Deja que yo te enamore.

4

ROBERTO

—Mierda— corría lo más rápido hacia el restaurante, me desvele anoche y eso no ayudaba.

Antes de que cerrara la puerta, logre pasar, marque mi tarjeta.

—Roberto Guadarrama— "puta madre", me gire.

—Buenos días, jefa.

—Tardes— me miro de arriba abajo.

—Llegue tarde, lo siento. Mi alarma no sonó— me excuse, era cierto. Y Juan me tenía abrazado y salir de sus brazos fue difícil. Ella levanto una ceja.

—Que sea la última vez, Yeiliz cubrió tu turno, agradécele a ella.

Solo asentí, tome mi delantal y me acerque a la cocina.

—¿Noche larga? — mire a la chica, sus tatuajes eran hermosos.

—Ojalá— tome la malla de cabello, la coloque —¿Me ayudas?

Ella rio, jamás supe cómo poner esta cosa. Se acerco y guardo los mechones que sobresalían.

—Me debes una— ella se alejó, las luces hacían que su cabello morado brillara.

Amaba tenerla como mi mejor amiga.

Me puse un audífono, busqué en mi playslist algo para cocinar. ¿Olivia Rodrigo? ¿Green Day? ¿O algo aleatorio?, me digne por la tercera opción. Comencé a ver las comidas que los clientes pedían y comencé a cocinar.

Amaba hacer esto, era una pasión, me gustaba cocinar y ver cómo la gente amaba mi comida, ver como sonreían al probar el "Roberto Special", solo era pechuga con sopa fría, pero yo le ponía un toque especial.

—¡Roberto! — quite mis audífonos y mire a mi jefa —¡Mesa 5!

Al ser un restaurante pequeño, los cocineros también éramos meseros, guarde mis audífonos. Me acerque la mesa.

Mierda...

—Buenas tardes, soy Roberto Sebastián— ella me miro.

—No sabía que este restaurante era en el que trabajabas— mire a Juan, trataba de esconderse.

—Si, Juan sabia— Abi lo miro y el negó. Otra vez.

—¿Me puedes traer el especial de Roberto? — me guiño un ojo. "Eres tan buena persona, Abi."

—¿Tú quieres algo? — mire a Juan.

—No, gracias. Solo un vaso de agua.

Me aleje de ellos, ¿porque estaba aquí? ¿No que iban ir al cine? ¿Qué chingados está pasando entre ellos?

Cociné lo que ellos pidieron, puse el plato en mi mano, y el vaso de Juan en la otra, el equilibrio era clave.

—Gracias— los ojos de Abril se iluminaron, no lo voy a negar. Es preciosa.

—Beto— mire a Juan —Se acerca el cumpleaños de Diego, y tu aniversario.

"¿Tu aniversario? ¡Nuestro aniversario!"

—¿Mio? — "contrólate, Roberto."

Aprete los puños, mire a Abi, trate de tranquilizarme, solo asentí, Diego odiaba las fiestas, pero su casa era demasiado grande para hacerlas. Grady e Ilan (nombre real de Hasvik) aprovechaban eso.

—Estas invitada a lo que se haga, Abi— la chica seguía comiendo y solo escuche un sonido de aceptación.

Volví a la cocina, salí por la puerta trasera y me apoyé en la pared, mis ojos comenzaron a arder. "No por favor, no aquí."

—¿Beto? — mire a Yei —Oh, Beto... —ella me abrazo.

—¿Porque, Yei? ¿Por qué estoy sufriendo todo yo? — sentí como apretó el agarre, mis lagrimas salían.

—Beto, eres muy fuerte, resiste un poco más. Juan es un idiota si te deja ir, eres una persona maravillosa, Beto— la aleje un poco.

—Empiezo a dudar que me ame.

—Díselo, la comunicación es importante, si no te sientes seguro de lo que Juan siente pregúntale.

—Pero no escucha.

—¡Insiste! — ella limpio mis lagrimas —Iré a la fiesta de Diego porque me preocupo por ti y tu salud mental. Que te haga sufrir, no es amor.

La volví a abrazar, sentí como acaricio mi espalda.

—Gracias Yei, eres una gran amiga.

—Que puedo decir— nos alejamos —Soy buena en eso.

Ambos reímos, tenerla a ella en mi vida había sido la mejor decisión, no me arrepiento de venir a trabajar aquí y que ella estuviera.

—Vamos adentro o Karina nos va a regañar— entramos de nuevo a la cocina, empecé a cocinar y ella ir por los pedidos.

Las horas pasaron volando con la música y que Yei me distraia cuando Juan y Abril coqueteaban.

—Vengan a la mesa 8— todos obedecimos y nos sentamos— Hoy tuvimos buenas ventas, y mucha gente. Vamos avanzando de poco en poco, los felicito a todos, todos se merecen esto —nos entregó unos sobres.

—Gracias— contestamos todos, abrí el sobre, por lo menos eran tres mil pesos, no tenía idea.

—¿Vamos a un bar a festejar? — dijo Ash.

—¡Si! — respondió Martha.

—Yo no puedo— lo mire.

—¡Por favor! — miré a Sofia y negué.

—Tengo algunos problemas que arreglar— me levante de la mesa —Los veo mañana.

Todos me miraron tristes, no dije nada y salí del restaurante. Algunas luces iluminaban la ciudad de Monterrey yo solo seguía caminando de manera lenta.

"Puto, Juan."

Me senté en la banca de un parque y miraba las estrellas, sentí mis mejillas humedecerse.

Amaba a Juan, pero sé que él no me quiere, se ve que Abril le gusta y es odioso tener que ver a mi novio coqueteando con una chica que no tiene la menor idea de que somos novios.

—Buenas noches joven— una señora se me acerco, la mire y le regale una sonrisa.

—Buenas noches— ella se sentó a mi lado.

—¿Todo está bien? — yo asentí —Hace tiempo viví con una novia. Ambas estábamos felices juntas, hasta que un día ella conoció a alguien y empezó a verlo a él. Creí que eran amigos al principio, pero un día me enteré de que estaban juntos.

"Esa historia se me hace conocida."

—¿Como lo averiguo?

—Ella me dijo, ella prefirió decirme— puso su mano en mi rodilla y mire sus dedos.

—¿Está casada? — ella sonrió y asintió.

—Conocí al amor de mi vida hace un año y hace poco nos casamos.

—Que hermosa historia, señora— ella me sonrió.

—Todos los problemas de pareja se resuelven si realmente se aman, a veces creemos tener a la persona correcta cuando en realidad no lo es. Y lo más raro de eso, joven, es que la persona que si es correcta está en frente de nuestros ojos.

—Tomare su consejo. Gracias por hacer mi noche mejor con sus historias— ambos nos levantamos.

—¡Miriam! — una señora pelirroja se acercó a nosotros y beso la mejilla de Miriam.

—¿Es ella la chica de la historia, con la que se casó? — ella asintió.

—Se feliz y no te conformes— yo asentí, y comencé a caminar a la casa.

"¿Juan será la persona correcta en el tiempo equivocada? ¿O será alguien más?"