Capítulo 29: Posguerra.

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Miguel entró al campo de batalla, la imagen era devastadora, era ver el sitio más importante de su hogar destruido, con el aire impregnado de muerte y humo, casi todos los ángeles habían sido asesinados o estaban malheridos, ni siquiera Metatrón había salido bien librado, solamente Rafael estaba de pie, no ileso, pero de pie. Estaba tratando de despertar a Azrael frenéticamente,  tratando de buscar algo que le sirviese a sus fines médicos, cuando Miguel le tocó la espalda (había soltado a Lucifer y Adán un par de pasos atrás), entonces, ambos no se dijeron nada, sino que simplemente se abrazaron.

Así pasó cerca de unos cinco segundos, hasta que Rafael recordó la tarea que estaba realizando, por lo que volvió a agacharse junto a Azrael, al tiempo que empezaba a invocar diferentes hechizos en lengua de ángel, Miguel tenía ganas de preguntar que estaba haciendo Rafael, hasta que de repente, la palma del mismo empezó a brillar, iluminando casi toda la oscura estancia, entonces, Azrael abrió los ojos como si hubiera resucitado aunque no hubiera muerto en realidad. Ahí fue cuando se le escapó la pregunta a Miguel: -¿Qué hiciste?

- Solo estaba inconsciente, lo desperté, no puedo sanarlo tanto como haría la ambrosía, pero bastará.- dijo sin voltear a Miguel, sino solo centrándose en Azrael, entonces Rafael dijo:- Azrael, ¿puedes crear portales?

- Creo... ¿Qué pasó aquí?- dijo desubicado,- ¿Ganamos?

- Sí.- respondió Miguel,- a duras penas, pero ya lo detuvimos todo.

- Falta Lucifer y Ad...-  le decía Rafael a Miguel antes de que este le señalara a los dos, que estaban detrás de él, entonces, Rafael fue a revisar a Adán,  revisó que respiraba, pero a él no lo despertó, luego vio a Lucifer con las alas cortadas. - ¿Tú lo hiciste?

- Sí, era la única forma de detenerlo.- Rafael solo asintió a oír eso, luego agregó:- No voy a despertar a Adán, no sería bueno despertarlo aquí, pero siendo que con los humanos no es tan evidente si viven o muere como en nosotros, tenia que ver qué todo estaba bien.

-¿Por qué a mi sí?- preguntó Azrael.

- Necesito que abras un portal, necesito ir a nuestro campamento, para traer la ambrosía, no podemos usar la de aquí, y debo salvar a los heridos.  No voy a permitir que muera más gente.- entonces caminó para que Azrael se levantara,- Vayan ustedes dos, Miguel y Azrael, necesitan salir al área más externa para invocarlo, y Miguel, tú eres el más sano, ayúdame a traer cuanta ambrosía haya quedado en el campamento.- los otros dos ángeles asintieron, Miguel prestó su brazo para que Azrael se apoyara y se fueron caminando.

Recorrieron los pasillos, la luz natural del nido se había apagado, solo podían ver por el brillo natural que producían por ser ángeles, todo lucia muerto, destruido, su hogar agonizó durante toda la guerra, y en la última pelea murió junto con todos los caídos. La marcha fue lenta y deprimente, como si la tristeza los jalara, pero tras esa marcha fúnebre, por fin llegaron al muro más exterior. Azrael puso su mano en la pared, concentró todas las fuerzas que pudo, y se abrió un círculo de energía del que emergió la vista del campamento, entonces se sentó, agotado, entonces Miguel siguió con su misión, bajó, cargó, trajo cuantas provisiones encontró y pudo cargar, las subió, para luego repetir la misma tarea un par de viaje mal. Azrael solo miraba las provisiones que le dejaban a su lado, nadie decía nada, solo cumplían melancólicamente su tarea, así hasta que terminaron, entonces, Miguel cargó una caja de ambrosía, Azrael se apoyó en él y tomo otra caja (estas tenían cuerdas al costado para poderlas agarrar), entonces llegaron con Miguel, este los vio alegres, - Azrael, quédate aquí, voy a despertarlos a todos los nuestros, los curaremos. Miguel, trae todo lo demás.- así se hizo, entonces Miguel los dejó, y fue por otra carga, pero de camino, escucho un correteo, no traía una espada, así que levantó los puños (aunque contra un peleador armado estaba perdido de esta forma), entonces se acercó al sitio de donde provenían esos ruidos, entró a un cuarto, y vio a Eva, ella se asustó por un momento, pero cuando lo reconoció, se le acercó y le abrazó, - Pensé que todos estaban muertos.- fue lo único que dijo.

Entonces, con ayuda extra, Miguel fue por las demás cajas, le había explicado todo el plan a Eva, pero no le mencionó el estado de Adán, pero ella no estaba por eso más tranquila, es más, ella le preguntó cuando iban por la ambrosía: - ¿Todos sobrevivieron, Adán, Metatrón y los demás?

- Azrael, Miguel y Adán sí, los demás, no sé, no hemos buscado en...- se le cortó la voz- los escombros.

- Espero que sí.

- ¿Cómo llegaste allá, cómo sobreviviste?

- Fue muy confuso, me quedé atrás, Adán, se lo llevó "eso", entonces comenzó el Caos, trate de seguir a Adán, pero todo se volvió confuso, por lo cual me escondí cuando pude, justo antes de la explosión, la pude ver de cerca, es más, me tiro al suelo, y no creí que nada pudiera sobrevivir a eso, así que busqué una salida, hasta que me encontré contigo.- la mirada la tenía en el suelo, reflexiva, sumergida en su pensamiento,- No conozco el por qué de esta guerra, que los llevó a esto, ni siquiera quienes tienen razón, pero, al ver cómo quedó este lugar, tan bello cuando llegué, solo puedo decir que esto fue un gran error, o una gran estupidez.- Miguel abrió la boca y dejó escapar aire, pero no puedo hablar, las palabras de Eva eran duras, pero tenía razón: habían parado a Lucifer y la rebelión, pero, ¿A qué costo? ¿El del Edén, Behemothis y el mismo hogar de los ángeles, además de la muerte de miles, sean ángeles y genios? ¿Valía la pena? Pues para él sí, pues tenía la certeza de que todo hubiera sido peor sí Samael y Lucifer ganaban, pero el comentario lo descolocó, y le dejo la duda, o más bien le reforzó la que le surgió antes de la última pelea, por lo que solo se quedó callado dándole vueltas hasta que llegaron con las cajas a la zona de guerra.

...

Mientras ellos llegaron, Azrael y  Rafael curaron a todos los que pudieron, empezando por los arcángeles, Gabriel y Metatrón, luego a unos pocos ángeles que vieron en mejor estado. Una vez curados, los arcángeles se reunieron en torno a Lucifer, quien yacía inconsciente.

- Debemos ejecutarlo.- dijo Metatrón tomando una espada en el piso, caminando rápido y firme para acabarlo de una vez por todas, pero Eva gritó,- ¡No son como él, no asesinan a indefensos, no atacan a traición! Somos mejores que eso, ¿no?- todos se quedaron callados, Metatrón reflexionó, bajó la espada un momento, pero luego miró más allá de la humana, miró las ruinas, los heridos, junto al espacio que habían dejado los muertos, habían sido diez mil ángeles ahí, y ahora, solo quedaban unos mal contados quinientos, sin contar a todos los que habían muerto en batallas anteriores, como la del Edén, o los que murieron invadiendo Behemothis... sentía ira, rencor, odio, sin saber que más hacer si no era descabezar a Lucifer ahí mismo, pero luego volvió a reflexionar, si el es el rey de los ángeles, debía estar a la altura, su rabia había hecho que no hubiera estado a nivel de tal rango, sino, a la altura de Samael junto a todos sus corruptos, incluyendo a Lucifer, quien ya no representaba amenaza alguna, estaba desarmado, sin alas, sin ejercito, sin maestro. Solo era una pobre sombra de lo que había sido la guerra. 

- Vamos a encerrarlo, juzgarlo justamente, como todo ángel, así sea caído, merece. Curaremos a los demás, a todos los heridos, luego, nos reuniremos en Behemothis para el juicio del último ángel tenebroso, Lucifer.- dijo soltando la espada en el piso. 

- ¿Abandonaremos nuestro hogar?- preguntó Rafael. 

- No hay aquí nada que valga la pena, hasta el Trono está roto, nuestro padre encontrará la forma de contactarnos, en su infinita gracia, sé que lo hará.- dijo un poco de esperanza en sus ojos, esperanza que logró traspasar a los demás, quienes solo asintieron. En ese momento fue que llegaron Eva y Miguel, todos se sorprendieron al verla, ella solo sonrió, entonces vio a Adán que yacía en el piso, entonces dejó la caja en el suelo, yendo a revisarlo asustada. 

- Está bien, solo inconsciente.- dijo Rafael sereno.

-¿Y por qué no lo despiertas?- dijo Eva con una cara de frustración al tener que decirle lo que para ella era una obviedad. Miguel lo pensó, dándose cuenta que no tenía sentido, ya todos los demás estaban despiertos, Adán también debería, entonces, lo levantó como a los demás, y le dio ambrosía. Entonces, una vez todos los sobrevivientes estuvieron curados, tomaron la poca ambrosía que quedó, caminaron hasta el borde del nido, para, finalmente, irse por un portal que abrió Azrael.


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⏰ Última actualización: Feb 24, 2023 ⏰

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