CAPÍTULO 8: STURMHOND

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CUANDO ARRIBARON AL BARCO, Skala no prestó mucha atención debido a que sus sentidos se removieron ante el olor que habia; era hediondo y supo enseguida que era producto de la grasa de ballena que solia recoletar el ballenero. Los Grisha se movian llevando y trayendo algunas cosas y los marineros de la tripulación continuaban con un arduo labor. Apenas llegaron a cubierta, Aleksander y ella se separaron; el Oscuro fue recibido por el capitan de la embarcación, un tal Sturmhond. La pelirroja sabia que habia oído ese apodo en algun lado pero no sabia muy bien de donde, cuando cuestiono a Ivan sobre el origen de aquel capitan, este le respondio escuetamente y de mal humor —Es un famoso corsario y traficante ravkaniano. 

La joven chasqueo la lengua cuando comenzaron a bajar por unas escaleras hacia debajo de la cubierta y un pequeño pasillo les recibio. Habia visto que se trataba de un barco de Ravka por el aguila doble en sus velas, y por el hecho de que nadie que no fuera de su país les ayudaría sin querer rebanarles la cabeza antes. 

Bueno, no la mayoria. 

Ivan se detuvo en una de las puertas y la abrio para revelar un pequeño camarote con una cama, una pequeña mesa y un ojo de buey por donde se veia el exterior. Skala elevó una ceja mientras le miraba —¿Tambien soy prisionera?— preguntó. El Corporalki rodo los ojos y señalo el picaporte. 

—También se abre desde adentro, mi Sankta— murmuro con burla. —Aunque me encantaria que lo fueras— se quejo antes de cerrar la puerta dejandole sola. Skala murmuro un idiota bastante alto sabiendo que podia oirla antes de lanzarse al catre. Había comenzado a detestar a aquel hombre. 

Lanzó un jadeo al aire cuando su espalda principalmente le pasó factura por estar tan derecha y sintio como sus musculos tensionados comenzaban a relajarse. En aquel momento no penso en nada más que en dormir. El vaiven que el barco llevaba a cabo producto del oleaje le sirvio mejor que un somnifero, el ruido que los marineros provocaban paso a segundo plano y sus ojos azules se cerraron para caer en un profundo sueño. 

Sus pies se enterraron en un pasto húmedo de un color increiblemente verde. La joven paso la mirada desde sus manos hacia el lugar que le rodeaba. Todo se sentía muy real; el barro bajo sus pies, el cosquilleo que el pasto le provocaba en las pantorillas, el viento que le removía el cabello y los ligeros rayos de sol que le hacian llorar los ojos. Se cubrio la cara parcialmente con una mano para poder observar en donde estaba realmente. No veia más que campo y un arbol en medio de él con hojas amarillentas y cortesa quebrada. —¿Hola?— su voz resonó con eco por lo que parecieron ser infinidades. 

—Aqui...—una voz susurró desde detrás suyo, pero cuándo se giro con violencia y el cabello le golpeo la espalda, el panorama cambio. 

Oscuridad, frío y ruidos que conocía bien: Volcras. 

Estaba en la sombra. Su cuerpo tembló por el horror, y sus pies, igual de descalzos, se arrastraron con esfuerzó sobre la tierra del suelo. Busco una salida, pero parecia estar encerrada en aquella oscuridad hasta que un movimiento capto su atención. Jadeo cuando se vio a ella misma levitando sobre el Esquife, cuando vio la bruma moverse con La Sombra, incentivandole a devorar todo Novokribrisk. Oyó los gritos en primera persona, los lamentos y el llanto. Corrió hacia la Esquife con la inútil intención de detenerse a sí misma, de evitar lo que estaba pasando, de poner un acto a sus propias acciones. 

Se tambaleó cuando notó que el suelo dejaba de ser tierra firme, y se convertia en una especie de lodo, confundida observó sus pies notando que el suelo comenzaba a llenarse de sangre y volverse embarroso. La sangre parecia tener movimiento propio, querer pasar unas largas y afiladas uñas desde sus tobillos hasta sus rodillas y seguir escalando. Buscaba ahogarle en sus propios pecados. Su respiración se volvio errática y su pulso se disparó, no pudo evitar gritar por el miedo que le recorría. Skala comenzó a luchar con la sangre, intentando llegar de alguna forma a la Esquife, pero sus pasos eran cada vez más inutiles y lentos. El grutural sonido que los Volcra provocaban se hizo presente en el aire, pero esa vez no oyó nada más que sus dientes buscando devorarle y sus largas garras queriendo rasgarle la piel. 

THRONES OF SHADOWS | GRISHAVERSE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora