12

1.9K 242 38
                                    

JUNE BROWN

Seguía corriendo junto a Mike, los hombres de antes recobraron el reconocimiento de aquél piedrazo de Mike y estaban detrás de nosotros.

No tenía ni idea de cómo hacer para distraerlos y cada vez me sentía mas agotada y sin ánimos de correr.

– Ve tú Mike. Me quieren a mí. – susurré a punto de parar pero él agarró mi brazo obligándome a seguir corriendo.

– Sigue corriendo June. – me ordenó. Le hice caso y seguimos corriendo, nos paramos detrás de un árbol para recuperar la respiración. Los hombres seguían detrás, no entiendo cual es el empeño con perseguirme, parece qué no se cansaron de las piedras.

La navaja qué llevaba encima de mí, no la podría utilizar, no quería matar a nadie, sólo son dos hombres obedeciendo las ordenes de un idiota que probablemente siga inconsciente.

Después de unos segundos detrás de aquél árbol, retomamos el camino al ver cómo los perdimos de vista.

Pero no fue demasiado tiempo ya qué volvieron a aparecer. Corrimos con fuerza. A lo lejos pude ver a Ross junto a Cooper y Caleb, sonreí, pero me detuve al ver a Adán correr hacía mí. Dejé a Mike seguir hacía delante para que no saliera herido y pude ver a un coche demasiado lejos pero me daría tiempo de llegar.

Cuándo llegué a la carretera Adán se abalanzó sobre mí impidiéndome avanzar.

– Suéltame capullo. – le pegué una patada pero no fue de mucha ayuda ya qué me devolvió el golpe.

– Si antes no iba a matarte lo haré ahora. – murmuró. Yo intenté quitármelo de encima pero no podía, mi miedo avanzó cuándo vi el auto abanzando hacía mí. Y no podría haber nada para impedir qué impactara conmigo.

– Quítate de encima, moriremos los dos si no lo haces. – le informé pero no pareció importarle. – Adán, por favor. No dejes qué él odio te consuma, puedo ayudarte con la venganza de tu padre, pero por favor no lo hagas. – susurré, el me miró y comprobó la sinceridad de mis palabras. Pero era demasiado tarde.

Empujé a Adán hacía la parte del bosque para salvarlo y hacer qué el coche chocara conmigo. Después de aquél momento ya no recordé nada más.

...

Abrí los ojos encontrandome en una sala completamente en blanco, sin rastro de nadie. Me sentía en el cielo. A lo lejos pude ver una señora.

– ¿Hola? ¿Qué es esto? – pregunté mirándola.

– Tu vida se está debatiendo en este momento querida, tu debes elegir quedarte o irte al cielo. – me contestó la señora, se me hacía bastante conocida. No era del todo mayor, a lo mejor tendría cuarenta años cómo mucho.

– ¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí? – pregunté.

– Estoy en un coma, lo he estado durante más de quince años. – me contestó con un tono triste.

– ¿Por qué aún no estás despierta?

– No encontré el motivo para hacerlo.

– Pero, su familia le echara de menos.

– Ninguno de ellos me recuerda. – susurró bajando la cabeza.

– ¿Cómo sabés eso?

– Por qué tu no lo hiciste. – contestó.

– ¿Yo?

– Sí. – respondió y escuché voces a mi alrededor. – Has logrado vivir cariño, la muerte no será un problema para tí.

– Pero... – hablé pero fui cortada por un dolor en mi pecho.

– Te quiero, te quiero aunque no me recuerdes. Ojalá algún día pueda volver a verte. – dijo.

– ¿Qué...? – todo se volvió negro de nuevo.

Escuché voces a mi alrededor, eran los médicos, no pude abrir los ojos por el dolor de mi cuerpo.

– Tiene pulso. – gritó uno de ellos. Los demás suspiraron aliviados.

Abrí un poco los ojos pero los cerré enseguida quedando dormida por el sedante qué me inyectaron debido a todo el dolor.

DESPUÉS DE ÉL | Jack R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora