23. Merecerse

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Cómo saber si voy muy rápido con un chico que no es mi novio, pero puede serlo si vamos más lento

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Cómo saber si voy muy rápido con un chico que no es mi novio, pero puede serlo si vamos más lento

Leo con atención cada una de las páginas que me aparecen en internet mientras espero a Edward en el auto. Íbamos para casa luego de haberle comprado la comida Juan, sin embargo, el maestro encargado del periódico de la escuela (el señor Irán según Edward, yo ni sabía que había algún maestro con ese nombre) le marcó porque necesitaba hablar con él en el aula. Llevo esperando algunos minutos y bueno, decidí tontear en Google para aguantar la espera.

Siempre he dicho que buscar las respuestas a los problemas de mi vida en Google jamás ha sido una buena opción, y ahora, leyendo todo lo que me ha sugerido, lo confirmo aún más.

Arrugo la nariz al leer la información que dice una de las páginas a las que entré. No sé por qué siempre colocan cosas sexuales en cosas que no pregunté. Literalmente mi relación con Google es el verdadero "verga, ¿pues qué pregunté?" de TikTok.

Solo quiero saber si voy muy rápido con Edward, no quiero saber cómo durar más en la cama. Google, ¿acaso no sabes la diferencia entre rapidez en una relación romántica y una sexual? Al parecer no.

No me importa lo sexual, me importa saber cómo ir más lento en una relación que apenas está comenzando, jamás he estado en algo "muy serio" con alguien y esa es la razón por la que mis relaciones terminaban rápido; no sabía cómo llevar las cosas. Y tampoco sé si hay alguna diferencia entre salir con una chica y con un chico, supongo que no... ¿o sí? Agh, creo que solo voy a dejar que las cosas fluyan, pero que no fluyan demasiado porque conozco mi poco autocontrol y lo tonto que puedo ser cuando estoy con Edward, sobre todo cuando sus labios están sobre los míos.

Uh, qué vergüenza admitirlo.

La puerta del piloto se abre y bloqueo mi celular enseguida para no ser descubierto en medio de mi crisis bisexual y hormonal.

Giro la cabeza con una sonrisa nerviosa para encararlo, pero al hacerlo noto la expresión de preocupación en su rostro. Me asusto y mi sonrisa decae. Bajo el volumen de la música para que pueda contarme. Él cierra la puerta y solo se mantiene en su lugar, sin decir nada. Juego con mis dedos porque no sé qué decir. ¿Le habrán dicho algo malo? ¿Ya no va a ser parte del periódico? ¿Qué le habrán dicho? Uh.

Espero a que él hable, pero él no parece que vaya a hacerlo así que lo hago yo.

—¿Qué te dijeron? —inquiero con cautela. Edward voltea a verme.

—Quieren que escriba un artículo.

Pestañeo repetidas veces, ¿qué hay de malo con eso? No entiendo por qué eso lo tiene de ese modo si se supone que es una buena noticia, o al menos para mí lo es. A él le encanta escribir, es una buenísima oportunidad para que los demás vean el talento que tiene. No sé si deba felicitarlo o no, no obstante, prefiero preguntarle antes.

Una perfecta confusión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora