- ¿Entonces quieres que vaya a buscar tu pulsera al depósito? – cuestiono con incredulidad Sero – No sé, estoy muy ocupado y pronto me tocara el turno nocturno...
- Tks...esa mierda me la regalo la idiota de la Alíen rosa – dijo Katsuki a sabiendas que la simple mención de Mina hacia que Sero se idiotizara más de lo que siempre estaba – así que, si me la recuperas, le hablare bien de ti y no le diré que eres un pedazo de idiota perezoso y tal vez... - Katsuki sabía que Sero le estaba prestando atención pues sus ojos brillaban – Podría conseguirte una cita con la Alíen rosa.
- ¡¿Hablas enserio?! – el rubio le piso el pie de Sero para que bajara la voz – ¡Trato hecho, encontrare tu pulsera, aunque muera en el intento! – el azabache se detuvo un momento a pensar y miro a Katsuki - ¿Qué hacías en el depósito?
- Tks, ¿A ti que mierda te importa? Lo único que necesito es mi maldita pulsera – Sero rio y despeino a Katsuki, ¡¿Por qué demonios todos lo trataban como a un niño?!
- Está bien, la buscare tan pronto como tenga tiempo, de todas formas, nadie entra allí ni para limpiar – después de aquello simplemente se marchó.
Katsuki estaba frustrado, no le gustaba dejar las cosas en manos de otros, pero su única solución, no podía permitirse que sospecharan de él, no todavía, tenía que poder tener acceso libre a gran parte del hospital y estaba seguro que habría personas a las que no les guste que ande merodeando por donde le dé la puta gana.
Ahora el rubio estaba caminando por el pequeño jardín detrás del hospital, el lugar solía estar lleno de gente, pero ese día no había casi nadie, se sentó en un banco y decidió escuchar el viendo soplar a través de las hojas de los árboles; el estanque todavía estaba cerrado, rodeado por la cinta de la policía, todavía no sabía mucho sobre la joven que encontraron muerta, sabia su nombre, lo que había en su diario y como murió. Llevaba semanas desde que perdió la memoria, ¿Por qué mierda no recordaba nada todavía?
Katsuki se acarició el brazo por arte de impulso, pero eso solo le recordó que no tenía su pulsera, ¿Cómo demonios le estaría yendo al estúpido de Sero? De pronto sintió unas manos tapándole la visión.
- Donde eres tú estúpida alíen rosa juro que... - Katsuki iba a seguir con su amenaza, pero la voz contraria lo interrumpió.
- ¿Ya no reconoces mis hermosas manos? – lloriqueo Kaminari y luego rodeo el banco para sentarse al lado de Katsuki – Parece que tu doctor te ha dado permiso para pasearte solo por ahí, ¿Eh, Kast?
- ¿Cómo se te ocurre? Eres todooo un genio, has descubierto américa – hablo sarcásticamente Katsuki.
- Oh vamos, ¡No seas así! – Kaminari hizo un puchero y luego miro fijamente a Katsuki, si alguien lo viera en ese momento no sospecharía que suele ser alguien tan explosivo – No pareces muy feliz que digamos – dijo sin pensarlo.
- Tks, ¿Tu estarías malditamente feliz si no recordaras ni una mierda de tu vida? – estaba frustrado y no planeaba ocultarlo.
- No, pero a lo mejor salir un poco del hospital te ayude, ¿Qué tal si vamos al techo? – pregunto animadamente Kaminari - ¿Eso te parece salir del hospital? – se preguntó irónicamente Katsuki – Hay algo que te quiero mostrar.
- Como sea...
Subieron hasta la azotea, no había mucho, unos bancos, las cercas para evitar accidentes y unas farolas, hacia demasiado viento, pero la vista del cielo lo valía, los colores morado, anaranjado y amarrillo se mezclaban perfectamente dando a resaltar un bello atardecer.
- Uf, hace un viento de la mierda – se quejó Katsuki sobándose los brazos.
- Sí, pero es agradable sentir la brisa en un día tan caluroso, ¿No? – ante la mirada gélida de Katsuki se percató de que el cenizo apenas cargaba unos jeans y una blusa manga larga con cuello alto de color negro. Aunque no parecía ser muy abrigadora...por lo que se quitó la bata médica y se la coloco en la cabeza a Katsuki, quien entre murmullos se abrigo con la bata – Aquí vengo cuando quiero aclarar mi mente, la vista es bonita y nadie sube aquí, es como un santuario secreto.
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⨯Él doctor manda⨯ ☣Bakugo rutas☣
FanfictionDecir que estaba confundido era poco, pensar que tenía miedo era absurdo, imaginar que buscaría respuestas a todo eso, era demasiado obvio, y para eso mismo tendría la ayuda de tres doctores un poco intrigantes. . . Advertencias: 🍒AU sin qu...