Yo no quiero tener novia

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Maratón (2/3)

Cuando entro por la puerta de casa, huele a restaurante italiano. Me girohacia nicky, que me lanza una mirada en plan «¿qué coño pasa?» y yo meencojo de hombros como diciendo «y yo qué leches sé», porque es que
sinceramente no lo sé. Me agacho a desatarme las botas negras desgastadasy después sigo el delicioso aroma hasta la cocina. Cuando llego a la puerta, parpadeo como si acabara de ver un espejismo en el desierto.

El culito sexy de piper saluda a mis ojos. Está agachada sobre la puerta del horno con los guantes de color rosa de Tuck mientras saca una fuente humeante de lasaña de la bandeja del centro. Ante el sonido de mis pasos, mira hacia atrás y sonríe.

—Oh, hola. Justo a tiempo.Todo lo que puedo hacer es mirarla boquiabierta.
—¿Alex? ¿Hola?
—¿Has hecho la cena? —suelto.
Su expresión alegre se tambalea ligeramente.
—Sí. ¿Está bien?
Estoy demasiado aturdida, y sinceramente conmovida, como paracontestar.
Afortunadamente, Danny aparece en la puerta y responde por mí.
—Muñequita, huele genial.
Tucker llega después de Dean.
—Voy a poner la mesa —anuncia.
Mis tres compañeras entran en la cocina; Tucker y Dan ayudan apiper, mientras que Nicky está a mi lado, sorprendida.
—¿También cocina? —suspira.
Algo en su tono… bueno, no es «algo»; es el inconfundible tono dequerer algo que no se tiene y que provoca que mi guardia se dispare veinte metros hacia arriba. No me jodas. No puede estar de verdad por ella ¿no?Pensé que solo quería echar un polvo, pero la forma en que la está mirandoahora mismo…
No me gusta una mierda.
—Amiga, déjala quietecita en los pantalones —balbuceo, lo que provocauna risita de nicky, que obviamente sabe en qué estaba yo pensando yconoce mi opinión sobre esos pensamientos.
—Joder, esto tiene una pinta estupenda —dice Tucker mientras está de pie junto a la fuente de lasaña con un cuchillo y una espátula. Las cinco nos sentamos en la mesa que Piper no solo ha hecho el esfuerzo de limpiar, sino que además ha cubierto con un mantel azul y
blanco. Aparte de mi madre, ninguna mujer me ha hecho la cena antes. Y laverdad es que… como que… me gusta.
—¿Te vas a disfrazar mañana? —le pregunta Tucker a Piper mientrasle sirve una porción de lasaña de tamaño modesto en su plato.
—¿Para qué?
Tuck sonríe.
—Halloween, idiota.
Piper deja escapar un gruñido.
—Oh, mierda. ¿Es mañana? Te juro que no sé en qué día vivo.
—¿Quieres saber mi sugerencia de disfraz para ti? —interviene Dan—.Enfermera sexy. En realidad, que le den por culo a eso, vivimos en elmundo moderno: doctora sexy. ¡Oh! O piloto de la Marina sexy.
—No voy a ir de «sexy» nada, muchas gracias. Ya es bastante chungoque me tenga que quedar repartiendo bebidas en la residencia para la RutaAnual de Halloween.
Me río.
—Mierda, ¿te han liado para hacer eso?
La Ruta Anual de Halloween consiste en que la gente entra en unaresidencia, le dan bebidas gratis, y a continuación pasan a la siguiente
residencia. He oído que en realidad es mucho más divertido de lo queparece.
Piper resopla.
—Ya me tocó el año pasado también. Fue lo peor. Más les vale pasarsepor la Residencia Bristol si están pensando en asistir. —Me encantaría, guapísima —dice Nicky en un tono ligón que hace que me tense—. Pero no esperes que aparezca Al…Ella me mira.
—¿No vas a salir en Halloween?
—No —respondo.
—¿Por qué no?
—Porque odia Halloween —le informa Dan—. Tiene miedo de losfantasmas.
Le enseño el dedo corazón. Pero en lugar de confesar la verdadera razónpor la que odio el 31 de octubre con cada célula de mi ser, me encojo dehombros y digo:
—Es una fiesta sin sentido con tradiciones tontas.
Nicky se ríe.
—Dice el policía de la diversión.
Tucker termina de servirnos a todos, después se sienta y mete un tenedoren su lasaña.
—La madre que me parió, esto está cojonudo —dice entre bocado ybocado.
Desde ese momento, todas las conversaciones dejan de existir, porque laschicas y yo estamos superhambrientas después de tres horas de ejercicios,lo que significa que nos hemos convertido en cavernícolas. Sin perder el tiempo, engullimos la lasaña, el pan de ajo y la ensalada César que Piper ha hecho para nosotras. Y cuando digo engullir, quiero decir
engullir. Apenas queda media porción en la fuente cuando hemos acabado.
—Sabía que tenía que haber triplicado los ingredientes —dice Piper con arrepentimiento observando los platos vacíos con asombro. Después intenta levantarse para recoger la mesa, momento en el que Tucker le hace,
literalmente, un bloqueo y la obliga a salir de la cocina.
—Mi madre me enseñó modales, chappy. —La mira con severidad—. Sialguien cocina para ti, tú limpias. Punto y final. —Su cabeza gira hacia lapuerta justo cuando nicky y Dan tratan de escabullirse—. ¿Dónde vanustedes, señoras? Los platos, cabronas.Al tiene carta blanca porque debe llevar a nuestra hermosa cocinera a su casa.En el pasillo, planto mis manos en la cintura de Piper y doblo mi cuello para darle un beso.

PROHIBIDO ENAMORARSE - VAUSEMAN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora