¿puedo ser yo realmente ese alguien ?

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MARATÓN (1/3)



Las revelaciones de esta mañana han fulminado cualquier resquicio de dolor de cabeza o nauseas que haya podido sentir.
A Piper la violaron. Esas cuatro palabras han estado dando vueltas en mi cabeza desde que la dejé en su residencia, y cada vez que aparecen, una rabia enfurecida estalla
dentro de mí como una granada. Ojalá me hubiera dado el nombre de ese hijo de puta, su número de teléfono y su dirección. Pero es mejor que no lo haya hecho, de lo contrario probablemente estaría en mi coche ahora mismo, de camino a cometer un asesinato.
Quienquiera que haya sido, solo espero que haya pagado por lo que le hizo a Piper. Espero por Dios que se esté pudriendo en una cárcel ahora mismo. O mejor aún, espero que el hijo de puta esté muerto.

—Dos más. — Nicky está sobre mí mientras estoy tumbado en el press de banca—. Vamos, mujer, que estás de vaga.

Resoplo y hundo mis dedos en la barra. Canalizo toda mi rabia en levantar las pesas por encima de mi cabeza mientras Nicky  me mira desde arriba. Una vez termino la última serie de repeticiones, Nicky deja caer la barra en el soporte y me ofrece la mano. Dejo que me ayude a ponerme de pie y nos cambiamos el sitio. Joder, tengo que conseguir concentrarme. Menos mal que hoy no nos toca estar en el hielo, porque ahora mismo juro que no estoy segura siquiera de recordar cómo se patina.
A Piper la violaron. Y ahora ella quiere acostarse conmigo. No, ella quiere que yo la «arregle». Santa Madre de Dios. ¿En qué coño estaba yo pensando al comprometerme a hacer algo así? He querido desnudarla desde ese primer
beso, pero esto no me gusta nada. No me gusta cuando es como una especie de experimento sexual. No cuando siento tanta presión para…

¿Para qué?
¿Hacerlo bien?
¿No decepcionarla?

—Cuando usted quiera —dice la voz burlona de Nicky.

Le doy una patada a mis pensamientos estresantes y veo que mi amiga está esperando a que deje caer la barra es sus manos extendidas. Cojo aire y me obligo a dejar de estar obsesionada con Piper y a poner toda mi atención en asegurarme de que Nicky no muere por mi culpa.

—Estoy molesta contigo, alex —me dice mientras flexiona los brazos y lleva la barra hasta su pecho. A continuación suelta un gruñido y la sube.

—¿Qué he hecho yo ahora? —pregunto con un suspiro.

—Me dijiste que no estabas interesada en Chappy.

Mi pecho se tensa, pero finjo no inmutarme mientras cuento sus repeticiones.

—No lo estaba, al menos no cuando hablamos del tema.

Nicky gruñe cada vez que extiende los brazos. Ambas estamos levantando diez kilos menos de lo habitual; la gran borrachera de anoche
hace que ninguna de las dos pueda rendir al cien por cien.

—Entonces qué, ¿ahora sí te interesa?
Yo trago saliva.
—Sí. Supongo que sí.

Nicky no dice nada más. Mis dedos revolotean bajo la barra de las pesas mientras mi amiga termina su serie. Observo vigilante el reloj que hay encima de la puerta del gym. Son casi las cinco. Piper termina de trabajar a las diez; de
ahí vendrá directamente a mi casa. Y nos acostaremos. La presión en mis entrañas se encoge al máximo convirtiéndose en un
nudo brutal. No tengo ni idea de si podré hacerlo o no. Me acojona hacer algo mal. Hacerle daño.

—No me sorprende que te hayas dado cuenta del error en tu forma de pensar —dice Nicky mientras volvemos a cambiarnos de sitio—. Es una chica muy, muy cool. Lo supe desde el momento en el que la conocí.

Sí, Piper es muy cool. Y también es guapa, inteligente y divertida.Y NO está rota.
La opresión de mi estómago se relaja cuando me aferro a ese último pensamiento. Por eso accedí a acostarme con ella, porque no importa lo que le haya ocurrido en el pasado, no importa cuántas cicatrices conserve aún de
esa terrible experiencia; sé, sin la más mínima duda, que Piper Chapman no está rota. Es demasiado fuerte como para permitir que cualquier otra persona, especialmente un hijo de la gran puta violador del instituto, la rompa.
No. Lo que le falta es la capacidad de confiar en los demás y, en cierta medida, la confianza en sí misma. Solo necesita a alguien que… ¿la guíe?
No se me ocurre un verbo mejor. Pero, joder, ¿puedo ser yo realmente ese alguien ? No sé nada sobre el protocolo a seguir si te vas a acostar con la víctima de una violación.

PROHIBIDO ENAMORARSE - VAUSEMAN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora