THRONES OF SHADOWS | GRISHAVERSE #2

CAPÍTULO 14: VOLVER A CASA.

La expresión del Oscuro dejaba en claro que por primera vez en mucho tiempo, no tenía el control. No se había adelantado a las situaciones. Más decir que ni siquiera comprendía en profundidad como estaba funcionando la mente de su igual, y aquello, no le agradaba en lo absoluto. No le resultaba placentero sentirse un idiota que no sabia que hacer. 

—¿De que hablas?— fue todo lo que pudo esbozar ante su petición de volver a Ravka. —¿Ha sido otra pesadilla?

Pudo observar como los labios de Skala temblaron con sutileza y movió su mirada cuarzo en las paredes de la habitación; marcas desprolijas habían prácticamente destruido el lugar. —Quiero volver a Ravka.— repitió ella. 

Aleksander mojo sus labios con su lengua —Primero tenemos que conseguir el Amplificador. Al parecer el novio rastreador de tu amiga es útil...

—¿Por qué no yo?— le interrumpió la pelirroja. El desconcierto se abrió paso en el pelinegro. —¿Por qué no estás buscando ese Amplificador para mi? — El Oscuro no respondió cuando noto el destello que brillo en el azul marino de los ojos de la joven. Algo había cambiado. —Lo sabias— dictamino. 

—¿Qué sabia?— contrataco él. —Lo siento pero debes ser más especifica...

—Quién soy. — declaro ella —Lo sabias pero, ¿desde cuándo? 

Skala fue consciente del sentimiento iracundo que se formo en el interior de su pecho. No quería lastimarlo, pero él si lo había hecho para con ella. Y no solo una vez. —No me pareció prudente que lo supieras. 

— Así que eso es...— la pelirroja sonrió de lado —¿Estabas asustado de darle más poder a la mujer que ha sido creada para destruir? 

—No es lo que crees, hay mucho más de lo que comprendes...

—¿Qué quieres que haga?— Skala se encogió ligeramente de hombros, con su expresión serena y la camisa repleta de sangre era capaz de provocar un escalofrió a quien le viera. Aleksander habría temblado de no haber vivido tanto, y de no tener tanta confianza en el vinculo que les unía. —¿Cuál ciudad quieres que destruya a continuación? ¿A quien de esta tripulación deseas que controle? ¿Quieres que asesine a alguien más? ¿El sol brilla muy fuerte para ti? Puedo destruirlo si lo deseas. 

El pelinegro se mantuvo en su lugar usando una sonrisa ladina como método de defensa para ocultar un corazón que parecía querer arder. —Creí que solo era un cuento de niños. 

—¿Cómo el dragón marino que perseguimos ahora? ¿Por qué creer en los Amplificadores y no en la futura asesina de masas?— la pelirroja se corrigió a si misma con rapidez —Bueno, actual. Digamos que los de Novokribirsk cuentan porque eran cientos de personas. — hizo una mueca de molestia —¿Desde cuando lo sabes? — pregunto de nuevo con más seriedad. 

—Algunas semanas después de tu llegada. — se sincero dejando caer sus hombros —Tu creadora aparecía en un libro de leyendas Fjerdeanas para espantar a los niños con respecto a salir de casa por las noches. Hablaba de demonios, Grisha y Brujas. 

—Supongo que soy una mezcla de todo eso, ¿no crees? 

Ambos compartieron una mirada en absoluto silencio, el movimiento del barco parecía querer acurrucarles bajo su manto como una canción de cuna lejana que habían olvidado. Skala se mantuvo con una expresión casi inalterable, lo cual, le provoco un mal sabor al pelinegro. Pero la pelirroja estaba interiorizando cada uno de sus sentimientos. El tendría que haberle dicho sobre esa historia para niños cuando lo supo. —¿Estas bien?— pregunto él acercándose unos centímetros. —No pareces...