CAPÍTULO 12: FRENTE DE BATALLA

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UN RUIDO DESPERTÓ A DAX, y luego de eso todo fue caos. 

Grisha contra Grisha combatían dentro del pequeño sótano, en el cual, se encontraban. El de cabello castaño se hallaba confundido sin comprender en profundidad que estaba sucediendo, aún así, el fuego chispeante fue una buena señal de que debía salir de allí. Y rápido.

No tardó mucho en enfundarse con su capa y esquivar un ráfaga del fuego ardiente con el que luchaban. Los gritos le atolondraban, y las heridas le pasaban factura. 

Se sobresaltó cuando una mano le tomo por el brazo pero en medio de la oscuridad y el calor, visualizo el rostro de Rileah tironeando de él en dirección a la parte posterior del lugar. —¿Qué esta pasando?— cuestiono en un grito. 

Rileah le lanzó una mirada antes de detenerse frente a un armario y lanzar un grito —¡Ayúdame!— exclamó. Ambos movieron el mueble para dejar al descubierto una puerta de madera que la joven abrió sin pensarlo demasiado. Tironeo de su brazo nuevamente. 

—¿Qué sucede, niña?— preguntó de nuevo Dax mientras corrían por una calle lateral. Los gritos se oían como ecos lejanos, y el aroma a humo le hacia picar la nariz. 

—¿Acaso olvidas que somos desertores? — cuestiono en un grito de respuesta como si fuera obvio. Él de ojos azules frunció el ceño. 

¿Enviaban a Grisha a cazar desertores del Segundo Ejército? 

—No creí que tuvieran tiempo para cazar a quiénes se iban— respondio. Un empujón de la mujer le lanzo al suelo y la vio elevar las manos para detener el ataque que un Inferni le enviaba. Los ojos de ella recayeron sobre él —Al bosque, ¡ahora!

Pese a quiso contribuir, supo rápidamente que ponerse a discutir en aquel momento no sería de ayuda. Él no seria de ayuda. Se levanto con rapidez y corrió en dirección al bosque abriendo camino entre los espesos arbustos, la Agitamareas no tardó en seguirle. Unos quince minutos después solo eran conscientes de sus respiraciones agitadas, el sudor en sus cuellos y el cansancio que les atosigaba. 

Cuando Dax sintio que el peligro en su espalda había desaparecido, se detuvo. Intento tomar todo el aire posible a través de su nariz y mientras descansaba las manos sobre sus rodillas flexionadas observo a la joven Grisha. —¿Qué carajos fue todo eso?— preguntó. 

Rileah le lanzó una mirada de muerte. —La razón por la que nos mantenemos ocultos.— declaró mientras se acercaba a él. Dax se sintió cohibido cuando estuvieron tan cerca que fue capaz de observarle las facciones. 

—¿Q-que haces?— balbuceó cuando ella extendio sus manos hacia él. 

—Estás sangrando— murmuro como si fuera obvio antes de levantarle la ropa en la zona del abdomen. La herida al costado de su cuerpo se había abierto ligeramente y sangraba. —No podré hacer mucho ahora— susurró mas para si misma que para él. Dax fue recién allí consciente del dolor que le recorría el cuerpo, además del frío que parecía querer arrasarle la piel. Sus ojos se clavaron en ella con cautela. 

—¿Esto me saldrá más?— preguntó en un tono bajo. —Creo que perdí mi dinero.

La joven sonrio de lado —No, es un daño colateral. — le miro. El silencio les envolvio antes de que ella rebuscara entre su ropa para dar con un frasquito. Dax lanzó un quejido cuando los dedos de la agitamareas se encontraron con su herida para aplicar aquel unguento. Rileah le silencio —¿Acaso quieres que nos encuentren? 

—¿Si sabes que duele, no? — se quejo, casi sorprendiéndose a si mismo de sentir. Todo con respecto a él se sentia diferente; sus emociones, sus pensamientos, sus deseos. Parecía volverse cada vez un poco más humano. Un poco más a cómo se sentía hacia cientos de años cuando era solo un soldado. —Crei que no seguían a desertores. 

THRONES OF SHADOWS | GRISHAVERSE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora