°~Mar y Arena~° (Fargexby)

°•19•°

Ya era viernes, lo que significaba salir antes del trabajo y tener más tiempo para descansar.

Fargan estaba agotado, esa semana había sido muy dura, ya que le habían dado mucho papeleo últimamente. A esto también se le añadía el hecho de que se veía menos con Alex desde el día que se fue repentinamente, sabía que algo preocupaba al tritón. Sin embargo, no le quería preguntar para no agobiarlo o presionarlo.

El policía, al llegar a la playa, se sentó en el muelle de siempre, se quitó los zapatos y metió los pies al agua, sintiendo como esta se llevaba todo su estrés de la semana.

Se recostó sobre su espalda con los pies aun en el agua y cerró los ojos, sintiéndose muy relajado gracias al suave oleaje que tenía el mar y el frío en sus pies, que lo distraían de sus preocupaciones y malestares de la semana laboral.

Poco a poco, fue dejando de sentir el ruido y, sin previo aviso, cayó dormido.

°~🦉~°

Sintió un movimiento suave pero persistente en su hombro, pero no sabía si era su imaginación o si realmente le estaban moviendo el hombro. Finalmente decidió abrir los ojos al sentir que el movimiento no cesaba y se volvía más insistente a medida que pasaban los segundos.

Sus ojos se fueron abriendo lentamente y lo primero que vio fue una imagen borrosa de lo que parecía ser humano, pero, cuando su vista se volvió más nítida, se percató que quien lo estaba moviendo era Alex.

A Fargan no le gustaba ser despertado, ni siquiera por Dulce. Sin embargo, el despertar con el tritón mirándolo con una sonrisa no le pareció algo de su desagrado, esto hizo incluso que su corazón se acelerara un poco.

-Buenos días- dijo el policía con una cara y voz adormilada y una sonrisa floja.

-Son como las seis de la tarde dormilón- dijo el tritón con tono burlón.

-Pero yo acabo de despertar, así que son buenos días para mi- le debatió.

-Bueno, como quieras- respondió el de cola azul para cerrar esa discusión.

Pasaron unos momentos em silencio mientras el humano se sentaba y se quitaba el sueño de encima. Cuando se sentó bien, el tritón se acercó con energía hacia su cuerpo y lo abrazó sin previo aviso. Ante la sorpresa, el pelicastaño le respondió algo confundido.

-¿Pasó algo?- pregunto algo preocupado.

-Hoy te tengo una sorpresa- dijo emocionado.

-¿Qué es?- dijo con intriga.

-No sé- confesó -Luzu dijo que nos íbamos a encontrar en el muelle, donde siempre estoy contigo, pero no ha llegado- dijo con algo de tristeza -Pero dijo que iba a ser algo bueno y yo le creo- dijo rápidamente con una inocente sonrisa.

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos y se miraron, intentando buscar un tema de conversación. Ninguno sabía que decir, hasta que Fargan decidió romper el silencio.

-Y... ¿Cómo has estado los días que no hemos hablado?- preguntó algo intrigado.

-Realmente algo cansadores- confesó -Amidala me ha intentado meter conversa desde hace tiempo y ya no sé qué decirle para esquivarla... Es una pesada.

David sabía que Amidala era una sirena que estaba enamorada de Alex desde hace tiempo y a veces lo llegaba a seguir para saber de él, o eso era lo que contaba el tritón, y, a pesar de que él la haya rechazado en múltiples ocasiones, ella sigue volviendo e insistiendo.

-Si, es muy pesada- habló una tercera voz.

Alex y Fargan voltearon sorprendidos y miraron al dueño de la tercera voz. Era el tritón de cola bicolor.