11. Viviría por ti

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Cuando descubres ciertas emociones que no sabías que podías sentir pasas por las tres fases de las "ar": negar, aceptar y evitar

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Cuando descubres ciertas emociones que no sabías que podías sentir pasas por las tres fases de las "ar": negar, aceptar y evitar. Lo sé porque lo vi en una fuente muy confiable.

La fuente confiable: TikTok.

Además, también lo sé a la perfección porque lo viví (y lo estoy viviendo) en carne propia. Por ejemplo, lo primero que hice cuando descubrí que quería besar a mi novio falso fue negarlo y buscar miles de pretextos porque la sola idea de «me quiero tragar a Edward» era algo que no podía ser aceptado en mi cabeza y que no podía tener espacio en ninguna parte de mi cuerpo, especialmente en mis labios, ustedes entienden.

Luego de algunos paros cardiacos y de varios intentos por convencerme de que todo era un malentendido, lo acepté. No sé qué pasaba en mi cabeza cuando dije que era una buena idea decirlo en voz alta, mucho menos cuando dije que sería mejor si se lo decía a Edward, así, sin más, sin prepararme emocionalmente, sin digerir las cosas para él y sin pensar en las consecuencias que eso pueda traer en el futuro.

Las consecuencias: Un beso.

Ayayudamedesmayo.

Hubiera sido más fácil si no hubiera dicho lo que sentía, no solo por mí, sino por los dos. Aún nos quedan una semana y seis días, bastante tiempo, y la verdad es que no quiero volver incómoda nuestra relación ni tampoco quiero que cambie, es decir, lo hemos llevado bien fingiendo ser novios ante los demás y siendo amigos cuando nadie nos ve como para que mande a la basura eso solo porque queremos besarnos. Aunque eso debí pensarlo mejor antes de decírselo, no ahora que ya lo hice.

Sin olvidarnos que lo que dije fue algo demasiado vergonzoso y random, la situación en la que estábamos ni siquiera era la más apropiada para soltarle esa gran confesión que solo segundos atrás había aceptado. Puedo dejarlo pasar si hubiéramos hablado de eso siquiera, pero no, él ni siquiera había sacado el tema, yo me dejé llevar por el apodo que me puso.

Fue como:

Él: nos vemos en las últimas clases, mon soleil.

Yo: también te quiero meter la lengua a la boca, byeee.

¿Ven lo raro que fue decirle eso? Vale, no le dije exactamente eso, pero se aproxima, y tampoco es que yo haya querido meterle la lengua o algo así, para nada, solo quiero besarlo, no tragarlo... bueno, a este punto no sé ni qué es lo que quiero y nadie puede reprocharme nada, yo estaba seguro que solo quería besar a Heather hasta que Edward y su cara golpeada aparecieron en mi casa y me coquetearon.

Lo repito, él es muy bueno en eso, es tan bueno que hasta yo caí en cuestión de minutos y de un par de miradas. Se supone que sus "clases" para coquetear debían funcionar con Heather, no conmigo.

Claramente soy más fácil de lo que parezco.

Sin embargo, hasta la persona con los estándares más altos derrumbaría cada una de sus expectativas al ver a Edward, es más, sus expectativas subirían después de conocerlo y darse cuenta que lo que deseaba era poco en comparación de lo que podía tener. Y no solo por el físico de Edward, también por su forma de ser.

Una perfecta confusión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora