09

2.1K 276 56
                                    

JACK ROSS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

JACK ROSS

Cuatro días, cuatro malditos días desde qué la única persona que mostraba un verdadero interés en mí, desapareció. Nunca debí dejarla sola ese día, soy un desastre.

– Ross, necesitamos qué nos ayudes. ¿No viste nada sospechoso ese día? – me preguntó de nuevo uno de los amigos de June. El nombre no se, no me importa.

– Todo ese día fue sospechoso. Te lo he dicho mil veces, acaso no te enteras Pablo. – le contesté con molestia.

– No me llamo Pablo.

– Te crees qué preguntando vas a conseguir encontrarla. Deberíamos estar buscando por cada parte del mundo. – me levanté de la silla y me pasé las manos por la cara. – Si no quieren buscarla, ya lo haré yo.

Escuché un suspiro detrás de mí.

– Empezaremos por su padre. – autorizó.

– ¿Cómo qué empezaremos por su padre? – pregunté confuso. – ¿Mas personas quieren hacerle daño?

– Su padre es una persona odiada Ross, cualquiera quiere hacerle daño. Por venganza u otro motivo, secuestraron a Hera. – la llamaba por su antiguo nombre, eso es un punto a favor.

– Voy a matar a ese hijo de puta. – el chico me frenó poniendo una mano sobre mi pecho.

– No utilices la violencia, será mucho peor. Mantén la calma. La encontraremos te lo prometo. – me contestó con seguridad, asentí y salimos del lugar para dirigirnos a casa de ese hombre asqueroso.

Y allí se encontraba él lo más calmado del mundo, creía qué tendría al menos una pizca de empatía y se preocuparía por su hija pero no.

– Señor Moone. – lo llamó el chico cuyo nombre todavía no se.

– Caleb, cómo tu por aquí. – contestó con una sonrisa. Cómo lo odio, y segundo, ya se el nombre de Camilo.

– Sólo te lo preguntaré una vez. ¿Dónde está su hija? – preguntó con autoridad de manera fría.

– ¿Mi hija? ¿Qué con ella? Me envió un mensaje esta mañana, diciendo qué estaría contigo. – me señaló.

– Ojala idiota. – murmuré.

– ¿Un mensaje? ¿Tiene alguna dirección? – preguntó Camilo.

El hombre sacó su celular y lo miró con determinación. Se lo entregó a Camilo, él lo miró y se envió la dirección de donde fue mandado. Vaya qué si es listo.

Salió sin despedirse y yo fui detrás de él. Antes de salir de ahí me giré y le saqué el dedo del medio a el hombre. El alzó una ceja y rodó los ojos. Las ganas de meter un puño en su boca eran mas grandes que las ganas que tengo de...

– Ross. – me llamó Camilo. Lo miré y lo seguí olvidando mis pensamientos.

Nos adentramos a un departamento, había mucha tecnología. Me sentía cómo en una película de acción.

Ross concéntrate, tienes qué encontrar a la futura madre de tus hijos.

Si me concentro.

Camilo saludó a las personas que se encontraban allí. En un tablero tenían fotos de June y hilos rojos unidos a fotos de personas y cosas.

Dios esos pantalones, cómo los echo de menos. Ésto está siendo un infierno cómo la vez qué se fue.

– Tenemos una dirección. – comentó Camilo. Los tres hombres asintieron y encendieron uno de los ordenadores poniendo una clave y abriendo una dirección.

¿Ahí estaba mi chica?

– Pero ésto está a media hora de aquí. Ha sido una persona cercana. – informó Camilo.

– ¿Eso quiere decir qué está ahí? – pregunté esperanzado.

– No lo sabemos, el mensaje fue enviado desde ahí. No confirma qué ella esté ahí. – me contestó.

Vale, si antes estaba nervioso, ahora lo estoy el triple. Se me hacía demasiado irreal ésto, porqué todo el mundo parecía estar en contra de qué nosotros tuviéramos una relación sana, nos queríamos y nos queremos aún.

– Pero, si la encontramos. ¿Ella estará viva verdad? – vamos digan qué si digan qué sí.

– Lo más posible, sólo la capturó para venganza. – me contestó uno de los chicos.

– Ustedes, recorran todas las casas de ese lugar. No ha podido estar lejos. Ross, Cooper y yo iremos a esa casa.

Todos asintieron. Camilo y Carlos se montaron en un coche conmigo detrás. Comencé a pegar pequeños golpes sobre el asiento.

– Deja de hacer eso. Vas a romper mi coche. – regañó Caleb.

– No me importa Camilo, hay cosas mas importantes qué tu estúpido coche. – contesté.

Él suspiró y negó con la cabeza, seguro por cómo lo llamé.

Llegamos a una casa, era bastante grande. Llamaron a la puerta varías veces pero no se escuchó ningun ruido por lo que la abrieron.

Cuándo entramos, no había rastro de nadie en el lugar, bajamos a un sótano y encontramos a una persona en el suelo completamente inconsciente. Vivo de milagro.

June no seas tu por favor.

– Está vivo. – contestó un chico incandose a su lado y poniendo sus dedos sobre su cuello para tomar el pulso.

– Adán Johnson. – informó un chico. Espera espera ha dicho ese nombre. He escuchado bien, ese hijo de puta otra vez.

Basta de insultar Ross.

– ¿Has dicho Adán? – pregunté.

– ¿Lo conoces? – me preguntó Cooper.

– Sí. Ju...Hera y él eran amigos antes de... – me callé, esa información no les importaba.

– Sus padres fueron asesinados por Graham Moone. El padre de Hera. – informó Caleb.

– ¿Dónde está la chica? – preguntó un chico.

– Se escapó. – murmuré mirando las cadenas rotas. Mi chica está hecha una fiera. Razones por la qué me encanta tanto.

– Adán no trabaja sólo, los demás deben estar sueltos. Debemos encontrar a Hera antes qué ellos. – habló Cooper subiendo las escaleras del sótano y saliendo de la casa. Todos los seguimos detrás. Los chicos se llevaron a Adán.

– Llévenlo a un lugar qué no pueda escapar. Cuándo despierte hablaremos con él. Ahora buscaremos por aquí, si Hera salió corriendo no pudo haber escapado tan lejos. – todos asintieron y nos montamos en los mismos coches en dónde estábamos antes.

– ¿Cómo ha conseguido romper las cadenas? Eso es bastante imposible. – preguntó Caleb confuso mirándonos a ambos. Yo sólo encogí los hombros.

– Defensa personal. – contestó Cooper. – Yo le enseñé. Y parece qué le funcionó. – sonrió con orgullo. Estos dos tenían una relación rara, no debería ponerme celoso.

¿O sí?

Claro qué no, no debo ponerme celoso. O sí. No Ross no. O... NO no.

Enserio Ross, tu chica está desaparecida y tu piensas en ponerte celoso.

Cuándo la encuentre me pondré celoso.

DESPUÉS DE ÉL | Jack R.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora