Cinco: La catástrofe nuclear.

4.1K 420 120
                                    

5. La catástrofe nuclear.
 


Me reí porque creí que era un chiste, después de todo me había dado cuenta de que le gustaba inventar cosas y bromear, pero esto no sé por qué, pero parecía un tema serio.

—No seas bobo —iba a volver a besarlo, pero él dijo:

—No es broma —me miró fijamente con la intención de convencerme—, esta vez hablo en serio.

Fruncí el ceño mirándolo con curiosidad.

—No... no te entiendo —solté una risa nerviosa—, ¿casarnos? O sea, ¿te refieres a una boda?

Él negó con la cabeza.

No te asustes señorita —comenzó a tararear— nadie le ha hablado de boda.

Me reí, él me había hablado antes de esa canción, era Tu Jardín Con Enanitos de Melendi.

—Escucha —dijo un poco más serio—, en mi religión para yo poder tocarte, necesito tu consentimiento, entonces es una especie de matrimonio temporal.

Espera...

¡¿Qué mier...?!

—No sé si sigues bromeando o... —solté otra ligera carcajada realmente me parecía muy disparatado.

—Hablo en serio —insistió.

Joder, ¿era cierto? Bueno, solo iba a seguirle la corriente, después de todo estaba disfrutando el momento.

—Entonces —murmuré—, ¿cómo es?

—Es simple —dijo—, yo te pregunto si quieres ser mi esposa y tu aceptas.

Uh.

—¿Y ya? —alcé una ceja, él afirmó con la cabeza— ¿Y cuántas veces te has casado?

—Como mil novecientas setenta y...muchas. —soltó una ligera carcajada.

—Ay Dios, que puto —reprimí una carcajada, un parte de mi sabía que para que Hassan supiera exactamente hacerme sentir cómoda debía de haber estado con muchas chicas; tenia experiencia, pero otra parte de mi se sentía algo celosa de que todas sintieran este sentimiento que comenzaba a sentir por él...

Era esa sensación de no querer apartarme de su lado, solo pensaba en él como una parte permanente en mi vida que no quería borrar ni dejar atrás nunca a pesar del tiempo tan corto.

—¿Entonces —murmuró metiendo el mechón de pelo detrás de mi oreja con su mano— cuál es tu repuesta?      

—Propónmelo bien —respondí encogiéndome de hombros, disfrutando esta rara aventura, todo del él continuaba encantándome.

—Me arrodillo o... —murmuró con una ligera sonrisa sin saber a lo que me refería.

—Si —respondí simplemente, me saqué uno de mis anillos y se lo di, el mantuvo su sonrisa entretenida bajándose de la cama para arrodillarse y tomó mi mano.

—Okey, Paula —fijó sus ojos claros en los míos—, ¿quieres ser mi esposa por este mes?

Mi corazón comenzó a acelerarse y no comprendía por qué de repente mis mejillas comenzaron a sonrojarse con fuerza, creo que era esa ilusión de saber que, por unos instantes de tiempo, era la persona más feliz del planeta porque él era mío. 

—¿Un mes? —solté en broma— ¿Tan poquito?

—Bueno —dijo—, ¿Quieres ser mi esposa por un año?

VENENO (+18) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora