Las diferencias entre Sara y Laura

18. Es mi novio.

Capítulo sin editar

Capítulo 18. Es mi novio.

NARRA LAURA

Lunes 23 de octubre de 2017

Escucho las palabras de Benjamín y siento rabia e impotencia. ¿Cómo puede pensar eso de mi? ¿Que no sé querer a nadie más? ¿Así me ve? Por eso no dudo en abofetearle y en marcharme en el acto.

Camino hacia el exterior del instituto y Jorge me acompaña aunque yo no se lo haya pedido. Allí me harto a llorar. ¿Es que acaso desde lo de la fiesta no puede irme nada bien? Creía que contándoselo a mi madre el peso se aliviaría.

—¿Estás bien?

Jorge apoya su mano en mi hombro a modo de consuelo. Yo le observo de reojo. Si cualquiera me diría hace un par de meses que sería él quien me estuviera consolando me hubiera echado a reír. Como cambia todo en tan poco tiempo.

—¿Tú que crees? —comento entre sollozos.

Jorge se rasca la nuca. Parece que se ha dado cuenta de la insensatez que ha dicho.

—Se me da fatal consolar.

—No hace falta que me lo jures.

Ambos nos miramos y nos reímos de la situación.

—Te gusta Benjamín.

Me giro quedándome cara a cara con él. Hago una mueca sin entender a qué ha venido tal afirmación.

—No.

—Sí y por eso te ha molestado tanto eso que ha dicho de ti.

—Deja de analizarme —suelto pegándole un puño en el hombro.

Él sonríe malévolamente.

—Que fuerte y yo que pensaba que estabas con Diego.

Cuando menciona al que se estaba convirtiendo en mejor amigo aquí dentro, una gran tristeza no tarda en apoderarse de mi. Llevo varios días que no le contesto a sus miles de llamadas y mensajes. El saber que es amigo del chico que casi me viola y que no me lo haya dicho me ha hecho sentir como la mierda.

—Diego y yo ya por ser ni creo que seamos amigos —confieso apenada.

Jorge me mira con sorpresa. Esa sí que no se la esperaba.

—¿Y eso?

No sé si me pregunta por cortesía o porque realmente le importa pero como ahora va a tener que ser mi novio ficticio va a tener que aguantar también mi parte melodramática. De todas formas tampoco pienso en contarle toda la verdad.

—Diferencias irreconciliables.

Él asiente comprendiendo la situación. Después de eso ninguno de los dos habla, manteniéndonos en silencio contemplando el paisaje. Desde el aparcamiento del instituto se puede contemplar el mar a lo lejos. La verdad es que me encantaría estar ahí ahora mismo, oyendo el ruido de las olas con la paz y tranquilidad que eso transmite a mi persona.

Dirijo mi mirada hacia Jorge y ahí lo veo tan tranquilo como yo, disfrutando de este preciso instante. Por un momento me olvido de que ha sido el chico que me ha odiado desde que llegué aquí y me percato de lo atractivo que es.

Hoy lleva su pelo oscuro peinado hacia atrás y esa camisa de color aqua solo remarca aún más su figura tonificada. Siendo sincera es un chico bastante guapo. Que pena que luego su personalidad cague todo eso.

—¿Qué miras?

Su pregunta hace que vuelva a la realidad y maldiga para mis adentros. Me ha pillado mirándole, ¡qué vergüenza!