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ROBERTO

Desperté por un fuerte estruendo en la planta de abajo, tome mis pants y me los coloque rápidamente.

—¡Mierda! — me levante rápidamente y camine hasta el ruido, mire el SetUp de Juan y el seguía dormido.

Baje las escaleras y mire a Diego.

—¿Que verga? — él se giró rápidamente a mi— ¿Como chingados entraste?

—Juan me dio la llave un año después de ser amigos, deje mi chamarra ayer y me resbale con una botella, lo siento— el bajo la mirada y sonrió de lado —¿Necesitas ayuda con eso? —apunto a mi entrepierna.

—Mierda, las matutinas son horribles— tome una almohada del sillón y tape mi entrepierna.

—Duermes solo, Juan no te ha querido hacer nada desde hace un año, se ve que estas necesitado— se acercó a mí, yo fui retrocediendo hasta chocar con la pared, me quito la almohada.

—Ba-Barca— sentí su mano en mi abdomen, fue bajando poco a poco. Jamás lo había llamado así, fue como instintivo.

—¡Buenos días! — nos separamos y miramos a Juan— ¿Que verga estaba pasando?

—Nada— mire a Diego, subí las escaleras, tome mi pijama de Pikachu que me había regalado mi amiga Yei.

—¿¡Conociste a Ari?!— me quede a la mitad de las escaleras para oír su conversación.

—Si, wey. Ayer termine directo y me quede dormido, me desperté porque escuche a perro y descubrí que la nueva vecina era Ari.

—¿Lo sabe Beto?

—No, pronto le diré que Ari es nuestra vecina— "ya lo sé, Juan" —La invite a cenar y me dijo que si, jugamos Amoung Us anoche.

—¿Beto estará de acuerdo?

—Es mi casa, yo invito a quien quiera— baje las escaleras y ambos me miraron.

—Perdón, ¿interrumpo algo? — ambos negaron.

—Wey, — mire a Juan —Invite a nuestra nueva vecina a cenar. Hoy— asentí con la cabeza y me acerqué a la cocina.

—¿Qué haces? — escuche a Diego detrás de mí.

—El desayuno— comencé a cocinar para hacer unos Hot Cakes.

—¡Apúrate! — grito Juan, salí de la ducha y me puse una sudadera y un pantalón rasgado, y unos converse rojos, acomodé mi cabello

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—¡Apúrate! — grito Juan, salí de la ducha y me puse una sudadera y un pantalón rasgado, y unos converse rojos, acomodé mi cabello.

—¡Ya estoy! —Juan se acercó a mí, me abrazo por la cintura. Raro.

—Te toca terminar la cena— con razón me abrazo, asentí y escuché como se cerró la puerta del baño.

Baje a la cocina y termine la cena, era sopa fría con carne. Juan no sabía freír así que aquí me tienen, puse los platos y acomodé las sillas. Tocaron el timbre.

Deja que yo te enamore.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora