13. Hola, suegrito

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Es la primera vez que siento tanta vergüenza y, para mi sorpresa (y la de muchos), no es de mí

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Es la primera vez que siento tanta vergüenza y, para mi sorpresa (y la de muchos), no es de mí.

¿Alguien ha visto mis ganas de seguir en la misma habitación que Edward y mi papá? Porque yo no. Es más, ya no existe, se ha ido, se marchó en un barco y a ese barco lo llamó libertad. Sí, como la canción, pero ese no es el punto.

Solo tengo cuatro palabras para definir lo que siento en este momento.

Quiero. Matar. A. Edward.

Estoy pensando seriamente en todas las posibles formas de matar a un chico de metro ochenta y tanto sin que nadie se dé cuenta, sin embargo, ninguna parece cuerda siquiera. ¿Contarle un chiste para que se ría a más no poder será una buena idea? No es doloroso ni tampoco es difícil, aunque, conociendo mis malos chistes, es más probable que muera del aburrimiento.

Y no lo digo yo, lo dice la ciencia. Mis chistes son de los que te ríes por lo malo que son, como:

¿Cómo se dice "un zapato" en inglés?

(Aquí ustedes tienen que decir "a shoe").

Salud.

Badum tst.

Sé que estoy siendo muy drástico y que sueno como un chiflado, pero, ¿cómo mantener la cordura si él ha dicho algo así de vergonzoso frente a mi papá?

Frente. A. Mi. Papá.

A MI PAPÁ.

P. A. P. Á.

De todos los saludos que existen, ¿por qué eligió el más vergonzoso, loco y lanzado? ¿No pudo decir «buenas tardes, señor» y ya? Dios, él es el que usa el cerebro de los dos, ¿por qué justo hoy decidió venir sin él? Edward sabe que mi cerebro no funciona y que el de él debe funcionar por ambos, no puede dejarme toda la responsabilidad a mí. Qué irresponsable es. Voy a despedirlo.

Nuestra relación no trabaja de ese modo, yo soy el que dice estupideces, él el que piensa por los dos. Ahora el universo está en desequilibrio porque me está orillando a ser el que usa el cerebro. Y todos sabemos lo que sucede cuando obligo a mi cerebro a trabajar. Sí, exacto, desgracias.

Justo hoy decidió ser Eduardo Catalino, pudo ser solo Edward, el chico amable y dulce que todos quieren como yerno, pero no, él decidió el camino de la muerte y decidió terminar con su vida y nuestra relación en solo una frase. Mi papá va a correrlo a escobazos seguramente.

Mi alma sale de mi cuerpo cuando veo la expresión de Alek. El pobre no sabe ni qué decir o qué hacer, solo mira atentamente a mi novio falso, como si quisiera cortarle el cuello o cortar el suyo, lo que sea más rápido, además, ve el pequeño moretón en su pómulo que apenas está desapareciendo y achica los ojos en su dirección. Por otro lado, yo estoy lanzándole mi mirada más letal a Edward esperando que comprenda que, si mi papá no lo mataba, yo lo haría después, cuando estemos a solas y nadie pueda oír mis chistes asesinos ni las súplicas de él pidiendo que deje de contar malos chistes.

Una perfecta confusión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora