Mi padre estaba cómo loco, no sabía cual era el motivo pero había roto al menos una silla y algunos objetos no muy valiosos. Yo estaba bastante confundida, ya qué me había llamado pero en ningún momento me dirigió la palabra.
– Deja tu ataque de ira y dime por qué estoy aquí. – lo desafíe ganandome una mirada fría de parte de él.
– Esto esta siendo un fracaso. – contestó dejando caer sus brazos sobre la mesa.
– ¿Qué? – pregunté frunciendo el ceño.
– ¿Puedo saber por qué ayer no te presentaste al bar? Estoy perdiendo dinero por tu culpa. – me acusó.
– Merezco un descanso, ¿no? ¿No te conformas con que haga todo lo qué me digas? – me defendí cruzandome de brazos. Él dió un paso hacía mí que me obligó a retroceder.
– Un descanso. – rió sin gracia. – ¿Acaso crees que no sabía donde estabas? – preguntó.
– ¿Me debería de importar? No hice nada ilegal. – rodeé los ojos y volví a retroceder.
Soltó una carcajada limpia y me miró. – Ese chico, el hijo de el señor Ross. Haces mal estando con el Hera.
– June. – corregí. – No quiero tener el nombre qué me pusiste.
– Aléjate de él. – masculló. Yo fruncí el ceño confusa.
– ¿Qué...?
– Volverás a ilusionarlo. Volverás a dejarlo sólo. – comenzó a decir mientras se acercaba a mi a paso lento. – Le fallaras y no volverá a creer en nadie más. Y sabes por qué. Por tu culpa.
– No lo dejaré sólo. No volverás a dirigir mi vida, quiero estar con el. No me lo impediras.
– ¿Enserio crees qué nos quedaremos aquí por mucho tiempo? Si llegamos a perder mucha más cantidad de dinero, volveremos a irnos.
– No. No me iré, no. – tragué saliva fuertemente.
– Soy tu padre. Debes hacer lo qué yo diga, no tienes derecho a nada mientras yo esté aquí.
– No eres mi padre, eres un hijo de... – su mano impactó con mi mejilla, puse mi mano sobre ella sintiendo dolor.
– No me faltes el respeto Hera. No vueltas a hacerlo. – sujetó mi muñeca con fuerza haciéndome daño. A pesar de hacer sonidos de dolor no aflojaba el amarre.
– Suéltame. – supliqué. Pero con una voz firme, no dejaría qué creyera que le tendría miedo.
– ¡Cállate! No quiero volver a escucharte. – gritó mi padre dándome de nuevo un golpe pero esta vez sobre mi estómago. Abrió la puerta aún agarrándome fuertemente de la muñeca y me sacó del departamento.
Una piscina se encontraba, sabía sus intenciones, intenté volver hacía atrás pero me sujetó mucho mas fuerte con sus dos brazos.
– ¡No por favor no! – supliqué de nuevo. En segundos sentí mi cuerpo caer al agua, no tuve tiempo de llevar aire a mis pulmones.
ESTÁS LEYENDO
DESPUÉS DE ÉL | Jack R.
RomanceTerminada. PRIMER Y SEGUNDO LIBRO Para June Brown y Jen Brown, la vida les dará un cambio radical. Ellas son hermanas, pero no de sangre exactamente. Ambas se mudarán a un nuevo pueblo para comenzar sus estudios y dejar atrás a su familia para afron...