Capítulo 13 Marcada

99 65 21
                                    

— ¿Cuánto más me pides que espere?— su humor empeoraba conforme pasaba el tiempo— Ella lleva en su poder dos meses. DOS MESES— gritó Viktor. No concebía todavía que Dmitri se la hubiese llevado y que cada intento de recuperarla cayera en saco roto no mejoraba la situación.

— Señor, espere por favor— insistió Nathaniel— ya sé que es desesperante la situación, pero ir a lo loco causaría problemas, bajas, pérdidas y una situación problemática en el bajo mundo. Señor, tenemos que hacer esto con cabeza fría— Viktor sabía que Nathaniel tenía razón, pero eso no lo ayudaba a controlarse.

— Entiendo— cedió finalmente.

.

.

— ¿Me ayudas?— le preguntó Ekaterina.

A Lexie le agradaba la chica, era una joven de 17 años que trabajaba al servicio de Dmitri. Por lo que había escuchado, él la había recogido y se había hecho cargo de ella cuando él tenía 18. Sus padres habían muerto y ella estaba sola, hambrienta y congelada por el frío invierno. La historia era bastante similar hasta cierto punto, por eso Lexie se había sentido reconocida por ella y era la segunda persona allí dentro que de hecho le gustaba.

— Claro, Katya— respondió con una sonrisa y usando el diminutivo del nombre, todavía no se adaptaba a los nombres rusos totalmente.

Llevaba dos meses allí, todo ese tiempo había estado cumpliendo con una rutina establecida por orden de Dmitri. Levantarse y trabajar junto con Ekaterina en el mantenimiento de la mansión y la atención del personal era su rutina durante el día.

Al inicio ordenó que ella se encargara de él solamente, pero eso era algo que Ekaterina llevaba haciendo desde que había llegado. La reacción de la chica fue lo que lo hizo cambiar de parecer, que le importase lo que ella pensara y deseara tanto como para deshacer una orden suya le demostraba a Lexie que sí tenía alma y sentimientos, solo que eran exclusivos.

Se pusieron a arreglar el juego de tazas en las bandejas, Dmitri tenía una reunión y por eso ellas estaban ocupadas llevando café y bebidas. Usualmente no era en la mansión donde se celebraban las reuniones, pero la herida del disparo todavía no sanaba y sus hombres de confianza le habían pedido que no dejara la mansión a no ser que fuera exclusivamente necesario. Después de una larga insistencia por parte de ellos y de Katya, él había aceptado.

Llevaron las bandejas y las pasaban entre los asientos o las depositaban en las mesitas pertinentes mientras los  hombres trajeados en la habitación hablaban como si ellas no estuvieran allí, probablemente para ellos no estaban.

— De todas formas tenemos problemas para recuperarlo, será difícil señor— decía uno.

— Da igual, lo necesitamos si queremos obtener esa cadena de hoteles. Esas escrituras son la atadura legal para acceder a ellos— dijo Dmitri— Eran mías y si alguna vez encuentro quién demonios me lo quitó, no le irá muy bien.

Poco sabía Lexie de los negocios de Dmitri, pero lo que hablaban en ese momento sí lo conocía. Llevaban en ese tema desde hacía ya dos semanas, las escrituras de una cadena hotelera que pertenecía a Dmitri habían desaparecido y el ruso estaba desesperado por recuperarlas. Lexie no entendía cómo de importantes podían llegar a ser unos documentos pero Katya se negaba a explicarle nada, decía que no eran asuntos de ellas.

— También tenemos la situación con Viktor Löwe— intervino otro y un escalofrío recorrió el cuerpo de Lexie.

— Sí, pero eso es algo que yo personalmente manejaré— indicó Dmitri. Lexie se había quedado estática en el segundo en que habían dicho su nombre y Dmitri no lo pasó por alto— Ya váyanse— ordenó.

Sombras Ocultas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora