CAPÍTULO 2: BESAR UNA SOMBRA EN LA OSCURIDAD

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EL BAÑO QUE PUDO DARSE FUE PARTICULARMENTE LARGO. La tina no era lujosa o grande como las de Pequeño Palacio, la casa en sí no lo era, pero para ella, seguía siendo exuberante y le llevó a preguntarse con interés a quién pertenecía. Pero también temió la respuesta. Después de lo sucedió no creía que muchos en Os Kervo le quisieran ver la cara.

La Santa que era un fraude.

La Santa que era un demonio.

Skala dejó caer su mentón con pesadez sobre sus rodillas flexionadas. El agua ya se había enfriado y adoptado una tonalidad más oscura producto de la suciedad de su cuerpo mezclada con la sangre seca. Lo sucedió en Novokribisk no dejaba de repetirse en su cabeza como si de una leyenda mal contada se tratase: ella cayendo de rodillas en el muelle repleta de sangre, los rostros de terror de quiénes le habían rodeado en la Esquife y...su poder. Una liberación que jamás había experimentado antes. Pese a que había creído aprender todo lo que debía con Baghra y los libros, pese a que creía saber todo lo que debía sobre su poder, sus límites y habilidades sentía que de alguna forma, no sabía nada. ¿Hasta dónde llegaba realmente lo que podía hacer? ¿Cuál era el límite personal que tenía? ¿Existía alguno?

Sacudió la cabeza antes de levantarse de la tina ignorando todo el entumecimiento que sentía en el cuerpo y enfundarse en ropa ligera. El no tener que vestir una kefta o una bata de seda le hizo sentir extraña. Mientras pasaba los dedos por los nudos de su cabello rojo mojado no podía dejar de pensar en Dax, en dónde estaba, si estaba bien. No lo sentía, no podía comunicarse. Así como tampoco sentía a Alina. No sentía un poder que no era suyo haciendo intromisión en su pecho.

Su ceño se frunció unos segundos: ¿Cómo Alina había logrado zafarse del enlace al que fue sometida por El Oscuro?

¿Su accionar de "filtró" había tenido que ver en aquella liberación?

Sus pasos fueron recelosos al volver a la habitación luego de cruzar el estrecho pasillo que conectaba las habitaciones y el baño con lo que parecía ser las escaleras que llevaban a la parte baja de la casa. Pese a que la curiosidad de investigar le picó detrás de las orejas, no lo hizo. Estaba cansada cómo para eso. El aroma a comida le hizo rugir el estómago cuando cerró la puerta de la habitación y se giró para observar como El Oscuro acomodaba dos platos en una pequeña mesa frente al pequeño hogar. Skala fue consciente de lo extraño que se veía el observarlo con ropa...normal. Sin kefta. Sin abrigos. Sin símbolos.

Solo Aleksander.

Una idea egoísta se le cruzó la cabeza por unos segundos; solo ellos. Skala y Aleksander. Sin apellidos, sin guerras, sin posiciones opuestas. Dos amantes recorrieron el mundo.

Una idea bonita en algún punto, pero totalmente improbable e infantil. Los finales de cuentos no existían en la vida real. El bien no ganaba, el mal tomaba todas formas para lograr su objetivo de corromper.

La mirada del ojigris recayó en ella —Ven a sentarte— pese a ser un hombre con un alma corrupta, su voz podía sonar estúpidamente dulce cuando quería, la pelirroja supuso que se debía a años de practica en el arte de la manipulación. Skala caminó hasta los sofás desgastados y enfrentados frente al fuego para sentarse en uno. Lo que parecía ser una sopa caliente reposaba en el plato. —Espero que esté bien, no tenemos mucho y no soy bueno con... esto— señaló la comida. 

—¿De quién es la casa? — preguntó Skala con curiosidad dando otra mirada alrededor. 

El Oscuro le lanzó una mirada —¿Realmente quieres saberlo? 

La Invocadora negó rapidamente. Había comprendido que a veces la ignorancia era mejor que saber mucho. Saber dolía. Molestaba. Incomodaba y le ponía en una posición de responsabilidad que en aquel momento no quería asumir. Supuso que en Os Kervo no habrían muchas personas que quisiera hospedarles con amabilidad después de lo que ella había hecho y en aquel momento saber como El Oscuro había conseguido ese lugar no era lo mejor. 

THRONES OF SHADOWS | GRISHAVERSE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora