Doce: Vamos a la playa

3.2K 354 56
                                    

12. Vamos a la playa

****
 


Fruncí el ceño sintiendo mi cabeza pesada y mis mejillas coloradas cuando abrí los ojos, ¿Quién coños estaba tocando la puerta?, realmente tenía mucho sueño porque sentía que no había dormido nada anoche, pero por supuesto con esas miles de emociones de tener a los hermanos Badjok aquí parecía imposible.

No pude haber soñado eso.

No podía haber soñado lo que soñé con George donde mi cerebro decidió crear un sueño húmedo de lo que pudo haber pasado en el baño conmigo y él gimiendo.

Maldita sea.

Sentí mis mejillas sonrojarse, pero ¿qué pasaba conmigo? ¿por qué soñaba esas cosas... y con él?
Volví a enfocarme cuando escuché nuevamente a alguien que estaba tocando insistentemente la puerta de mi habitación, vi la hora en mi reloj: 7 am.

Maldita sea.

—¡¿Qué?! —murmuré volviéndome a acomodar en la almohada, realmente quería fingir que el día de ayer no había existido, que ni Hassan ni su familia estaban aquí porque se iba a casar con mi hermana.

Pero sabia que era real, eso sí iba a pasar y no sabía cómo enfrenarlo.

De repente abrieron la puerta y entreabrí los ojos ofreciendo mi mejor mirada gélida cuando mi hermana Paris se asomó mostrándome una radiante sonrisa, imaginar que amaneció junto a Hassan, que la tocó antes de que ella viniera a despertarme...

«Maldición, Paula, se va a casar con ella, ya debes comenzar a superarlo».

Malditos celos que me carcomían.

—Paula, vamos a ir a la playa —dijo Paris—, ¿Quieres venir?

—No —ni siquiera lo pensé, solo quería quedarme aquí y descargarme con el teclado en la historia que escribía, no tenía ganas de hacer absolutamente más nada.

Solo echarme a morir en mi miseria.

—Joder Paula —dijo Paris—, ¿casi nunca nos vemos y te vas a quedar encerrada aquí?

—Estás quedándote aquí por esta semana —dije girando los ojos, Gato se acomodó entre mis brazos para que le hiciera cariñito en la panza así que lo hice mientras el comenzaba a mover la pata.

—Pero la idea es que salgas y compartas con nosotros —refutó.

Era común en mi ser asocial, no entendían para qué me pedían salir si prefería mil veces estar encerrada leyendo o haciendo cualquier otra cosa.

—Tengo que trabajar —expuse como evidente excusa, porque no era como si tuviera un horario o algo así.

—Mentiras —Paris giró los ojos—, ni sé para qué me molesto en venir si nunca sales.

Cerró la puerta dejando un ensordecedor silencio, e intenté dormir otra vez, pero nuevamente la puerta se abrió y apareció mi madre prendiendo la luz, Gato gruñó también algo fastidiado de que nos interrumpieran.

—Hija, vístete que a las 8 salen a la playa —demandó mi madre.

—Mamá tengo que trabajar...

—Has trabajado todos los días —me interrumpió—, es hora de que salgas de esta casa.

—Pero...

—Quiero verte lista en 10 minutos o vendré con un balde de agua fría —volvió a interrumpirme y cerró la puerta.

Maldición, debería pensar seriamente en comprarme un apartamento aparte, pero es que solo éramos mi madre y yo, me daba algo de pena dejarla sola.

VENENO (+18) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora