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La puerta de nuestra habitación se abrió dejando ver a una chica de pelo rubio al igual que yo

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La puerta de nuestra habitación se abrió dejando ver a una chica de pelo rubio al igual que yo.

– Hola. – nos saludó amablemente.

– Hola. – saludé con una sonrisa.

– Ustedes deben ser mis compañeras. – dijo animada. Asentimos. – Me llamo Naya.

– Jenna y ella es mi hermana June.

– Parecéis normales. – ese comentario fue un poco raro pero entendible. Ya qué vivirás con personas desconocidas al menos, qué sean personas con las cuales se pueda vivir bien.

– Si, lo somos. Creo. – contesté yo con una sonrisa pero todavía confundida.

Hablamos un tiempo, nos preguntó de dónde veníamos y todas esas cosas para conocernos mejor.

– ¿Qué estudiareis? – cuestionó mirándonos.

– Comunicación audiovisual. – me encantaba todo lo qué viniera del arte. Dibujar, actuar ya me entendéis.

– ¿Qué es eso? – reí un poco por su reacción.

– Para ser actriz básicamente. – asintió con una sonrisa.

– Es genial. ¿Y tú? – esta vez miró a mi hermana.

– Literatura. – contestó.

– ¿Te gusta escribir?

– No.

– ¿Leer?

– No.

Naya la miró confundida.

– No sabía qué estudiar. Me metí ahí. – le explicó.

– Oh. ¿Y no hay algo mas qué te guste? – mi hermana negó. Ella asintió y decidió dejar el tema.

Pasaron diez minutos y seguíamos mantenimiento una conversación con ella. Era muy agradable me caía bastante bien.

– Oh mierda. Lo olvidé. – se tapó la boca y miró un punto fijo.

– ¿Qué? – preguntamos mi hermana y yo mirándola asustadas.

– Mi novio viene en diez minutos. – se fue corriendo al armario. Creíamos qué era algo peor. – ¿Queréis venir?

– No queremos ser una molestia. – contestó mi hermana con una mueca.

– ¡No! sois mis amigas. – aún no nos convencía mucho.

– Tus amigas, pero no la de ellos. – esta vez hablé yo.

– Porfis porfis. – puso sus manos juntas y un puchero en sus labios. Mi hermana y yo nos miramos. – Habrá comida china. – a mi no me gusta pero sé que a mi hermana sí.

– Esta bien. – accedió mi hermana, Naya sonrió dando palmas y chillando.

– Póngase guapas. Aunque ya lo sois. – nos guiñó un ojo. Reímos.

DESPUÉS DE ÉL | Jack R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora