella como si fueran imanes siendo atraídos por el metal más precioso y raro que alguna vez hayan visto.

Que asco, deja de ser tan poético por el amor de Dios.

Me pone loco el ver cómo sonríe y se muerde el labio sintiendo la música.

Leo parece estar hablando conmigo, pero mi mente se fue a saturno.

Lo siento amigo, deja tu mensaje después del tono, viip.

Me limito a asentir jugando con el shot en mis manos y el piercing de mi boca. Inclino mi cuerpo hacia adelante apoyando los brazos en mis muslos, tarareo la canción mientras tanto.

Quiero hablarle...

¿De qué? Ni puta idea.

Solo sé que podría hablar de la cosa más trivial del mundo con ella y sería la mejor conversación de mi vida.

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