CAPÍTULO 19 : UNA OFRENDA DE PAZ

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PELIRROJA CON UNOS IMPRESIONANTES OJOS VERDES QUE PARECÍAN INCLUSO MÁS SURREALISTAS QUE AQUELLA PIEDRA DEL VALLE QUE COLGABA DE SU PECHO, así era como se veía quien decía haberla creado con un propósito aún inconcluso. Su mente, en aquel sueño, estaba calma. El lago cristalino y el suelo repleto de pasto vivo como si no hubiera sido un campo de batalla todos los días anteriores. Como si aquella figura no hubiese estado alli, husmeando y deshaciendo sus ideas a su antojo. 

Notó que su propio cuerpo estaba ataviada en un vestido ligero color ocre, paso las yemas de sus dedos sobre la tela sintiéndola extraña. —¿Qué sucede? — indago antes de dar unos pasos con cautela hacia la figura. Como una presa acercándose a un cazador por mera curiosidad. 

—Solo quería que habláramos con tranquilidad — señalo el principio del lago antes de tomar asiento sobre el pasto. Tenia una rosa blanca en su mano derecha, la cual, solo giraba en sus dedos haciéndola danzar. Skala se detuvo a apreciar el perfil de la mujer en cuanto se sentó a su lado: era hermosa. Mucho más de lo que ella podría serlo en algún momento. Una sonrisa en los labios rosados de la contraria -Somos parecidas de hecho. Si me consideras hermosa, lo mismo aplica para ti. 

Las cejas de la joven se fruncieron. -Realmente estoy confundida...

—No te elegí para que seas una esclava, Skala. Si dejarás de verme como una perpetuadora quizás podrías entenderlo... 

—Lo lamento pero no me has mostrado otra cosa de ti misma. — contrataco la menor con ira. —Solo dolor. Has estado jugando con mi mente. No puedes culparme por dudar. 

—¿Realmente? 

—¡Lo estas haciendo ahora mismo! ¿Puedes parar? 

La mujer suspiro y relajo los hombros. Por primera vez, Skala pudo verla humana. No esa forma idílica de una entidad con poder que buscaba corromperle la mente, solo...una mujer. Quizás destruida de una forma que no podría comprender. —Lo lamento. — se disculpo la contraria antes de mirarle por unos segundos en completo silencio —Mi nombre es Sirina.—  finalmente, la menor pudo ponerle un nombre a ese rostro. 

Skala paso saliva por su garganta y la aclaro con un quejido —¿Porque...— tomo valentía para terminar esa pregunta que le rondaba la cabeza hace días. —¿Por qué me elegiste? ¿Cuál es el propósito? 

—Grandeza. 

—La grandeza no es nada. 

—La grandeza lo es todo— le corrigió la mujer, sus ojos verdes con un brillo particular que jamás había visto en nadie más. No esa tonalidad de verde, no ese aura. —Skala, tener poder te permite proteger a quién quieras de lo que quieras. Sirve para no tener que tirarse sobre el piso y dejar que otros te caminen por encima. 

—¿Entonces sirve para que yo camine sobre ellos? 

La mujer rio. —Tienes una visión muy limita propia de tu corta existencia—expresó —Ese es lo maravilloso de tener poder: puedes tener lo que desees. ¿No te gusta el camino que eligieron para tu reino? Lo destruyes y construyes uno nuevo. ¿No te gustan las reglas que te han impuesto? Las ignoras y creas las tuyas. Puedes romper cuantas cosas quieras para luego arreglarlas a la forma que se supone debían de tener desde un principio. 

Skala lo pensó seriamente durante un rato. Sabia que la mayoría de problemas que Ravka poseían provenían de una dirigencia deficiente que solo pensaba en su bien material, de un ejercito divido que no comprendía de compañerismo o lealtad en donde uno eran masacrados y los otros eran usados hasta que no quedaba nada. La división que había provocado la Sombra para con el resto del continente estaba presente como una marca en la propia sociedad. Sabiendo que todo aquello no podia cargarse sobre una persona, tenia aquel espíritu de creer que ella si podia. Que si se esforzaba lo suficiente... 

THRONES OF SHADOWS | GRISHAVERSE #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora