Loverboy

234 44 13
                                    



POV ALEX


A Piper Chapman le gusta una jugadora de fútbol. No doy crédito. Pero ya la he ofendido una vez esta noche, así que sé que tengo que ir con cuidado si quiero convencerla. Espero hasta estar las dos en mi Jeep con el cinturón de seguridad puesto antes de soltar la prudente pregunta.

—Y entonces, ¿desde hace cuánto quieres foll... hacer el amor con Stella? No responde, pero puedo sentir su mirada asesina clavada en mi perfil.—Tiene que ser una cosa bastante reciente, ya que se ha trasladado hace dos meses. —Aprieto los labios—. Vale, vamos a suponer que es desde hace un mes. No hay respuesta. La miro y veo que está frunciendo el ceño aún más, pero incluso con esa expresión intimidante está buena. Tiene una de las caras más interesantes que he visto; sus mejillas son quizás demasiado redondas y sus labios quizás demasiado provocativos, pero combinado con su suave piel aceitunada, sus alegres ojos Azules, parece casi exótica. Y ese cuerpo... Joder, ahora que me he fijado en él, no puedo ignorarlo. Pero me recuerdo a mí misma que no la estoy llevando a su casa con la esperanza de tirármela. Necesito a Piper demasiado como para estropearlo todo acostándome con ella. Al acabar el entrenamiento de hoy, el entrenador me llevó aparte y me soltó diez minutos de charla sobre la importancia de tener buenas notas. Bueno, «charla» es una descripción demasiado generosa; sus palabras exactas fueron: «o mantienes tu media, o te meto el pie en el culo tan dentro que notarás el betún de mis zapatos en tu boca durante los próximos diez años». Como buena listilla que soy, le pregunté si de verdad la gente seguía utilizando betún para los zapatos y él respondió con una serie de palabrotas de todos los colores antes de dar un portazo. No estoy exagerando cuando digo que el hockey es mi vida, pero supongo que eso es algo que ocurre sí o sí cuando tu padre es una puta superestrella. Mi viejo tenía mi futuro planeado cuando yo aún estaba en el vientre de mi madre: aprender a patinar, aprender a lanzar, ser profesional, fin. Después de todo, Phil vause tiene una reputación que mantener. Solo hay que pensar en lo mal que quedaría mi padre si su única hija no llegara a ser jugadora de hockey profesional. Y sí, eso que detectas, es sarcasmo. Y aquí va una confesión: mi padre no me cae bien. No, mejor dicho, le detesto. La ironía de todo esto es que el cabrón piensa que todo lo que he hecho, lo he hecho por él. Los duros entrenamientos, los cardenales por todo el cuerpo, el matarme veinte horas a la semana para mejorar mi juego. Pero él es lo suficientemente arrogante como para creer que he pasado por todo eso por él. Y se equivoca. Lo hago por mí misma. Y en menor medida, lo hago para ganarle. Para ser mejor que él. No quiero que se me malinterprete: me encanta el hockey. Vivo por y para el rugido de la multitud en la grada, el gélido aire que enfría mi cara mientras voy a toda velocidad por el hielo, el silbido del disco al lanzar un potente tiro que activa la sirena. El hockey es adrenalina pura. Es emoción. Es... hasta relajante. Miro a Piper otra vez y me pregunto cómo persuadirla y de repente caigo en que he estado pensando en esta historia de Carlin  de la forma equivocada. Porque es verdad, yo no creo que ella sea su tipo, pero ¿es ella el suyo? Carlin va de chica fuerte y silenciosa, pero he estado con ella las suficientes veces como para saber que todo es una actuación. Ella utiliza esa mierda de «chica misteriosa» para atraer a las chicas, y una vez pican el anzuelo, activa sus encantos y las lleva directamente a donde quiere. Así que, ¿ qué leches hace una chica sensata como Piper chapman babeando detrás de una tipa tan popular como Carlin?.

—¿Es algo físico o de verdad quieres salir con ella? —pregunto con curiosidad. Su suspiro de exasperación resuena en el coche.

—¿Podemos dejar de hablar de esto? Le doy al intermitente para girar a la derecha y nos alejamos de la calle de las fraternidades, en dirección a la carretera que lleva al campus.

PROHIBIDO ENAMORARSE - VAUSEMAN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora